24 de Julio de 1943: El General estadounidense Patton avanza imparable por Sicilia. Se espera, aunque nadie lo dice abiertamente, que en pocos días tome la ciudad de Messina. Las tropas alemanas están en estado de alerta y las tropas italianas en los cuarteles. Se han suspendido los permisos; se ha decretado el toque de queda; en la radio, sólo se sintoniza música clásica; en la calle, silencio, sólo silencio...
El 24 de Julio de 1943, por la noche, tras la vuelta de Mussolini de su entrevista con Hitler en Feltre, los 28 miembros del Gran Consejo Fascista se reunieron para discutir la destitución del que, hasta ahora, había dirigido a la nación. Mussolini estaba tranquilo y confiado. Poco podía imaginar él que a la mañana siguiente, tras una agotadora y maratoniana sesión, 19 personas, incluido su yerno el Conde Ciano, votaron a favor de su destitución. Por la tarde, el rey, Victor Manuel III, ordenaba su encarcelamiento. Pocas personas sabían en Roma lo que estaba sucediendo la noche del 24, pero menos personas todavía podían imaginar que sucedería a la mañana siguiente. Seis miembros de la SS recibieron la orden de escoltar un preciado cargamento hasta Berlín. Para ello se preparó un tren especial con el que viajarían hasta la capital del Reich. A última hora y tras grandes presiones de algunos miembros del Consejo Fascista, se enganchó un vagón más al convoy. En él viajarían seis personas, todos civiles, todos muy bien relacionados. Para todos ellos, aquel era el último tren...
Esta partida, escrita por Juan Carlos Herreros Lucas, ha sido publicada por Ediciones Sombra, por lo que si la habeis jugado o leido os ruego que no os apunteis.
Para los demás, esta partida podrá jugarse con personajes pertenecientes a las SS o Civiles Italianos. Según lo que prefirais me indicais cuando os apunteis e iremos completando cada grupo.
El ritmo será alto, parando fines de semana.
Los jugadores pueden ser novatos, la ambientación es autoexplicativa y los personajes pregenerados.
El tren se detiene completamente. La zona corresponde a un tramo de vía que discurre por un amplio valle. Campos de cultivo se extienden a ambos lados y a unos 600 metros se puede apreciar la arboleda que marca el recorrido del río. Todo parece bastante tranquilo
El vagón restaurante está dividido en dos zonas. En una de ellas hay cuatro mesas con cuatro sillas cada una y dos mesas con dos sillas. Es aquí donde se sirven las comidas. La segunda zona está limitada por una barra de bar y varios taburetes. Aquí se guardan, además de las bebidas, varias barajas de cartas, cubiletes con dados y un par de tableros de ajedrez. Oficialmente se sirve el desayuno de 8:30 a 9:30, la comida de 13:30 a 14:30 y la cena de 20:30 a 21:30, y el bar permanecerá atendido de 11:00 a 22:00, fuera de ese horario se cierra con llave.
Este vagón consta de dos zonas diferentes. Por un lado están los compartimentos, disponiendo uno para cada uno de los oficiales. Dichos compartimentos constan de una cama, un pequeño cuarto de baño y un, aún más pequeño, armario. Aunque disponen de una puerta de comunicación dos a dos, dichas puestas están cerradas.
La otra zona del vagón consta de una austera sala de estar. La sala de estar dispone de una mesa baja y dos sillones de dos plazas y una mesa alta con seis sillas de madera. Ambas mesas se encuentran fijadas al suelo para evitar accidentes durante el trayecto, por lo que su distribución no se puede modificar.
Sobre la pared de la sala se han fijado tres mapas: uno de Italia y Alemania donde se ha fijado el recorrido del tren, otro de Sicilia, donde se ha marcado la posición aproximada de las tropas aliadas y un tercero de Europa, donde se indican aproximadamente las zonas bajo control del Reich.
Este vagón está separado en dos áreas bien distiguidas. Por un lado están los compartimentos de los pasajeros, constando cada uno de ellos de una cama, un pequeño baño y una especie de armario. Aunque prácticamente no hay decoración, todos ellos tienen un pequeño cuadro colgado en algún lugar de la estancia. Los cuartos tienen una puerta de comunicación que podría unir el primero con el segundo, el tercero con el cuarto, etc. si no fuese porque está cerrada con llave.
La segunda zona está compuesta por tres mesas bajas con sillones, que configuran un ambiente ideal (dentro de lo que cabría esperar en un ferrocarril) para mantener agradables tertulias o adoptar la inglesa tradición de tomar un té. Las paredes están decoradas con unos bonitos cuadros pero que se aprecia claramente que son malas copias de otros mejores.
Cada vez es más acentuada la perdida de la velocidad. El traqueteo se espacia y el paisaje se detiene. La locomotora cesa todo movimiento y se queda clavada en la vía.
El tren se ha detenido en un tramo de vía sin apenas pendiente pero en la ladera de una montaña. Viajar a pie resulta casi imposible salvo que se haga por un pequeño sendero que va paralelo a la ruta del ferrocarril. Este sendero permite también acceder con facilidad a la locomotora.
El tren está preparado para salir.
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