1 de septiembre  - tarde

Luego de haber estado un año ausente por motivos personales y el FBI compasivo en su afán de darme una licencia, me puso un tiempo de caducidad que cumplí a rajatabla. Hacía unos meses que estaba en ejercicio de nuevo, solo que en trabajo de archivo, prácticamente de oficina hasta que me devolvieron a las calles y los casos. Necesitaba un poco de normalidad, aunque imaginé que pretendían comprobar que tan mal estaba por el duelo, descubriendo que me sentía bastante integra. 

Cómo era de esperar, hace un día me asignaron a Kyle de nuevo como compañero y supe que volveríamos a trabajar juntos. Esto me dió una alegría inmensa, tantos momentos compartimos juntos que era como llevar una vida de a dos. Ambos en aquel entonces estábamos casados, bien, hoy yo estaba sola y era viuda. Desconocía su situación. 

Alegre por querer verlo, agradecí que no haya cambiado su número de móvil y le envié un mensaje para vernos en el parque como hacíamos antiguamente. Antes de meternos en el lío, quería hablar con él, ponernos al día. Así que lo cité en este lugar con dos cafés y muchas ganas de verlos. 

Llevaba un jeans ajustado al cuerpo y una musculosa negra de encaje, mi larga cabellera castaña como siempre libre, una chaqueta encima y unos borcegos en los pies. Maquillaje siempre suave. 

1 de septiembre  - tarde

Kyle llegó puntual, era marca de la casa, aunque prescindiendo de su habitual abrigo largo pues en Tejas las altas temperaturas no invitaban a llevar esa clase de piezas de ropa. Estaba acumulando muchas horas sin apenas dormir, suerte que contaba con su leal aliado el café, y esperaba que el rastro de secuestros acabara en Houston. Se había puesto al día de la investigación, solo temía qué compañero le iban a asignar, esperaba que no fuera un novato. Pero no fue así.

Saber que Jazlyn volvía al servicio activo le generó alivio, recordar lo que habían vivido juntos le provocaba una sensación extraña, como si hubiera sido en otra vida. Volver junto a su compañera era como volver a un pasado mítico, pero ahora era una nueva oportunidad. Esperaba que no tuviera un episodio parecido al que los acabó separando.

—Agente Davies, bienvenida de nuevo —la sorprendió por la espalda, la reconoció enseguida por los tatuajes. A Jazlyn le costaba llevar una uniformidad estándar para el trabajo, para eso Kyle era más conservador —. Me alegra verte de nuevo, Jaz —añadió con una sonrisa leve y sincera.

1 de septiembre -Tarde

Lo estaba esperando, es que pese a tener motivos de sobra para llenarnos de buenos y malos recuerdos, eramos muy buenos trabajando en equipo. Por eso es que el FBI nos puso de nueva juntos, existía una innata comunicación que lo superaba todo, era como una uni-mente trabajando en todo momento. 

Al ver qué se aparecía puntual como siempre, giré sobre mi misma y estuve a punto de darle un abrazo. Que me llame así, me trajo un buen puñado de situaciones que juntos vivimos, hasta las veces que compartimos risas con un café en la mano y mil problemas detrás. 

—Agente Ransom, pero mírate ya con algunas arrugas— dije sonriendo y le alcancé el vaso de café como le gustaba—. Y a mí Kyle, es una locura que nos pusieran juntos. Pero no te mentiría si dijera que fue un alivio de los grandes. Ya nos conocemos, así que mejor. ¿Qué tal todo? Ponme al día. 

Estaba claro que no hablaba del trabajo, quería saber que fue de su vida durante este año. La mía cambió 360°. 

1 de septiembre -Tarde

Kyle mantuvo la actitud profesional en todo momento a pesar de la cercanía con la que trataba a Jazlyn, era alguien bastante metido en su papel y poco amigo de las demostraciones de cariño en público. Hubiera aceptado el abrazo, aunque le hubiera incomodado un poco.

