Subida por Gamo
Cualquier padre con una bebé en casa sabe que es normal comer a destiempo y en las horas más extrañas, así que no es sorprendente que el hambre ataque a medianoche.
Al abrir la despensa para ver que podía preparar sin despertar a la aún hormonal y loca de atar mujer de mi vida me encontré con una caja de macarrones instantáneos que debe tener un par de años allí. Y en una de esas epifanías que sólo el desvelo y el hambre producen recordé que había una prueba relacionada con ese alimento.
Olvidando por un momento el rugir de la panza encendí la pc para comprobar si era cierto o un delirio por desnutrición. Inmediatamente me dí a la tarea de armar el dichoso collar.
Luego de unos cuantos pinchazos finalmente logré terminar uno relativamente decente.
Concluida mi tarea procedí a darle a los macarrores el destino que habían logrado evitar por tantos años.
Les debo la foto del plato preparado, como comprenderán no pensé en la cámara hasta muy tarde.