Una mancha oscura como la noche se aleja de los sombríos muros del castillo Ravenloft y se mueve hasta una estrecha balconada. Un relámpago revela el cínico semblante del conde Strahd von Zarovich. Sus ojos, ardiendo con un ansia que nunca quedará satisfecha, se centran en la lluvia ligera del ocaso, los pisos que se vislumbran, y las pocas y tristes luces de la aldea que hay más abajo. Aprieta el puño sobre su pecho y murmura, como quien hiciera una promesa, o quizás como quien lanza una maldición, un nombre:
Irina...
Ni siquiera el más tenue rayo de luz escapa de las altas y negras ventanas del castillo. Sus rotas almenas forman una línea dentada a lo largo del oscuro cielo. El castillo Ravenloft se alza sobre un valle cubierto de niebla frío y gris. Construida en el lado más escarpado de un risco de 1.000' de altura, la terrible fortaleza está ocupada por un ser antiguo y malvado.
Una mancha oscura como la noche se aleja de los sombríos muros del castillo y se mueve hasta una estrecha balconada. Un relámpago revela el cínico semblante del conde Strahd von Zarovich.
Sus ojos, ardiendo con un ansia que nunca quedará satisfecha, se centran en la lluvia ligera del ocaso, los picos que se vislumbran, y las pocas y tristes luces de la aldea que hay más abajo. Aprieta el puño sobre su pecho y murmura, como quien hiciera una promesa, o quizás como quien lanza una maldición, un nombre:
Irina...
Strahd hace una mueca, y su afilada dentadura canina es una promesa de devastación. Un viento helado agita sobre él las hojas muertas, hinchando su capa forrada de terciopelo.
Otro relámpago emerge del vientre de la tormenta, lanzando chispas de luz sobre el rostro de Strahd. Los angulosos músculos de su faz y las duras líneas de sus manos muestran a un hombre acostumbrado a ejercer una autoridad absoluta. En ese rostro, no vive la piedad, sino quizás... ¿Hay pistas de una creciente locura?
Sus ojos se estrechan mientras espía a los recién llegados. Un grupo viaja por el viejo camino de Svalich, hacia la aldea. Su mueca se transforma en una terrible sonrisa. Sabe que iban a venir, sabe la razón y sabe cuál será su destino final. Ningún plan puede considerarse bueno si no se derrama sangre en su ejecución.
Al fin todos los peones están colocados; todas las piezas, preparadas desde hace tanto, están en su lugar y aguardando para jugar su papel. Incluso desde su balconada, Strahd puede oír el incesante pulso del Corazón del Día; su ritmo ascendiendo por el castillo de piedra hasta su rígida carne. Su horrible apariencia de vida le proporciona a Strahd un vigor incluso más potente que la impía existencia de la que había disfrutado a lo largo de muchos siglos. Ya solo un puñado de armas pueden dañarle de forma permanente.
Y muy pronto atenderá personalmente a los recién llegados.
Partida de 3.5 en Ravenloft con algunas normas modificadas, entre ellas unir habilidades.
Creación de Pjs:
- 2 plazas de momento, con otras dos ya asignadas
- Nivel 7
- Manuales permitidos(MdJ, Master, Monster, los completos, compendio de conjuros y material extra en castellano que justifiquéis, pero vais con un No de salida, voy avisando)