—Algunas —repuso lacónico, tomó el café con alivio y le dio un sentido sorbo —. Hay cosas que no se olvidan. No —dicho esto movió la mano para invitarla a caminar junto a él. Se tomó su tiempo para responder, más por no saber por donde empezar que por omitir nada —. Rose está genial, dice que quiere ser policía —puso los ojos en blanco de forma cómica —. Espero que no.

El único momento en el que Kyle bajaba la guardia era cuando hablaba de su hija de ocho años. El agente la adoraba, se le notaba en la manera que tenía de hablar de ella y que se permitiera quitarse ese rictus de duro agente federal.

—Por el resto.. voy tirando. Me separé de Allison.. ahora hará casi un año —explicó lentamente —. Estamos bien, pero.. la distancia tiene eso. Nos va mejor como amigos que como matrimonio. Hasta hablamos más —dijo esto con cierta ironía, pero no dejaba de ser cierto —. Por lo demás.. sigue la cosa igual. ¿Y tú? ¿Cómo te ha ido todo? —tomó otro sorbo.

4 de octubre, 19:00 horas, Parque Hermann

Tenía por costumbre al terminar mi jornada laboral, salir a pasear en compañía de Oso, no sólo para relajarme cambiando de ambiente y escogiendo así un lugar abierto como era el Parque Hermann sino también por dedicarle un tiempo a mi perro para que pudiera relacionarse en un medio más propicio rodeado de árboles, campo y otros animales.

Pasear por allí tenia un efecto relajante. No había la presión del hospital ni la necesidad de justificar tu tiempo libre, simplemente estabas allí disfrutando del paisaje y del entorno natural. Además aquel día hacía muy buena tarde, soleada y aunque aún hacía calor no era del todo agobiante. Incluso no había demasiada gente paseando, con lo que se podía disfrutar de cualquier cosa sin sufrir colas. De hecho me había comprado un bote de agua y hasta un bocata que acabó en las fauces de mi querido compañero al aprovecharse de un despiste - Oso ¿Cómo has podido? Era para mí. Eres demasiado avaricioso, te has comido el helado demasiado pronto y aún sigues con apetito. Muy mal - el san bernardo comía por cuatro, nunca tenía suficiente y aunque le mantenía a ralla las comidas para que no engordase, sus ansias alimenticias estaban ahí. Siempre tenía hambre.

Volví de nuevo hasta el puesto de comida - no, no me mires así. Te conozco, no insistas. Ya has comido - lo lamentable es que el vendedor sólo tenía comida basura y claro, una tenía que cuidarse. Que tuviera hambre no era suficiente razón para que me dejara llevar - sí, deme un perrito caliente. No, no le añada tomate ni mostaza, es para él - recapacité que igual aquel olor era suficiente estimulo para que Oso se distrajera, así que, opté por comprarle otro bocata con la intención de que antes hiciera ejercicio y como recompensa lo acabara comiendo - es para después - saqué la pelota y le hice claras indicaciones de qué tocaba ahora.

Fuimos hasta una zona más abierta sin obstáculos evidentes y le lancé la pelota - ¡¡Vamos, a por ella!!

1 de septiembre - tarde

—Debe estar enorme, aún la recuerdo cuando le regalaba gominolas a escondidas de ti— dije sonriendo, me gustaba malcriar un poco a su hija—. Uh, policía. No, espero que no siga por ese camino. 

Era jodidamente peligroso, estimulante y difícil, pero también es que teniendo a Kyle como padre, era fácil buscar ese referente y querer ser como él.  Una vez nos pusimos a caminar, seguí con mi café contemplando los alrededores y mis oídos atentos a lo que estaba comentando mi compañero. Me detuve en cuanto mencionó que se había separado, me sorprendió un montón. A ella la conocía, me ayudó con lo del viaje. 

—Vaya, si es para mejor. ¿Cómo se lo tomó Rose?— pregunté aún perpleja—. Ya sabes, nuestro trabajo nos consume mucho. Lo importante es que estén todos bien, ¿cómo lo sobrellevas?

Cuando la pregunta fue a mi, regresé la mirada hacia los alrededores. Kyle sabía todo, es que ese mismo día que me liberaron del secuestro, mi esposo se suicidó. Me vio en crisis, sabe que pedí la licencia y me fui por un año. 

