Hace años que dirigo partidas de rol con mis amigos, desde que teneníamos 15 años -ahora 29...madre mía- Empezamos con una variante mal hecha del SdA, que a veces incluyó hasta las armaduras de los CdZ (siempre hemos sido muy frikis) y árboles hechos de hierro gracias a la manía del bárbaro de "a ver si puedo arrancar el árbol y darle en la cabeza".
Después pasamos a D&D 3º y 3.5, lo cual nos encantó tanto por sus coloridos mundos como por las posibilidades que abría para los personajes. Casi siempre que he jugado a este juego he sido un Enano rompehuevos pero con corazoncito o un mago -de apoyo o chispas- aunque nunca es tarde para probar nuevas combinaciones, como la última, un drow guerrero-hechicero que salió bastante, pero que bastante bien.
Ahora dirigo partidas con los colegas del trabajo cuando podemos quedar -que curro no falta!!- en un mundo de mi creación que, aunque está empezando, la cosa promete!
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