Un asesinato en plena cuarentena despierta las sospechas de nuestros protagonistas. ¿Qué está ocurriendo en Edf. Princesa?
Los personajes vuelven a su casa, la ciudad de Lansing (Michigan) por la I-69 un domingo por la tarde, después de haber pasado un fin de semana en una cabañana en el Lago Hemingway, cuando se topan con un gran atasco.
Lo llamaron “El incidente Baker”, una extraña reacción en cadena de una serie de malas praxis en una petrolífera que trabajaba muy cerca de una ciudad muy al norte de Alaska.
La ciudad de Erebo se vio sumida en el caos por unas horas, cuando unos gases nocivos fueron liberados en sus frías tierras cubiertas por una noche casi perpetua.
Entre los principales efectos de dichos gases nocivos se encuentran: paranoia, alucinaciones e ira violenta, lo que llevo a varios habitantes a atacarse unos a otros asegurando que unos supuestos monstruos parecidos a peces los atacaron.
Por este y varios otros motivos, oleadas de psicólogos y psiquiatras fueron contratados a modo de ofrecer mayor respaldo emocional para los habitantes de esta particular ciudad alejada de todo.
“Cuando la desgracia golpea a la puerta, Dios a veces abre una ventana” fueron las palabras del Padre Jonas Burrow ante la situación que iba desarrollándose en la ciudad.
Ante aquella catástrofe, la ciudad de Erebo fue puesta en la mira del gobierno federal estadounidense, el cual aprovecho el particular fenómeno natural que ahí se desarrolla para explotar el turismo de la zona, realizando tareas titánicas de marketing para promover al fenómeno, que poco a poco fue reconocido como “La eterna noche”.
Con un ciclo solar bastante particular, hoy en día puede verse a Erebo en el top diez de lugares más visitados del mundo, por lo que la ciudad se vio envuelta en una avalancha de visitantes de todo el globo, lo que hizo elevar a niveles insospechados los ingresos locales y la expansión del turismo lo que se traduce en mayor cantidad de habitantes y mayores fuentes de trabajos bien remunerados.
“Antes solo podíamos trabajar en la petrolífera o en las fábricas, pero ahora tenemos la posibilidad de trabajar como meseros o cocineros, sacando mayor cantidad de ganancias o con mucho menos esfuerzo y riesgo” asegura Thomas Brooke, antaño obrero de una de las tantas fábricas.
Pero con la conglomeración de mortales, también se suman otros seres, criaturas de la noche que aparte de no temer por sus vidas por casi noventa días ya que su principal enemigo se oculta y solo se asoma por otros treinta días, ven a la ciudad de Erebo como una tierra a ser reclamada para servir como un verdadero bastión para los no muertos que deseen llegar a esta particular y gélida zona.
Anteriormente, la ciudad era gobernada por Alana Vondik, una Tremere que se vio en la obligación de abandonar la ciudad debido a las fuerzas del Sabbat que llegaron al lugar y se apoderaron del mismo con ayuda de algunos miembros de la Camarilla que no estaban del todo contentos con el gobierno de la príncipe, principalmente por su afán de crear treguas no solo con mortales, sino con la manada de garous de la zona.
Pero todo esto quedo ya en el pasado: Una fuerza misteriosa fue capaz de eliminar a todos los miembros de la Camada de Fenris que pululaban en los bosques, animados por esto el Sabbat logro expulsar a las mal organizadas fuerzas presenciales de la Camarilla. Pero tras esto llegaron meses y meses de sol, y con ellos los constructores, arquitectos, las moles de cemento y acero crecieron como arboles bien regados.
Cuando la Espada despertó, descubrieron que la victoria duro poco: Los Anarkistas, siempre prestos y abrigados por la ola sin precedente de desarrollo que vio la ciudad, declararon Erebo como un nuevo Estado Libre y están dispuestos a defenderlo con dientes y garras. Y como si esto fuera poco, corren los rumores de que cada vez llegan más a menudo equipos de tarea de la Torre, esta vez organizados y dispuestos a recuperar con una ola de sangre lo que la Espada de Caín les robo en una guerra relámpago.