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"De las llamas, algunas altas y poderosas eran, vivamente brillaban y con claridad, otras por su parte eran pequeñas, vacilantes y temblorosas, y oscurecíase su luz y amortiguábase a trechos. En el mismo final había una llama muy pequeña y tan débil que apenas ardía, apenas se removía, ora brillando con gran esfuerzo, ora casi, casi apagándose del todo.
-¿De quien es ese fuego moribundo?- Preguntó el caballero
-Tuyo- Respondió la Muerte"
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