Si hay algo que es inevitable, es la muerte. Todos, independientemente de nuestro poder, riqueza y salud, acabaremos muriendo, y el mundo seguirá dando vueltas a pesar de ello. Sin embargo, la Muerte puede a veces sentirse caprichosa, y de estos caprichos nacen los llamados Devoradores de Pecados.
Muere gente todos los días; eso es innegable. Sin embargo, pese a que la Muerte es omnipresente, la mayor parte de nosotros no sabemos cuando el Segador va a hacer acto de presencia, y por ello nos escandalizamos y nos horrorizamos cuando aparece cerca de nosotros. No podemos ver las almas atrapadas de aquellos que han muerto, y cuando alguien dice que puede ver y oir a los fantasmas, lo tomamos por un loco o un cuentista. Pero hay gente que nace con un don (o una maldición, según el punto de vista); quizás no puedan ver directamente a los fantasmas, pero si sentirlos. Y también saben cuando alguien va a morir cerca de ellos. Al margen de sus extrañas percepciones, esta gente es gente normal y corriente, pero... ¿que ocurre cuando la Muerte visita a estos "iluminados"? Normalmente nada especial; simplemente mueren, como todos. Pero a veces puede ocurrir algo totalmente diferente y sobrenatural. Una entidad se presenta ante el "potencial fallecido", y le hace una oferta: seguir con vida, a cambio de poder usar su cuerpo como vehículo. Estas entidades son los geist, y los que aceptan el pacto se conocen como los Ligados, o más frecuentemente, los Devoradores de Pecados.
Un geist es un fantasma, el alma estancada de alguien que alguna vez estuvo vivo, pero no es como cualquier fantasma. Los geist son fantasmas antiguos, que han olvidado casi todo lo referente a su vida mortal y se han convertido en un avatar de la muerte, un arquetipo que se nutre de un aspecto concreto de la muerte. Estos geist son muy poderosos (prueba de ello es que pueden devolver a la vida a alguien muerto), pero añoran las sensaciones que solo los vivos pueden experimentar. Por ello hacen pactos con humanos que estén a punto de morir; a cambio de devolverles la vida, el geist puede disfrutar de una carcasa de carne a través de la cual podrá volver a sentir de nuevo. No todos los humanos tienen el potencial de atraer un geist en el momento de su muerte; solamente aquellos con algún tipo de percepción especial sobre el mundo de los muertos y que, en el momento de su muerte, luchan con todas sus fuerzas para sobrevivir, pueden llamar la atención de un geist y forjar el pacto que los convertirá en un Ligado.
Los Ligados, o Devoradores de Pecados, son algo más que humanos cuando regresan del umbral de la muerte gracias al pacto con el geist. Son dos entidades en una, juntas pero no mezcladas, cada una con su propia personalidad. Conservan sus recuerdos, sus sentimientos y su voluntad, pero ahora tienen una segunda voz en su cabeza, la voz de una entidad antigua y poderosa que busca sus propios objetivos. La mayor parte de los Devoradores de Pecados son capaces de ignorar los deseos de esta voz (los geist son arquetipos de la muerte, y sus deseos a menudo están relacionados con el aspecto de la muerte al que pertenecen), pero otros encuentran estos deseos muy atrayentes, o son demasiado débiles de voluntad como para resistirse a ellos, y cumplen las órdenes de su geist, cayendo en una espiral de corrupción en la que el geist gana cada vez más control sobre su recipiente de carne. Sin embargo, la vuelta a la vida no es la única recompensa que los Devoradores de Pecados obtienen a cambio de servir como recipiente a una entidad tan alienígena como es un geist. El Devorador de Pecados tiene a su disposición los poderes y conocimientos de una criatura muy antigua, y a medida que el vínculo entre humano y geist se fortalece, más poderes puede emplear en su beneficio. Los Devoradores de Pecados pueden ver a los fantasmas, interactuar con ellos, percibir la marca de la Muerte en el mundo mortal y emplear Manifestaciones, que son poderes fantasmales con los que pueden alterar lo que les rodea de muy diversas formas. Incluso son capaces de acceder al Inframundo, un horrible lugar a donde van a parar aquellos fantasmas que han olvidado demasiado de si mismos como para poder continuar en el mundo mortal.
Precisamente es la capacidad de ver a los muertos e interactuar con ellos lo que les da su nombre a los Devoradores de Pecados. Aunque no están obligados a ello, normalmente un Devorador de Pecados se ve en la necesidad de interactuar con los muertos, ya sea para ayudarles a pasar al otro lado, o para emplearlos para sus propios fines. Un Devorador de Pecados es, tradicionalmente, una persona que realizaba un sencillo rito para que los pecados de alguien que estuviese a punto de morir pasasen a él, liberando su alma de toda culpa. Los Ligados son eso en cierta manera; asumen los errores de los fantasmas para ayudarles a pasar al otro lado.
Editorial: White Wolf
(Reseña de Drakenhof)