Subida por MrSeeK
Imagen: El Cachirulo posa, triunfante, en el arrasado Castro.
Tras la reconstituyente cena con Javierrivera2, nos levantamos con energías renovadas. La noche anterior entre albariño y churrasco nos había ayudado a descifrar el plano que obtuvimos en el monasterio, con la localización de un lugar de gran poder, cercano a sus dominios, y a él nos dirigimos.
Atravesamos la espesa niebla de la mañana y obstáculos que nos impedían el paso continuamente, encontrándonos desvíos temporales, que no hacían sino obligarnos a caminar más de lo debido.
En lo más pesado de nuestro camino, esquivando hordas de zombigrinos, estuvimos a punto de perder el camino que nos desviaba hacia el lugar marcado, el mayor y más antiguo de los Castros de la zona. Con ilusión nos dirigimos hacia él, esperando encontrar amparo y solución.
Sin embargo, al terminar la empinada cuesta nos encontramos la cruda realidad, había sido arrasado hasta los cimientos, el Cachirulo se regodeaba de ello encaramado en los restos del lugar. Se nos habían adelantado. Estamos cerca de nuestro destino y el pañuelo maldito hace alarde de todo su poder, tratando de escapar del destino que los Umbrianos procuramos para él.
Nuestro camino aquel día, sin embargo, fué algo más liviano que otros, aunque tuvimos que lamentar la pérdida de aquel reducto de sabiduría.