- He encontrado algo interesante. - Digo en voz alta - Un lugar donde ir.
Asiento con la cabeza, con una expresión de satisfacción en el rostro.
- Parece que comienzo a recordar algunas cosas... ¿A ti también te pasa? Quizá el efecto de lo que sea que nos hicieron allí se vaya desvaneciendo poco a poco. Este tipo, Vardov, - digo señalando a los papeles con el dedo - lo recuerdo como alguien en quien confiar. De hecho, me debe una. Aquí está su última dirección conocida. ¿Qué te parece? ¿Tienes un plan mejor?
Me quedo mirando la cara de Jeff, a ver cómo reacciona.
-Sí, me empiezan a venir algunos recuerdos a la mente, pero me temo que nada que pueda ser de utilidad. Habrá que fiarse de ese amigo tuyo. ¿Hacia dónde?.
Mirando la direccion que pone ne el historial, os dirigis hacia un barrio de clase media en las afueras (o al menos, lo que puede llamarse afueras) de Luna. La casa es un adosado en buen estado, aunque ha pasado por tiempos mejores. Un coche esta aparcado en la entrada del garaje, y un hombre de mediana edad está trasteando en el motor. Alexandr lo reconoce como a Vardov, su antiguo sargento.
- Ése de ahí es el sargento Vardov - Le digo a mi compañero con una sincera sonrisa - Acércate con el coche hasta ponernos a su lado. Inicialmente le saludaré sin bajar del vehículo, a ver cómo reacciona.
Mientras Jeff maniobra, le comento: - En los pocos recuerdos que tengo, este hombre era un buen amigo. Espero que no haya olvidado algo que cambiara eso.
Cuando nos paramos a su lado, bajo la ventanilla y le digo a su espalda: - ¿Tiene un lugar donde ocultar un vehículo quemado, sargento?
Jeff, hizo caso a su compañero y maniobró el vehículo para pararse en el arcén, lo más cerca posible del hombre. Una vez parado, dejó hacer a su compañero.
"¿Tiene un lugar donde ocultar un vehículo quemado, sargento?"
Con el motor encendido, esperó, atento a la reacción del desconocido.
El hombre, de unos 40 años bien llevados, se gira sorprendido hacia el coche. Cuando mira quien va en el, lanza un suspiro de asombro y se dirige hacia vosotros.
¿Alex?- te mira a la cara- ¿Eres tu? Por el cardenal, nos dijeron que habias muerto... esto es una gran sorpresa... -Mira a Jefferson- Mmmm mete el coche en la parte de atras, abrá algo de hueco... y entrad en casa, tomaremos algo.
Vardov parece sorprendido a al vez que contento. Es dificil recuperar a alguien que crees que ha muerto.
Sonrío al sargento con sincera alegría. Temía que algo pudiera ir mal, que no me reconociera o, peor aun, que se mostrara hostil hacia mi. Por suerte los pocos recuerdos que tengo no van errados, según parece, y el bueno de Vardov sigue de mi lado.
Miro a mi compañero y, con un gesto de cabeza, le indico que deberíamos hacer lo que Vardov dice.
Jeff puso de nuevo el coche en marcha siguiendo las instrucciones de aquel hombre.
-No te veo muy convencido de esto-dijo mirando para Alex, intentando moderar su tono de voz para que no se le escuchara fuera del coche-¿Algún problema?.
- Espero que no. No sé tú, pero no veo hasta qué punto puedo fiarme de los retazos de información que guarda mi confusa cabeza. - Le susurro, sin borrar la sonrisa de mi rostro - Este tío era de fiar, hasta donde yo recuerdo. Espero no haber olvidado algo importante, compañero.
Cuando llegamos al garaje y aparcamos el coche, me apresuro a bajar del vehículo y ofrecerle al sargento un sincero abrazo de amistad, aunque siempre pendiente de su reacción, por lo que pudiera pasar.
Amigo, ha sido una gran sorpresa- Dice respondiendo al abrazo- Desde que trabajabas para esa mujer apenas te hemos visto el pelo, y encima escuchamos rumores de que habias muerto en una mision encubierta... por suerte solo fueron rumores
Mientras habla, os mete en la casa. Es una casa unifamiliar, no demasiado grande, pero acogedora. Os lleva a la sala de estar, y os deja alli mientras se dirige a la cocina a traer algo
¿que quereis? tengo algunos licores, cafe, zumo...
-No, gracias. Por cierto, soy Jim. Un placer-dice Jeff tendiéndole la mano al hombre con un gesto cordial-.
Dada la situación, decidió que no merecía la pena decir nada más. Al fin y al cabo, no conocía de nada a aquel tipo. Alex sabría mejor como tratar con él.
- Lo cierto es que ni yo ni mi compañero estamos en situación de rechazar lo que nos ofrezcas. - Le digo con una sonrisa
- Sabes, quizá sí que una parte de mi haya muerto. Nos la han jugado, Vardov. - Recupero seriedad y mi voz muestra un tono de solemnidad que el sargento sabrá apreciar enseguida.
- Te voy a pedir algo que te sonará extraño, compañero. - Antes de continuar, observo su reacción y me espero a que él me de pié a continuar.
Lo que quieras compañero- Te dice, extrañandose un poco- Antes de tus juegos de espia no te ponias tan delicado cuando hablabamos frente a una copa. Saliendo del salon, se dirige a la cocina- Sabes que si esta en mi mano te ayudaré.
PArece sincero, y preocupado por Alexandr
Asiento con la cabeza y continúo.
- Necesito que me recuerdes quien soy.
Mi mirada hacia el sargento Vardov es seria, para indicar que no estoy bromeando.
- A Jim y a mi nos han borrado la memoria. Hemos escapado y comenzamos a recordar pequeñas cosas, pero estamos confundidos y no sabemos en quien confiar.
Lo miro con sinceridad y emoción - Una de las pocas cosas que recuerdo es nuestra amistad, sargento.