—Puff, estoy bien. Me fui a la India, estuve un año entero ahí y siento que me hizo bien. El lugar es mágico, solo que es volver y darte de bruces con la realidad, al menos estoy cambiando completamente mi casa así no hay recuerdos— confesé algo apenada—. Estoy comenzando de nuevo, gracias por haber estado ahí. En su momento no fui capaz de decirte mucho, no era yo.

5 de Octubre de 2023, 18:00 horas

Fred pasaba muchas horas cada tarde fuera de casa y especialmente en los parques. Su compañera de trabajo, Asha, estaba a sus 3 años en su pleno desarrollo físico y necesitaba de grandes espacios para desfogar toda esa energía que llevaba. A pesar de que por las mañanas ambos salían a correr parecía que eso no era suficiente para la energética Border Collie.

Fred mientras tanto, con la correa enroscada en el brazo y un frisbee en la otra que de cuando en cuando lanzaba a Asha para que esta lo agarrara en el aire con saltos acrobáticos. Paseaba tranquilo, consciente de que su compañera no iba a proporcionarle ningún altercado aunque se fuera lejos. Si acaso era más posible que los solucionara dadas las capacidades y la inteligencia que había demostrado a lo largo de todo su adiestramiento.

El rescatador había estado junto a ella desde su primer día de vida, cuando nació en el centro de rescate de Houston, hija de una pura raza de Border Collie que a su vez había sido animal de rescate del cuerpo. La había ayudado a nacer y hasta el día de hoy no se habían separado. Además su adiestramiento se intensificó en labores de rescate, por lo que ni siquiera en sus horas de guardia o de trabajo activo Fred se libraba de su compañera.

Aquella tarde, sin más pretensiones, prefirió ir al parque Hermann para poder pasear entre la gente, sentir que formaba parte de algo y que de ahí ha mantener una vida social normal solo había un pequeño velo de diferencia. Tres años desde que llegara a Houston, una pequeña familia de animales en un refugio, una mochila pesada, mucha vida por delante para ir soltando el lastre de algunas cosas que nunca debieron suceder. Quizás como motivo de rechazo a esas nubes negras ya lejanas levantaba la cara para dejarse acariciar por el viento y sonreía a todo el que tuviera a bien de cruzarse con él.

Lucía sus tradicionales vaqueros gastados y una camiseta blanca de algodón que dejaba ver bajando por sus brazos una serie de trazos de tinta que dibujaban un tigre a su derecha y una amalgama de flores y otros trazos que no eran fáciles de identificar de un solo vistazo en su antebrazo izquierdo.

4 de octubre, 19:00 horas, Parque Hermann

Después de una semana, Camila comenzaba a sentirse un poco más relajada en la ciudad de Houston. Su moto aún seguía en el taller y, tras perder los nervios el día anterior con el mecánico, comenzaba a mirar con retrospectiva el hecho de que quizás aquello era una señal del destino. Por lo pronto, la psicosis que la había acompañado desde que dejase la ciudad de los Ángeles parecía haberse atenuado y respiraba algo más tranquila cuando decidía explorar una nueva área. Aquella tarde había acabado con Freedom en el Parque Hermann, un lugar algo más confluído de lo que habituaba a visitar normalmente. Llevaba al border collie ligeramente sujeto por la correa y miraba distraída el móvil. Sus redes sociales estaban completamente paradas desde hacía semanas y su madre comenzaba a sospechar que algo no iba bien. Odiaba mentirle, pero no se sentía preparada para hablar de lo ocurrido. Ni siquiera para aceptar las posibles repercusiones. Mientras miraba una foto con cierta nostalgia, Freedom salió corriendo, haciéndola soltar de golpe la correa al sentir el dolor que le produjo la fricción tan brusca del caucho. 

