El archimago Xfirgh’lá desde su fortaleza oculta fuera de los planos de la existencia, observa a los héroes del mundo. Sabe que pronto despertará la bestia que lleva eones vigilando y que necesitará algún héroe capaz de enfrentarse a él. Quién será mejor, se pregunta, entre los que está observando, héroes que viven en diferente lugar y en diferente tiempo y que nunca se encontrarán. Al final se le ocurre una idea, en su propio plano de existencia, creará un torneo donde invitará a participar a esos héroes desde sus sueños. Los héroes trabajarán en diferentes equipos, contra ellos o contra las pruebas que les ponga el poderoso archimago y recibirán puntos por vencer cada prueba. ¿Habrá valientes que aceptarán su propuesta?
El Escenario es la Mansión Watersdown, en el salón. Son las 7:00 p.m. del sábado 12 de enero de 1936 y los invitados de Sir Roger Watersdown se han reunido para un cocktail. Se espera al anfitrión en cualquier momento. Se oyen pasos en el hall. El mayordomo abre la puerta y anuncia: «El Inspector Smythe de Scotland Yard».
De todos los héroes guerreros de Khorne, el Dios de la Sangre, pocos son tan devotos a su sediento amo como lo es el Destructor, miles de víctimas han sentido el filo de su hacha en su cuello y sus blancos cráneos yacen a los pies de Khorne. Pero hace demasiado desde que un mortal portara ese título y por ello el poder ruinoso de la guerra ha decidido hacer un llamado a sus filas para que algunos de los mejores a su servicio compitan y así le demuestren que son dignos de obtener tamaña recompensa.