Parecía que habíamos logrado iniciar la revuelta. Todo a nuestro alrededor era parecido a una fiesta, una fiesta algo salvaje. Los milicianos que se movían por las calles parecían enfadados o concentrados, pero también había civiles que, en las zonas ya tomadas, festejaban la toma de estas.
- Vale, pero no nos vanagloriemos tan pronto - le comenté a mis compañeros mientras avanzábamos por las calles -. Coincido con Nina, vamos rápido al siguiente objetivo, hay que hacer presión ahí.
Me llevé la capucha por encima de la cabeza para seguir avanzando sin más hasta nuestro siguiente punto, donde vendría más enfrentamiento. Los civiles podían comenzar a celebrarlo, pero nosotros todavía teníamos trabajo que hacer.
Había podido descansar un poco y recuperarme de mis heridas en aquel refugio, ahora debíamos darnos prisa de nuevo, pues ya de nuevo el grupo debatía sobre que hacer-antes que nada debemos asegurarnos de que no mueran inocentes-dije, pues seguramente el imperio haría lo que fuera para que nos entegáramos y además en una guerra al imperio poco les importabasi mataban inocentes civiles con tal de conseguir sus malvados fines.