Partida Rol por web

Voy sentada en el carromato con la cara metida entre las piernas, totalmente roja de llorar.He gritado y me he resistido pero no ha servido de nada. Pense que mis padres vendrian conmigo pero no ha sido asi.Les odio por ello..

Los demas niños estan parecidos a mi, aunque parecen que poco a poco van calmandose a la espera de llegar al lugar en cuestion.

Fand no llora, es una chica fuerte y las lágrimas no acuden con facilidad. Está, eso sí, enfadada con el mundo, odia que los adultos decidan por ellos, y ya echa de menos a sus padres, y eso se refleja en su semblante, hosco. Una vez en el carro, decide situarse cerca del conductor y escuchar su charla con las niñas que preguntan. Más tarde será ella la que pregunte, cuando deje de estar tan ofuscada.

 Carden grita y profiere insultos al cielo cuando lo fuerzan a  irse. No le gusta separarse de sus padres y menos aún sin saber el por qué. Como los demás niños, no le queda otra que resignarse ante su destino, llorrando y gritando como un descosido:

-mamaaaaaaaaa, papaaaaaaaa.

 Al final del dia y con los ánimos ya más tranquilos llegais al mar. Nunca habiais visto una extensión de agua tan grande. Veis unas barcas en la orilla y en la proa atada una maroma. En el horizonte a lo lejos se puede ver tierra. 

Uno de los druidas os reune a todos

- Ahora debeis subiros en estas barcas y permanecer muy quietos ya que el viaje no se efectuará remando sino tirando de las barcas desde la otra orilla. Aquel es un lugar seguro y alli, los que provocaron la nube de humo que todos habeis visto, no podran alcanzaros. 

Una vez que estais todos en las barcas los 3 druidas sacan un gran cuerno hecho con hueso y metal y mientras que dos lo sujetan, el tercero da un gran soplido, provocando un sonido grave y ronco. Como por arte de magia, unas cuerdas se tensan en proa y comenzais a avanzar mar adentro. 

Mira la barca que se tambalea por encima de las aguas que, pese a estar calmas, zarandean el bote bastante.

-Azul. Nunca había visto tanto azul junto.

La niña se encoge de hombros y cierra los ojos mientras el viento la mece.

Voy mirando hacia los lados mientras la barca nos arrastra, respiro entrecortadamente hipando

Ante mis ojos aparece la isla

 Llegais a la isla cuando esta ya anocheciendo. Varios druidas más aguardan vuestra llegada estirando de la maroma que hace que vuestra barca avance por las tranquilas aguas. 

Os ayudan a bajar y uno de ellos os habla en tono cariñoso y cordial. 

- Bienvenidos a Ynys Môn pequeños, ahora teneis que ser buenos y estar calladitos mientras os enseñamos lo que será vuestro nuevo hogar. 

Cian gruñe en voz baja. Parece mentira, apenas lelgna a la isla y ya estan mandandoles cosas que hacer. ¿A que ahora seguro que les dicen que recojan leña y acarreen agua? ¿Para esto tanto lio? ¿Para acabar haciendo los mismos trabajos aburridos?

Frustrado le da una patada a una de las piedrecillas de la playa.

El viaje en barca por esa inmensidad de agua azul ha calmado a Fand, y ahora siente verdadera curiosidad por cómo será su vida con los druidas, así que procura obedecer mientras permanece atenta a todas las novedades.

Los druidas se adentran en los bosques hasta llegar a un claro en el centro del bosque.

- Vivireis aqui ,.- y señala hacia las copas de los árboles, donde hay casas de madera en las ramas. No muy grandes, pero confortables.- Pero seguidme un momento y os termino de enseñar todo lo demás. Camina hacia una montaña donde en lo alto se ve una edificación de piedra. - Eso de ahi arriba es el templo. Ahora subiremos para que el oráculo os bendiga y os proteja a todos. Debeis estar muy callados y quietos y portaros muy bien.

Lo de vivir en casas en los arboles ya empeiza a sonarle mas interesante al joven pilluelo. Claro esta que lo del orcaulo seguramente sea otra de esas burridas cremonias con mucho canto, mucho incienso y nada de diversion.

Cualquiera esperaria que gente con casas en lso arboles fuese en el fondo tan tan aburrida.

 Carden aún tenía las mejillas húmedas de tanto llorar, y empezaba a notar principios de afonía de tanto gritar. No obstante nada mas puso un pie en la isla, se quedó maravillado, casas en los árboles...con lo que a él le gustaba la naturaleza y "vivir" el bosque, esto empezaba a mostrar algo bueno. Si por el fuese, se quedaría a examinar tales casas, pero ahora mismo tenía miedo de separarse del único adulto que se presentaba por la zona...además empezaba a tener hambre.

Seguro que después de ir a la casa de piedra esa nos dan algún dulce. Pensó siendo optimista.

Escuchando atentamente lo que el hombre nos dice levanto la mirada hacia las casas de los arboles y pienso en lo diferentes que son de donde solia vivir con mis padres.

Despues le sigo para la ceremonia, si vamos a quedarnos mejor sera hacer todo lo posible para hacerlo bien, quizas asi podamos volver

 Llegais al recinto del oráculo. La estancia de repente se hace más cálida que donde las casas de los árboles, pero no veis fuego alguno. Una mujer, alta y estilizada, se os queda mirando. Cuando os mira notais algo que de manera irracional os incita a apartaros de ella. Los druidas, que no muestran ese tipo de miedo ante su oráculo, os van empujando cariñosamente. Uno de ellos en voz muy baja, toma asiento y os dice

- Sentaos aqui alrededor mio .- El druida se sienta, cruzando las piernas y poniendo una mano sobre cada rodilla. 

El oráculo levanta la mirada y algun niño no puede evitar un gritp ahogado de terror. No sabeis muy bien si es porque es de noche, porque hace calor, porque echais de menos a vuestos padres o porque esa mujer tiene tres ojos, pero algo hay que os inquieta. 

Llena de aprensión, tomo asiento junto al druída. Mejor estar cerca de él que entre otros niños asustados enfrente de esa mujer tan...extraña...Sólo espero que no me mire...

Al ver a la mujer un escalofrio me recorre el cuerpo de parte a parte y cuando soy empujada hacia ella me siento lo mas alejada que puedo totalmente desconfiada.¿Donde estyaran ahora mis padres?

Cian se debate entre: tener miedo, tener sueño, tener hambre o tener una combinación de las anteriores en diversos grados. Cada vez va entendiendo menos de lo que pasa y todo es cada vez más y más extraño ¿que van a hacer con ellos esta gente tan rara?

Elvia mira sin mirar a los presentes, sentada de rodillas en el suelo. No siente ni frio ni calor, ni sueño ni hambre. Lo único que necesita ahora es no estar.

 Carden se queda anodadado cuando vé los tres ojos de aquella mujer, y se reprime un grito mezcla de miedo y sorpresa. Con fuerza agarra una pequeña piedra que encuentra por el suelo y queda espectante, con los músculos en tensión, para salir corriendo si algo no le gusta. No está agusto. Tiene miedo.

 Seguimos en Ynys Môn 70 a. C.