Partida Rol por web

03 de Octubre, 22:00h.

Maddie había acabado su jornada hacía cosa de dos horas. En realidad debería estar durmiendo porque el día había sido agotador, pero simplemente no podía conciliar el sueño. Ya no se encontraba a gusto en aquel apartamento que parecía tan solitario.

Había caminado en principio sin rumbo fijo, aunque al final terminó frente al bar de Joe. Aquel era un lugar confortable y generalmente lleno de caras conocidas, quizás lo que buscaba era charlar un poco y desahogarse, o simplemente estar acompañada y no sentirse sola.

Entró y fue directamente a sentarse en una de las butacas que había en la barra. Se quitó la chaqueta de cuero que había llevado para combatir el frío de la noche y se lo puso sobre las piernas, una vez debidamente cruzadas. Llevar vestido no era muy práctico pero o se lo ponía en esos escasos momentos en los que no estaba trabajando o se lo comerían las polillas en el armario.

- Buenas noches - saludó al camarero intentado poner una sonrisa que ocultara el su verdadero estado de ánimo - ¿Me pones un Cointreau con Coca Cola?- No podía evitarlo, le pirraban las bebidas dulces.

Se apoyó con un codo encima de la barra, dejó descansar su barbilla sobre la mano y se quedó con la mirada algo ausente, pensativa.

03 de Octubre, 22:00h.

Llevaba solo unos días en la ciudad y ya mi tía me había puesto a trabajar a jornada completa y a cargo del bar en cuanto me enseñó las cuatro cosas que tenía que hacer. Servía mesas, preparaba aperitivos, limpiaba y recogía... había demasiado trabajo que hacer pero por suerte esa noche estaba especialmente tranquila, seguramente más tarde se llenaría. 

Estaba en la barra limpiando unos vasos con un paño y colocándolos debajo de la barra al alcance para servir cualquier copa. Una mujer entró y se sentó en frente mientras yo seguía con la mirada perdida en los vasos, levanté la vista un segundo para saludarla.- Bienvenida, ¿qué te sirvo...? - solté lo que tenía en la mano y esperé a que me dijera su comanda, no vi necesidad de anotarlo y comencé a buscar la bebida para preparárselo. Dejé el vaso vacío en frente de ella.- ¿Deseas hielo? - le pregunté casualmente. 

En cuanto me respondió se lo preparé enseguida delante de ella y se lo serví.- Aquí tienes... - le dejé un ticket al lado con lo que había pedido. Parecía algo pensativa y como seguí en frente de ella con el trabajo de secar los vasos, me atreví a preguntar.- ¿Trabajas cerca de aquí? - dije casualmente esperando contestación. Había oído por mi tía que en aquel bar solían venir bomberos y policías, a lo mejor trabajaba de algo de ello.

03 de Octubre, 22:00h.

Había estado tan absorta en sus propios pensamiento que había pedido la copa de forma automática, sin fijarse en quién estuviera en el bar tomando nada o siquiera en el camarero. Pero cuando este se acercó para preguntarle si quería hielos y servirle justo delante suyo, no pudo evitar fijarse en su magnifico porte. Primero su mirada fue atraída por las grandes y fuertes manos que sujetaban, con una delicadeza que no parecía corresponder al tamaño, aquel vaso de cristal entre sus dedos. Los anillos le daban un toque de rebelde "malote" que no hacía más que aumentar su atractivo. De las manos pasó a los antebrazos y mentiría si dijera que no eran una de las partes que más le atraían de los hombres, sobre todo si se ponían muñequeras o pulseras como era el caso. Fuertes, sin demasiado pelo (odiba a los hombres peludos) y que acompañaban proporcionalmente al resto del cuerpo. Por fin levantó la mirada hasta sus ojos. Estaba cañón.

Definitivamente era nuevo, si lo hubiera visto antes no se le habría pasado por alto. -Eh, sí, échame la mitad de hielos al menos. No quiero beber demasiado, gracias.- Se colocó el pelo detrás de la oreja en un movimiento involuntario de coqueteo.- Pues sí, y no. Tengo la base en la estación de bomberos, pero trabajo en la ambulancia ¿Y tú? Es la primera vez que te veo por aquí ¿Vienes para quedarte o estás de paso?-

Se acordó que aún no había pagado y buscó el dinero en su bolso para dejarlo encima del ticket.

