La ciudad de Magnimar no es ajena al delito, ni siquiera a los delitos violentos como el asesinato. Las brutales guerras de la chusma sczarni a veces derraman sangre en las normalmente pacíficas calles, seres hambrientos casi olvidados corretean entre los cimientos de los monumentos antiguos, e incluso la infame Secta del Desollador ha estado activa de forma intermitente en la ciudad costera varisiana. Pero la última serie de asesinatos que ha azotado Magnimar presenta una carta de visita diferente a la de los asesinatos de una secta. ¡Un nuevo asesino acecha en las calles de la ciudad durante las primeras horas de la madrugada!