En la Guarida del Rey Trasgo

¡El Rey Trasgo ha atacado la villa de Valdelamora de Enmedio!

Normalmente los lugareños no tienen mucho problema con estos ataques, en los que los trasgos se llevan a animales tan enfermos que habría que sacrificarlos o a mozas tan pesadas que dan ganas de arrimar el hombro y ayudar para que se las lleven a su cueva, que los pobrecicos trasgos tienen unos bracicos que no dan para empujar a según qué vacaburra. Pero resulta que el ataque del Rey Trasgo ha coincidido con las fiestas del pueblo, y entre las mozas raptadas se encuentra Lady Buñuela, la hija de curvas generosas del barón. ¡Como el barón se entere de que se han llevado a su tocinito, Valdelamora va a acabar en llamas o peor!

Así que los habitantes de Valdelamora han realizado una colecta para contratar aventureros para que vayan a rescatar a Lady Buñuela antes de que el barón descubra el percal. Por supuesto, con un presupuesto final de ocho monedas de oro, un botón, unos calzoncillos usados, dos barriles de cerveza aguada y el tanga de la esposa del alguacil, como que no han sido capaces de reclutar a lo mejor del gremio de aventureros.

Sin embargo, vosotros, prestos, bravos y suicidas aguerridos aventureros noveles, habéis decidido acudir a la llamada a la aventura. Más que nada porque era esto o limpiar de ratas las alcantarillas de la ciudad. Así pues, los aventureros acudís en rebaño a la Cueva del Rey Trasgo.

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