Le hizo gracia el trago que había pedido la mujer que había llegado a su lado a la barra. Él jugueteaba con lo poco que quedaba de los "peces" de la suya y se la acercó para que la oliera, mientras amagaba una risita.

- Si te gusta lo duce esta es mejor. Era Licor 43 con piña. - Pero me se otras mejores, como Mangaroca con Batido de Vainilla. Ya no podía amagar más la risita, y se le escapó. A cualquiera que lo viese, podría pensar que se pitorreaba de ella por tomar algo tan dulce, pero, claro, eso era porque no sabían que él mismo estaba con algo en esa misma línea. Incluso más dulce aún. Recordaba a los pilotos de caza, que eran asiduos en bebidas fuertes, incluso algunas fuera del mercado reglado, o incluso que lo traían en su carlinga, cuando hacían traslados, en despliegues lejanos, como en Europa.

Le advirtió: - Pero no se te ocurra meterle hielo.... Sonreía, y él sabía la razón de evitar los cubitos. - .... doctora.

03 de Octubre, 22:00h.

Maddie Davis y Rongar Toanilp entablan conversación en la barra del bar.

03 de Octubre, 22:15h.

Maddie desvió al atención que ahora estaba puesta en el camarero, con el que había cruzado unas palabras mientras él la atendía y ella pagaba, y se fijó en la bebida que aquel extraño le estaba poniendo casi debajo de la nariz. Era un movimiento algo agresivo y aunque le miró raro en un primer momento, después de oler lo que estaba bebiendo, entendió porqué lo había hecho.

-¡Licor 43! Sí, también me encanta. Pero hay bebidas que ni me las pido porque estan tan ricas que me las tomo en plan batido y luego claro, me pongo en pie y se me va le barco. Como por ejemplo el Baileys y otras cremas por el estilo. Como mucho unos chupitos...

Esto, no soy doctora ¿Qué te ha hecho pensar que lo soy?-

03 de Octubre, 22:15h.

- Siempre puedes pedir batidos u zumos, y así no zozobrarás. Sonrió. Le hizo ilusión que usara un detalle marino. Pocos eran los que le habían hablado alguna vez así, y todos eran de la Armada. - Igual fue marinero antes de llegar aquí. Se dijo a si mismo.

Maddie pudo darse cuenta de qué era él, porque vestía el mono de vuelo de los pilotos del hospital, y al pedir su bebida, estando tan cerca, a parte de oler la Brumel, también podía darse cuenta que eran de la misma altura... o muy poco más. El mono tenía un ancho ceñidor del que una radio colgaba, como si fuera una pistola de un policía. Su pelo castaño oscuro estaba cortado muy a lo ceñido. Sólo un soldado portaría el pelo así,... o tal vez un radical político, pero, con esa ropa, esto último no era posible. Ese mismo ceñidor denotaba lo delgado que estaba. Por detrás se ceñía a la espalda y estaba claro que esa figura era por el deporte y no por una constitución natural. 

Se irguió en la silla y respondió: - Porque te he visto por la Zona Asistencial, y allí o eres médico, o eres algo parecido. Se sinceró. Se había tirado al rio con lo de doctora, y parecía que su tiro había salido un poco desviado. - Pero nadie odia ser médico. Pensó para si. - Y si lo hace, es porque algo ha salido mal... y solo le dura un rato. Pero eso daba más motivos para hablar. Encendía su inocente curiosidad. - ¿Y si no eres doctora entonces eres .....? y dejó la pregunta abierta, como si fuera un cuestionario de un examen, para ser respondido por la alumna.

Bajó bastante la voz. El camarero no tenía porque enterarse, aunque también era probable que ya lo supiese.

03 de Octubre, 22:00h.

No me encontré con su mirada hasta que me dijo que deseaba tomar, un encuentro fugaz al que preparé su bebida y pude verla con más detenimiento. Era una mujer con buen porte y por lo que pude apreciar también muy hermosa aunque no me cansaría de verla preferí no verla más de la cuenta y parecer un acosador.

- Vaya Paramédico ehh... Impresionante- dije asumiendo según su respuesta.- Solo llevo unos días aquí, mi tía es la dueña del Bar la habrás visto por aquí si has venido antes.- sonreí levantando la mirada hacia la puerta que daba a la cocina.- Si necesitas algo más me tendrás por aquí. Por cierto, mi nombre es Inovik, Inovik Lake

03 de Octubre, 22:00h.

