Partida Rol por web

4 de octubre, 19:06 horas, Parque Hermann

La interacción con Shelby, acompañada de la inesperada amistad entre Freedom y Oso, ofreció a Camila un respiro de sus recientes preocupaciones. A pesar de la incomodidad inicial por la situación, la actitud despreocupada y amistosa de la desconocida la hicieron sentir más a gusto.

- Oh, es un alivio saberlo, a Freedom le encanta hacer amigos, aunque a veces sea un poco torpe en su acercamiento - admitió con una risa suave, observando a los perros jugar con un destello de alegría en sus ojos. - Me llamo Camila, y sí, Freedom parece estar encantado con Oso. - La mención de su acento la tomó por sorpresa, pero no era la primera vez que alguien señalaba su manera de hablar. - Buen ojo, soy de España. - explicó, tratando de mantener la conversación ligera y amigable. Cuando Shelby se ofreció a mirar su mano, Camila dudó por un momento - Oh, es solo una pequeña quemadura por la fricción de la correa. Soy un poco torpe, supongo - dijo, mostrándole la mano con una sonrisa tímida. - Agradezco el consejo, buscaré algo para aplicarme en cuanto pueda.

Mientras seguían a los perros, la conversación fluyó de manera más natural, y Camila se encontró compartiendo pequeños detalles sobre su vida en España y sus primeras impresiones de Houston, aunque cuidadosamente evitaba cualquier mención a las circunstancias más oscuras que la habían llevado allí. Era refrescante tener una interacción tan normal después de días de incertidumbre y tensión.

- ¿Y tú, Shelby? ¿Eres de por aquí?  - preguntó con genuino interés

4 de octubre, 19:06 horas, Parque Hermann

- Ajá española, qué bien - no tenía ni idea de dónde estaba aquel país ubicado en un mapa, pero al menos sabía que estaba en Europa, ósea lejos. Al conocer el origen de la chica, la curiosidad me pudo - ¿Y qué haces en Estados Unidos, perseguir el sueño americano, tal vez? - había gente que venía a USA porque en sus países pues no podían aspirar a tantas cosas como las que ofrecía la nación norteamericana. Aunque lo habitual no era que vinieran desde Europa sino más cerca.

En cuanto a la quemadura, al parecer había sido una cuestión menor, se había lacerado la mano por culpa de la correa del perro, ósea que había sido hacía poco. Le recomendé una crema hidratante como solución.

- Soy de Iowa - le traté de explicar dónde se encontraba más o menos aquel estado - he tenido trabajos temporales y espero ahora establecerme aquí. Houston parece una gran ciudad ¿Y tú, qué te ha traído a Houston?

4 de octubre, 19:10 horas, Parque Hermann

Camila sonrió ante el comentario de Shelby sobre España, apreciando la mezcla de curiosidad y desconocimiento.

- Sí, es un poco más lejos que un viaje en coche - dijo amistosamente. Ante la pregunta sobre su presencia en Estados Unidos, se encogió de hombros ligeramente, su sonrisa se tornó melancólica. - Sí, algo así, el sueño americano - admitió con un dejo de ironía en su voz. - Vine originalmente a Los Ángeles con esperanzas y sueños de desarrollar mi carrera como actriz, como tantos otros. Es el clásico cuento, ¿no? Aunque nunca imaginé que ese sueño me llevaría a un parque en Houston - La explicación de Shelby sobre ser de Iowa y su intención de establecerse en Houston despertó el interés de Camila. - Debe ser un gran cambio, de Iowa a una ciudad tan grande como Houston. Admiro tu valentía para comenzar de nuevo.-  Al ser preguntada sobre qué la había traído a Houston, Camila hizo una pausa, considerando cuánto quería compartir. - Bueno, en realidad, fue un poco accidental. Mi moto se averió en el camino y terminé aquí más tiempo del que esperaba. Houston no estaba en mi itinerario original, pero estoy comenzando a pensar que tal vez haya una razón para que esté aquí -  Su tono era reflexivo, como si aún estuviera tratando de dar sentido a su situación actual.

Justo cuando estaba a punto de preguntarle a Shelby más sobre sus experiencias tras mudarse a Houston, el inconfundible zumbido de su teléfono interrumpió el momento. Disculpándose con un gesto, sacó el móvil de su bolsillo, esperando ver el nombre del taller mecánico o quizás de su madre. Sin embargo, el nombre que parpadeaba en la pantalla la dejó helada. Por un instante, el mundo alrededor de Camila pareció detenerse.  La mirada de Camila pasó de la pantalla a Shelby, una disculpa muda en sus ojos.

- Shelby, lo siento mucho, pero tengo que irme - dijo, la urgencia clara en su voz. A pesar de no querer ser grosera, la necesidad de alejarse, de procesar la llamada y todo lo que implicaba, se convirtió en su única prioridad. Recogiendo rápidamente la correa de Freedom, se despidió apresuradamente. - Ha sido un placer conocerte. Espero que nuestros caminos se crucen de nuevo bajo mejores circunstancias. - Con esas palabras, Camila se alejó rápidamente, su mente consumida por las implicaciones de esa llamada inesperada y la realidad ineludible de que su pasado no estaba tan lejos como había esperado.

4 de octubre, 19:10 horas, Parque Hermann

Seguimos charlando de la que caminábamos por el sendero del Parque, nuestros perros jugaban dando carreras, persiguiéndose el uno al otro, sin duda lo estaban pasando muy bien.

La pena fue que a Camila la llamasen al teléfono, resultó algo importante porque se tuvo que ir. Una pena, Oso y yo tuvimos que continuar el paseo en solitario.