Por orden del César se dicta:
Todo aquel entrenado en el combate o capacitado para tal se presente ante la legión para su adiestramiento inmediato. Las guerras acontecen a nuestro alrededor y debemos tomar partido en ellas. Las mujeres también están aceptadas en las filas aunque sino muestran una aptitudes destacables para el combate serán usadas solamente para el desahogo de los soldados.
El servicio militar los obligará a partir a diversos lugares entre lo cuales estarán: Los bastos y desvastadores países de norte con sus grandes guerreros, los áridos y extensos desiertos de Egipto, las amplias costas de Persia y sus gentes. Habrá muchos más pero ya los conocerán en el momento en que sean destinados allí.
No hay nada más que decir. El césar espera a sus nuevas tropas impaciente pues Roma debe abrirse un nuevo lugar en la historia.
¡Honor y gloria!