- ¡Ah, mierda! - masculló mirando impotence al perro alejarse. Freedom había ido tras una pelota que ahora llevaba en la boca, y corría como loco perseguido por un san bernardo enorme. Por un momento Camila se asustó al verlo, era tres veces más grande que el border collie y no sabía que tan bien le sentaría que le quitasen lo que era suyo. Sin embargo, aunque llamó a Freedom varias veces, este prefirió ignorarla y seguir jugando con su nuevo amigo con el que no parecía llevarse nada mal. Relajando los hombros, Camila notó que había una chica rubia observando toda la escena y supuso que era la dueña. Se le acercó - ¡Lo siento! Aún estoy adiestrándolo. Te devuelvo la pelota en cuanto consiga que me haga caso - le dijo con una sonrisa nerviosa. Sin ser consciente, llevaba la mano en una postura concreta, para evitar sentir dolor por la quemadura que se había hecho - Tienes un perro inmenso. Parece un enorme oso de peluche  - le comentó con efusividad. Al hablar se notaba que el inglés no era su idioma materno, aunque solo en algunos sonidos muy concretos. 

05 de Octubre de 2023, 18:00 horas.

Normalmente no paseaba a Darcy a estas horas pero hoy tenía demasiado tiempo libre —cosa poco habitual con mis horarios— y hacía muy buen día para ser Octubre. Un paseo nos vendría bien a los dos. 

Me puse un cómodo chándal negro, de manga corta y pantalón largo, de los que me ponía cuando salía a correr y una coleta alta que recogía todos mis rizos. Cuando mi perro estaba hiperactivo requería que gastase buena parte de mi energía en jugar o correr con él para relajarle un poco. 

Le di un rápido besito a Romeo, que estaba durmiendo en su torre y, tras ponerle la correa y el arnés a Darcy, salí dirección al parque. 

Siempre me había gustado ver la actividad que había allí. Sin duda era uno de sus lugares favoritos y, más aún, si tenía en cuenta que a Darcy le encantaba jugar con otros perros. Mi perro tenía extrema facilidad para hacerse amigo de todos ellos y ganarse el corazón de los dueños, no era raro que la gente se parase para acariciarle y a mí me hacía feliz que él disfrutase de tanta atención y a mí me distrajesen un poco del trabajo. 

Me paré ante unos cuantos niños que querían acariciarle y seguí andando hasta nuestro lugar favorito para jugar, un trocito de parque con mucho césped para correr y rebozarse. Sin embargo de camino mi perro detectó compañía perruna nueva y tiró de la correa, llevándome casi corriendo detrás. 

Nos detuvimos delante de un chico con una preciosa Border Collie. Darcy empezó a mover la cola y a ladrarles de forma juguetona y yo no pude evitar sonreír, estaba contento por haberse encontrado con gente nueva. 

Me detuve a mirar al hombre un poco más atentamente. Parecía mayor que yo pero seguía siendo tremendamente atractivo. Quizá tenía que acostumbrarme a pasear más a estas horas si iba a encontrarme con hombres tan guapos. ¿Cómo era posible que no le hubiera visto antes? ¿Sería nuevo en la ciudad?

—Buenas tardes —dije con una sonrisa—. Perdona, es muy juguetón, espero no haberos molestado. ¿Sois nuevos por aquí?

Darcy empezó a acercarse a la Border Collie queriendo olerla sin dejar de mover la cola, mientras yo le vigilaba para retirarle si veía que a ella no le gustaba. 

4 de octubre, 19:00 horas, Parque Hermann

A Oso le convenía correr, hacer ejercicio, motivo por el cual trataba de lanzarle la pelota cada vez más lejos. Verlo correr era una delicia, se le notaba muy contento. Jugar le encantaba. Así que cuando se dio cuenta que su pelota la había interceptado otro perro, fue tras él.

Claro que, no es lo mismo que te persiga un perro pequeño a que todo un san bernardo lo haga. Así que, entendí la preocupación de la dueña del collie cuando vio a Oso tratando de alcanzarlo. Pero lejos de generarse una pelea de perros, lo que allí aconteció fue justamente lo contrario, ambos empezaron a jugar entre ellos. Carreras para aquí y para allá.

