Año 1006 de nuestra era. Harald y sus hombres acuden a la Mikligard, la ciudad del ombligo del mundo, para servir a su emperador. Los lugareños la laman Constantinopla: la ciudad de Constantino.
Y así fue como Harald, hijo de Harald, recibió como pago a sus hazañas una carta para servir al emperador de la Gran Ciudad del sur: Mikligard. En aquellas cálidas y misteriosas tierras, pobladas por más de cien razas, lucharía al servicio del Tsar en incontanbles batallas, y haría
honor al nombre de su padre.
Muchos hombres le acompañaron, graves o pendencieros, valientes todos. Y con ellos vivió aventuras en lugares que ningún nórdico ha pisado jamás.
Esta es su historia.
-Partida en mesa de El Club de los Martes.