Roma, año 40 dC. Reina el emperador Calígula, de quien se comenta que está cada día más loco, hasta el punto de nombrar senador a su caballo.
A todos los problemas actuales del Imperio, se suma que han empezado a desaparecer mujeres en la ciudad, de toda clase y condición.
Alguien habrá de hacer algo.
Los niños de Roma tiemblan en sus camas cuando sus madres les cuentan las historias de Zeus, los hecatónquiros y la Guerra de los Titanes. Las madres creen que las historias hacen que los niños se comporten; los niños se creen las historias y rezan para que las Parcas hayan tejido para ellos una madeja muy larga. No saben que hay cosas mucho más horribles en el mundo que las criaturas de los mitos y leyendas. Un dios oscuro remolonea por las calles de Roma para robar las almas de los ricos y de los pobres, de los jóvenes y de los viejos, a fin de rellenar su imperio al otro lado del muro del Sueño.
A miles de kilómetros de distancia, en la costa de una isla recién invadida, centuriones romanos
se apiñan alrededor de las fogatas con la esperanza de que sus fortificaciones mantengan a raya a los bárbaros mientras se entretienen jugando a los dados y contando historias de fantasmas. Mientras un viento frío barre el campamento, se ríen y palmean las espaldas antes de volver a sus tiendas, con la secreta esperanza que sólo sea una brisa. Los bárbaros son el menor de sus problemas. Pequeñas formas se escurren por fuera de las murallas, en busca de nuevos huéspedes.
En medio del mar más grande que el mundo conoce, un comerciante egipcio otea con ansiedad el
horizonte en busca de tierra... y de la seguridad. Sabe que los piratas merodean por el mar,
evitando a la Armada romana, y que se ceban en los buques mercantes. Sus hombres están armados y debería ser capaz de defenderse de cualquier pirata, pero espera que no haga falta. Cuando tenga la costa a la vista, podrá relajarse. Sus hombres están mal preparados para las formas arremolinadas bajo las olas, que lentamente extienden sus garras para tirar del navío hacia abajo.
Los eruditos griegos en Atenas se muestran eufóricos al descubrir unos pergaminos que hablan acerca de un dios africano que procede de lo más profundo del interior del Continente negro. Ansían leer todo lo que puedan en aras de la ciencia. Nada en su educación les ha preparado para el hecho de que el dios está ya en Atenas, y no se dan cuenta de que Atenas no ha cambiado durante cientos de años.
Las jóvenes corretean por las calles de Herculano en dirección al templo de Vesta, evitando las proposiciones de los viejos libidinosos y de los soldados que han regresado del frente buscando
un lugar para gastar su soldada. Sólo ellas saben que su castidad protege al mundo de un horror indescriptible. Si fracasan en su misión, Roma estará condenada a caer bajo el capricho de un dios depravado.
El sudor y la suciedad cubren a la joven persa mientras extrae su espada de otro monstruo recién salido de la arena. Mientras echa un vistazo alrededor, varios más se desentierran y cargan contra ella. Echa una última mirada por encima del hombro para asegurarse de que las familias que fueron emboscadas tengan posibilidad de escapar, antes de levantar su espada y cargar a su vez contra los monstruos, con un feroz grito de batalla que resuena sobre las dunas.
Éste es el mundo de Cthulhu Invictus, el juego de rol de terror en la época del Imperio Romano.
El viernes, de 15h a 20h.
Crearemos los personajes antes de la KDD, en esta partida, para empezar a jugar directamente allí.
SÓLO JUGADORES QUE VAYAN A ASISTIR A LA KDD, POR FAVOR
Profesiones:
- Augur
- Auxiliar
- Bárbaro
- Jinete
- Centurión
- Cortesano
- Comediante
- Buscador
- Gladiador
- Prefecto
- Senador
- Cirujano
- Ladrón
Donde nuestros héroes se enfretnarán a un retoño oscuro de Shub-Niggurath para salvar a 30 mujeres romanas (nadie dijo que fueran vírgenes ni que tuvieran que serlo), para evitar una catástrofe.