Foro

     Los pasos acelerados fueron correspondidos por sordos quejidos metálicos mientras corría por el estrecho pasillo. Aunque estaba en buena forma, las traslaciones disformes siempre le provocaban una sensación da nausea. Era algo inevitable para él y sus órganos internos siempre sentían de alguna manera que no estaban sobre tierra firme. Apretando los dientes para sacarse la sensación del cuerpo, Lazarus se llevó la mano al micro-comunicador. - ¡Hank! ¿¡Como vais por vuestro lado!? Su voz llegó al otro lado con algo de estática y entrecortada por el esfuerzo. - ¡Estamos en ello! Fue la contestación de la ronca voz al otro lado de la línea. Por un momento se escuchó un tableteo de fuego ligero, por su experiencia seguramente de una pistola automática. - ¡Un par de cabrones intentan evitar que entremos en la sección de embarque! Añadió. - ¡Si hubieseis hecho lo que yo os dije en vez de improvisar, no...! la voz ronca le cortó bruscamente. - ¡No me jodas Quale, si fuera por ti habríamos interrogado una por una a las treinta mil almas de la nave! De nuevo se escuchó fuego de armas de fondo. Aquel tipo empeoraba el dolor de cabeza Lazarus -¡Ya hablaremos luego! Malditos estúpidos... Pensó. No seguían los métodos tanto él como el maldito psíquico y por eso acababan siempre así. Solo sabían apretar el gatillo. Por lo menos Taleon le cubría las espaldas, algo era algo. Pero donde demonios estaba ahora...

     El piloto y el contrabandista se miraron por un momento fugaz. El primero estaba pálido como el lomo de un armiño y su mano derecha temblaba visiblemente cuando señaló al otro hombre. - ¡Me dijiste que estaba todo controlado! ¡Estamos muertos! el otro caminaba como un zorro enjaulado. Ambos estaban en la bodega de carga de la gabarra, algo encorvados por la falta de espacio. -¡Te juro que estaba todo controlado! Gritó el contrabandista en respuesta. - Hemos evitado a esos tipos durante todo el pasaje. No entiendo que ha pasado. El piloto negó con la cabeza. - Habrán comprobado los manifiestos de la carga. Te dije que no rasparas las etiquetas o al menos sobornaras al estibador. ¡La has cagado Thomas y ahora voy a caer contigo! Con zancadas apresuradas ambos bajaron al suelo del hangar. El piloto inició con urgencia su tarea. Había retirado unos paneles de control e intentaba engañar al cogitador para que iniciase la apertura de la exclusa exterior del hangar. Habría sido mas fácil con un tecnosacerdote sin duda. Una luz roja intermitente bañaba el interior abierto del compartimento de carga, señalando que el hangar había sido sellado por el puente de la nave. Se les agotaba el tiempo y lo sabían.

     El oficial en el puente parecía mas tenso que las cuerdas de un violín. - No puedo hacer mas, entiéndalo. Algunas de las cubiertas de embarque ya estaban abiertas cuando su jefe hizo la petición. Esos hangares están despresurizados. El acólito chasqueó la lengua con disgusto. - Maldita sea... ¿Cuantas naves han salido ya? La tez de ébano del pistolero reflejaba seriedad. Mas de la habitual en él. - Tres gabarras de carga. Contestó el primero. Taleon se llevó la mano al micro-comunicador maldiciendo nuevamente para sus adentros. - Laz. Me temo que esto va a ser casi puro azar...

     Luchando contra la sensación de mareo, Lazarus entró en el hangar. Los contrabandistas habían logrado sellar la puerta y el sensor de proximidad no respondía. No se abría. A través del cristal pudo ver a los dos hombres atareados en el panel e ignorantes de su presencia. Sin dudar un segundo levantó las pistolas gemelas que empuñaba y disparó varias veces contra el mamparo de cristal. Con un ágil movimiento saltó al interior y encañonó a ambos hombres sujetando sus armas con firmeza.

     El piloto levantó las manos con rapidez, pero el otro hombre hizo ademán de llevarse la mano a la pistolera de su cadera. - ¡Ah, ah! Exclamó el interrogador negando con la cabeza. - Ni lo intentes. Su mirada dejaba claro que no dudaría en apretar el gatillo. - Thomas Haggard, por la autoridad que me otorga mi acreditación inquisitorial y en nombre del Ordo Xenos, quedas bajo custodia. Una vez las palabras salieron de su boca, su dolor de cabeza pareció menguar. Creo que los tenemos... Pensó.

     - Gabarra arvus theta-3257, pidiendo permiso para aterrizar. El piloto sudaba profusamente. Aun no se podía creer la suerte que había tenido al evadir el bloqueo. Aunque con el tráfico aéreo a los espaciopuertos de Escintila no era de extrañar. El dividir la carga en varias naves había sido un acierto. Por suerte ellos viajaban en la que había escapado a la criba. - Arvus theta-3257, permiso para aterrizar en la plataforma 33. Contestó una voz casi mecánica. El hombre suspiró al fin. Miró hacia atrás hacía su único pasajero. - Parece que hoy es nuestro día de suerte.