En este juego, cada jugador es un superviviente de un holocausto zombie perdido en una gran ciudad. La meta es llegar el primero a la casilla del helipuerto y escapar con él, dejando al resto de jugadores de comida para zombie.
El juego contiene seis peones, (unos tipos de plástico con escopeta), un centenar de zombies, (también de plástico; 50 hombres y 50 mujeres), un mazo de cartas de evento y un mazo de cartas de ciudad.
Las "Cartas de ciudad" en realidad son láminas cuadradas que representan 3x3 casillas de la ciudad. Así, en cada turno, el jugador debe sacar una de ellas y anexarla a las demás de forma que las calles "encajen", y de esa forma se va creando una ciudad distinta con cada partida.
Cada jugador tiene además contadores de vida y de bala, que pueden usarse para sobrevivir a un mordisco o para facilitar la tarea de machacar zombies. Estos corazones y balas pueden recuperarse en los edificios, que son láminas especiales que en vez de calles representan... pues eso, edificios.
A eso se le unen las cartas, que son de diferentes tipos; algunas son objetos típicos de las películas de zombies, como un hacha de bombero, una motosierra o un monopatín. Y otras son eventos cabrones que afectan a otros jugadores.
A pesar de lo grande que puede volverse la ciudad, (se necesita una buena mesa), la caja, con todos sus zombies, ocupa muy poquito; apenas un poco más que una de las viejas cintas de video VHS.
Estupendo.
Pocas veces puede asistir uno a un juego tan sencillo, y a la vez tan completo. Recrea perfectamente la sensación de estar rodeado de zombies, y para ganar es necesario mantener un equilibrio entre la colaboración, (durante el principio del juego), y el puteo, (al final), con otros jugadores.
Además, la ciudad modular le da variedad al juego, y los macacos de plástico le dan un aspecto muy visual y atractivo. Eso de ver a tu peón rodeado por una docena de zombies da que pensar.
El puteo a los demás jugadores mediante cartitas es muy divertido, y si te matan "vuelves a empezar" en la casilla central, perdiendo cartas de objetos, así que nunca hay un jugador que se quede descolgado antes del final, como en otros juegos.
¿Defectos?, pues el único que he encontrado es que en los momentos finales se puede volver un poco frustrante, si estás a punto de ganar y los demás jugadores se dedican a putearte sistemáticamente.
En mi opinión es un juego que reúne sencillez y diversión, y muy bien ambientado. No es adecuado para pasarte toda una tarde con él, pero para divertirte una horita y media viene de lujo.
¡Saludote¡.
Pues ya tengo el juego en mis manos, ha sido un regalo por mi santo, y tras probarlo con mi pareja este fin de semana tengo que decir que Kastanguluka tiene toda la razón. Es un juego entretenido, sin pretenciones, rápido de jugar y muy vistoso. Me ha parecido gracioso y sólo por los zombis que trae de plastico merece la pena. Nos reimos durante la partida e incluso me he comprado tres o cuatro expanciones.
Es un juego del que me gustan más los componentes que lo que es el juego en si.
Las partidas se alargan demasiado para mi gusto, y las cartas son demasiado bestias. Además, hay reglas poco pulidas o que no transmiten lo que para mi debería ser una historia de supervivencia (como el ganar por el número de zombis que matas).
Aunque hay un montón de reglas caseras por ahí que lo apañan bastante, no cuajó en mi grupo. De esa temática, preferimos el Space Hulk, aunque los genestealers tengan menos "encanto" que los zombis ;-P
Muy divertido aunque me mola mas la 4 expansion eso de que los perros sean mas jodidos de matar mola xDDD
Su mayor ventaja es que es muy rápido de montar y en cinco minutos se le explican las reglas a cualquier lego en el juego.
Quizá lo malo es que su simpleza aburre: en un par de horas pueden hacerse incluso tres partidas.
Cita:
Opino igual que Rulkavian, me esperaba algo más de este juego, aunque añadiéndole reglas caseras al gusto para paliar sus defectos, veo que puede ganar bastante.
Me lo compré y lo acabé vendiendo aunque porque yo lo tenía en inglés y un compañero de mi grupo de juego en castellano. No me gusta mucho pero esta bien para jugar de vez en cuando, sin embargo las cartas putean mucho, muchísimo, alargando el juego una barbaridad.
El juego está.... bien. Al principio es muy entretenido, coleccionando cabezas de zombies y construyendo la ciudad, todo con pequeñas dosis de puteo al resto. Pero en cuanto sacas la casilla del helipuerto.... se vuelve infumable. Todos los jugadores intentan llegar corriendo a él, entorpeciendo al resto todo lo posible y más. ¿Que hay que poner más zombies en juego? Se ponen. ¿Que hay que recolocar los zombies? Todos los posibles a por el primero. Y así, el juego se alarga una barbaridad. Pues normalmente ese jugador cabecilla, el que lleva la delantera, muere y vuelve a empezar, frustrándose y yendo a saco a por el siguiente "cabecilla". Se pueden perder amigos con este juego.
En conclusión, es un juego de puteo: cartas brutas, control del tablero y cero cooperación. Una carrera por la supervivencia que te amarga las cervezas de después, pues al fin y al cabo sólo es un juego más.
Eso sí, la temática muy chula.
Tiene el mismo defecto que el Munchkin... Como diríamos los de ciencias: "tiende a infinito"
El problema de los juegos de putear es que como casi siempre se unen todos los jugadores contra el que va mejor suelen alargarse demasiado si no se crean unos mecanismos apropiados para limitar su duración o vayas formas de acabar la partida para crear diferentes opciones y estrategias.
El juego es muy parecido a un videojuego con sus vidas y armas y depende demasiado de la suerte con el dado y las cartas que robes.
En la tienda hace un par de semanas propusieron (les salió de casualidad al leer mal las reglas) una regla alternativa muy simpática de empezar con 3 cartas de localización y poder ir eligiendo cada turno entre las dos que tienes y la que robas para ir generando el tablero. Claro que habría que obligar a jugar el helicóptero en cuanto se roba.
El otro día eche una partidilla de cinco personas y aquello se hizo eterno, es más, dejamos ganar al anfitrión que no al dueño del juego.
Al principio muy bien, pero luego eran zombis por todos lados, matabas uno y aparecían nueve; y cuando te acercas mínimamente al helipuerto te masacran los zombis o tus compañeros y otra vez al inicio. Vamos, que una partida echamos que duró unas tres horas aproximadamente, y nos quedamos hasta sin fichas de zombis para poder avanzar.
Los primeros diez minutos esta chulo, vas poniendo calles y algún que otro zombi. Antes de la media hora ya empiezas a pensar ¿cuanto quedará para que salga el helipuerto?. Rondando la hora sale el helipuerto y el juego se hace largo y tedioso, dar un paso adelante cuesta una barbaridad y eso cuando no es otro jugador quien te mueve a tí con las cartas.