'Para impresionante ese cuerpazo', pensó, mientras luchaba consigo misma para no ponerse demasiado tonta y hacer el ridículo.

-¿Oh, Rose es tu tía?- quién no conocia a la mujer que regentaba ese lugar. Era toda una leyenda y estaba segura que la mitad de los hombres que acudian al local, estaban prendados de ella. Con esta nueva aquisición, la inteligente empresaria se habría hecho también con la clientela femenina. No podía sino admirar su gusto y sus tácticas.- Yo me llamo Maddie...-

La conversación fue interrumpida cuando el hombre que se sentaba a su lado le acercó una bebida al rostro. Ella se asustó por un segundo reculando para atrás, y en eso aquel dios griego (o de donde fuera), se había retirado para seguir haciendo su trabajo.

03 de Octubre, 22:15h.

-Vaya, y yo que esperaba que dijeras que es porque parezco muy inteligente o algo así- bromeó con respecto a haberla confundido con una médico.- Nah, soy solo paramédico. Si me has visto en la zona de ingresos es solo para dejar a algún paciente. Quizás me confundas con mi compañera Shelby, ella sí que es médico y a veces hace turnos en el hospital.

Tú- le revisó el mono de trabajo- ¿piloto?- No estaba muy familiarizada con aquella rama del servicio de urgencias ya que, en principio, si llamaban a un helicópetero era que la ambulancia no podía ir con ellos, pero sí sabía que junto con el piloto solía ir un médico y un paramédico. Las "alitas" en su uniforme le delataron. Seguro que tenía que ser más divertido que ir por carretera, pero también pedían mucha más preparación. Quizás algún día se plantease solicitar el puesto en uno de aquellos trastos voladores.

03 de Octubre, 22:16h.

Sonrió ante el comentario. - Si, es cierto. Podía haber sido más amable, pero no es que quisiera lanzarle la caña a la chica. La idea era hablar con un compañero de trabajo. Se sonrojó por la falta de "tacto". - Cierto,... cierto. Y por eso también. Sonrió, algo tímido.

- ¿Shelby? No me suena. Pocas veces eran los médicos los que atendían al papeleo. Eso se lo dejaban a otros o incluso lo hacían en los despachos. - Los de "segunda" como nosotros lo hacemos en los mostradores de los pasillos. Protestó dentro de su mente. - Pues mira... el paramédico que volaba conmigo se ha retirado y falta parte de la dotación. Hizo un gesto como si brindase, pero agachando levemente la cabeza y con una ligera inclinación. - Si te apetece el puesto, seguro que te lo darán, porque.... en teoría no podemos volar si no estamos los dos. De esta manera, parecía que en el helo tenían que estar ella y Rongar, pero, esto era una propuesta en estos momentos. Aunque parecía que lo daba por hecho.

Hizo un gesto al camarero y pidió un par de copas. Era extraña, pero es que quería sorprender a Maddie. Seguro que le gustaría, y de esto podría tomar mucho más que de lo que bebía en estos momentos: - Un par de 7UP con zumo de melocotón. Se giró un poco hacia ella y comentó mientras esperaban la comanda: - Esto te gustará.

03 de Octubre, 22:16h.

Madre mía, el piloto le estaba tirando la red de arrastre entera. De repente se sintió super incómoda. No era su tipo y su falta de tacto  y actitud extraña no le hacía especialmente ameno a la hora de charlar, tampoco. Maddie no sabía cómo hacer para salir de ahí sin que se molestara.

Miró al otro lado, en donde estaba un hombre mayor con bastón, al que le sonaba haberlo visto por urgencias, pero con el que nunca había hablado así que iba a ser imposible escaparse usándole como escusa. Tampoco podía decir que se tenía que ir porque se acababa de pedir la copa y no iba a marcharse dejándola ahí entera, sería demasiado raro y podría ofender a Inovik, pensando que se lo había preparado mal.

Como un perrillo acorralado dirigió la mirada hacia el camarero pidiendo a gritos que le echara una mano con aquella situación deseperada.

03 de Octubre, 22:16h.

De repente el comportamiento del piloto le pareció la mar de errático y se la notó que estaba algo incómoda.

