- "Tratando de contactar con Base Tierra. ¿Se me oye? ¿Hola?" - Gennady se gira hacia la técnico de comunicaciones resoplando -. Nada, todavía no conseguimos establecer contacto. ¿Has comprobado las antenas de comunicación?
- Por supuesto. Es lo primero que hice cuando perdimos el contacto con la Tierra. También he analizado las frecuencias y la posibilidad de radiaciones solares que puedan interferir en nuestros dispositivos.
El comandante de la expedición agitó la cabeza, resignado.
- Entonces no encuentro ninguna explicación razonable. Vuelve a comprobarlo todo, a ver si has pasado algo por alto.
- ¿Dónde estáis? - preguntó. Todo a su alrededor permanecía oscuro, y no era capaz de ver a sus compañeros - ¿Por qué estoy solo? ¿Qué es lo que ha ocurrido?
Sabía que el tiempo apremiaba, y que si permanecían separados sería el fin. Trató de gritar sus nombres, pero por más que lo intentara, las palabras no se formaban.
- No es posible. No es posible... pero es él.
- Pero, ¿estás segura?
- Theus bendito, ya te he dicho que sí, Renée. Llevo años viviendo con un castellano. Sé perfectamente qué cara es la que sale en sus monedas.
- Es imposible, Fiora, es lo único que digo...
La menuda strega husmeó en el bolsillo del traje de hombre que llevaba y sacó un doblón. La levantó a la altura de los ojos de su amiga, dejando el perfil del rostro que había grabado en ella bien a la luz.
- Dímelo tú, Renée. Dime que no son el mismo hombre.