Usuarios conectados en la web (34)
- Aalem
- Adrielle
- Anthur
- Ashserridan
- Astea
- Asture
- Blackmailer
- Celebfin
- Chafoloco
- Darkreul
- dasharai
- Deathstalker
- Diegus
- Edmund23
- Erica Strange
- Felfo
- Haruki
- Korh
- Lasel
- Leon_1609
- lobosol
- Manzoi
- Midrangor
- Minsc
- Monet Vobiscum
- Queen_of_spades
- Raramiel
- rj
- Silenia
- Spartan
- Threkor
- tormento
- Ungrat
- Val
Usuarios conectados en el chat (0)
Partidas
- En juego
- Director (0)
- Jugador (0)
- En pausa
- Director (0)
- Jugador (0)
- Finalizadas
- Director (1)
- Jugador (5)
Partidas como director en juego
Partidas como director en pausa
Partidas como director finalizadas
De aventuras por el viejo mundo
No todo es lo que parece en el Viejo Mundo. Las ordas del caos esperan pacientes su momento. Y mientras...... qué harás tu?
Partidas como jugador en juego
Partidas como jugador en pausa
Partidas como jugador finalizadas
De paseo por los Reinos Jovenes
Esta es una partida, esperemos que larga, en la que veamos crecer a los personajes, y en la que los límites a las posibilidades los pones tu.
Yo arbitraré una serie de aventuras, y entre ellas, vosotros tendreis que vivir en los Reinos Jovenes.
Los personajes serán recien generados según el método normal.
La luz que ilumina la tormenta
Sigue siendo invierno aquí, en el norte. Las estepas favorecen los vientos y todo lo que te cuenten sobre Kislev es cierto: la hospitalidad de sus gentes, el seductor abrazo del frío, el oscuro aullido en la noche, el rojo de la sangre sin nombre, el Caos.
Más allá de Ostmark, el hombre sigue siendo hombre, pero las siluetas en la bruma desdibujan los propósitos y nos aíslan entre nosotros tanto como se aíslan los demás, los que nos llaman bárbaros, o locos. No estamos locos, el alcohol nos protege. Creete todo lo que te cuenten sobre nosotros: la euforia explosiva, la súbita melancolía, cada día es una vida, una mañana llena de promesas y esperanzas que termina en una tarde donde, al cerrar los ojos, asumimos no volver a despertar jamás.
La tierra nos cuida, la zarina nos bendice pero, ¿todo eso es suficiente? A veces yo mismo lo dudo y tengo que beber más y cantar más canciones, bailar más rápido y robar mejores besos para creerlo. ¿Para creer qué, dices? Para creer que somos hombres.