- Esto... No gracias. No a la bebida porque me acabo de pedir una y la tengo llena, y lo del trabajo, no sé por qué piensas que estoy buscando algo. Trabajar en el helicóptero debe ser divertido, pero estoy bastante segura que al menos tendría que hacer un curso para convalidarlo.- Salto en paracaidas, fucionamiento de la cabina, y cosas así más técnicas, se supuso. Vamos que no era lo mismo ir en un coche que en un helicóptero.

Miró hacia el lado donde el señor mayor del bastón estaba sentado. Le sonaba haberlo visto por urgencias, era uno de los médicos, pero nunca había hablado con él. Notó que estaba triste y se preguntó qué le pasaría, aunque retiró rápidamente la mirada para no molestarle. Entonces la fijó en el camarero que parecía estar preparando la bebida que le había pedido el piloto.

03 de Octubre, 22:16h.

Después de recoger varias mesas y de servir el Whisky que me habían pedido me había dirigido a la barra para dejar varios vasos en una pica al otro lado de la barra y me fijé en un detalle de Maddie en la que no había caído en ese momento. Así que miré alrededor de la sala.- Oye Maddie, perdona que te moleste, pero es que estamos un poco mal de personal, ¿te importaría echarnos una mano hoy? - le pregunté como si siempre nos echara un mano.

Jo, es que no solo estaba como un tren sino que además las pillaba al vuelo y era compasivo. Todo lo que un buen barman debía tener, en su opinión.

Los días después de la desaparición de Olivia estaban siendo tan mierdas que el pensar tener que aguantar a un tipo como aquel por no crear un posible mal ambiente en el trabajo, no hacía sino revolverle el estómago. Pero no iba a ser necesario, Inovik le estaba dando una salida y ella pensaba aprovecharla. Ya le daría las gracias más tarde de la forma en la que él la dejase.

03 de Octubre, 22:16h.

Maddie pareció saltar casi al instante - Esto... Sí, claro, ya sabes que odio estar quieta-.

Sonrió al piloto - si me disculpas...- Se puso en pie y encaminó sus pasos al otro lado de la barra.- Venga, ya le pongo yo esa bebida, no te preocupes- contestó al barman mientras que dejaba su bolso y chaqueta donde vio que no molestaría.

Si fuera un cocktail lo hubiera tenido complicado ya que su experiencia como camarera era escasa, pero tratándose de un zumo y un refresco, no había problema y dio con ello en seguida. Estaba todo bien dispuesto y asequible detrás de la barra. Puso delante de Rongar un vaso ancho con hielos, le echó hasta la mitad de zumo, un chorrito de seven up y el resto del botellín se lo dejó justo al lado para que se lo tomase como quisiera. Lo adornaría con una rodaja de melocotón, pero solo veía limón y naranja por ahí debajo. - Aquí tienes, luego te cobra Inovik, que lo disfrutes-.

No se detuvo mucho, sino que enseguida, desde su posición detrás de la barra se dirigió hacia el melancólico anciano, dispuesta a averigüar cuál era el motivo de su estado de ánimo e intentar alegrarle el día ¿No era eso el trabajo secundario y más importante de un buen camarero?

- Yo te he visto antes - se dirigió a Greg-. Eres uno de los doctores de Urgencias.- Echó un vistazo rápido a la foto que le tenía ensimismado-. Guau qué chica tan guapa ¿Es tu mujer?- su sexto sentido femenino le decía que la había perdido de alguna forma, ya fuera por divorcio o fallecimiento, y que la echaba de menos.

03 de Octubre, 22:16h.

Rongar se va a casa.

03 de Octubre, 22:16h.

Había sido extraño.

Se tomó el zumo burbujeante, y con eso pagó todo lo que había pedido, incluso la comanda inicial de Maddie; dejando una generosa propina al camarero. En la barra quedó el zumo con 7UP que le había pedido para ella. Esperaba que más adelante lo tomara, más que otra cosa, para que pudiera comparar sabores... y se diera cuenta de que no hacía falta alcohol en algunas ocasiones.

No esperaba que atendiese su comentario de trabajar en el "Servicio de Vuelo", pero, era interesante conocer a alguien. - Rong, si eres tan taciturno... nadie querrá hablar contigo. Se riñó a si mismo y se marchó hacia el hospital, para darse una ducha, cambiarse y marchar a casa. 

Saludó en la distancia, como despedida.