- No te preocupes, no es peligroso. Sólo quiere jugar - su dueña se me acercó como a disculparse porque su perro le había quitado la pelota al mío - ni se te ocurra, será por pelotas - saqué otra del bolsillo para mostrarle que me sobraban. Me acerqué para presentarme - soy Shelby, parece que Oso ha encontrado un amigo - estaban jugando y parecían llevarse bien pese a la diferencia de tamaños - si, exactamente, precisamente por eso se llama así: "Oso". De pequeño era una cocada, ahora bueno ha crecido un montón, pero el primer año era como un peluche, igualito. 

La chica tenía un acento que no era propio de USA, no era latino pero parecía español - ¿Cuánto llevas aquí? Hablas bien pero tienes una pronunciación... ¿Europea? - no era buena para identificar países, yo y la geografía nunca habíamos hecho migas, así que me era mucho más fácil hablar de continentes, esperando que ella identificase el lugar, si lo quería hacer.

- ¿Qué te ha ocurrido en la mano, me dejas ver? Soy médica - tenía una especie de quemazón, la piel había sufrido un rozamiento excesivo - superficial pero no por ello indoloro. Deberías de echarte una crema hidratante.

Los perros seguían a lo suyo, así que, para no perderlos de vista caminamos tras ellos sin rumbo aparente.

1 de septiembre - tarde

—Lo está —sonrió levemente, no hizo ninguna apreciación sobre el contrabando de gominolas, era algo que se había enterado cuando Rose se lo medio confesó al decirle que "era un secreto" —. Tampoco creo que pueda impedirle nada si ha salido tozuda como su madre.

Con un encogimiento de hombros dio un sorbo al café, aquello era gloria o, al menos, así lo sentía Kyle. Miró de soslayo a la pregunta de Jazlyn, se tomó con calma la respuesta. No era algo que se lo preguntara mucho a si mismo.

—Lo peor ya pasó, pero fue todo tan natural que.. no sé. No lo sentí como algo traumático —explicó con calma —. Un día lo decidimos de mutuo acuerdo, no sé. Fue raro. Los dos entendimos que las cosas habían cambiado demasiado como para.. seguir juntos. Ninguno quería ser la cadena del otro —se sentía raro explicando su separación de Allison de ese modo, especialmente sabiendo como otros matrimonios solían terminar. En cierto modo se sentía afortunado, él no se iba a quejar.

Kyle negó lentamente con la cabeza quitándole importancia a las disculpas, no porque no fueran importantes para Jazlyn, sino porque el hombre no sentía que ella tuviera que disculparse por nada.

—Nada que disculpar, nada que agradecer —aclaró —. La India. Todo un viaje espiritual, eso seguro —asintió lentamente a continuación —. Sí.. cambiar es bueno, o eso dicen, pero.. es difícil. Lo estás haciendo, es lo que importa. Puedes con ello, de eso no tengo dudas —volteó la mirada hacia Jazlyn, le sonrió con confianza, tras esto cambió de tercio —. ¿Te has puesto al día del caso?

5 de Octubre de 2023, 18:00 horas

El ladrido del perro le hizo reconectar con la realidad. A veces Fred se evadía demasiado en ensoñaciones, no siempre del todo agradables, pero a fin de cuentas constituían un proceso de evasión. Sus ojos fueron primero a buscar a Asha aunque pronto cayeron sobre el precioso Husky. Siguiendo el rastro de la cuerda a continuación sus ojos recorrieron la dirección del cordón hasta llegar a la mano de la dueña. Aligerando el recorrido entonces rápidamente sobre el cuerpo de la joven llegó hasta sus ojos encontrándose con su risueña mirada donde finalmente también se encontró con sus palabras.

No contesté inmediatamente, sino que reconocí a los dos animales y luego volví a la chica —Asha es muy sociable, no te preocupes por ellos. ¿Por qué lo llevas atado? —Pregunté con curiosidad. Sabía que la ley podía ser exigente con las faltas que pudiera ocasionar un perro en libertad pero siempre dejaba muy clara al respecto mi opinión sobre ello —. Hay gente mucho más peligrosa y andan libremente por ahí.

En su caso y el estricto adiestramiento que había recibido su Border Collie le daban a Fred total tranquilidad de que el animal siempre respondía a cualquiera de los mandatos de su voz. No podía asegurar lo mismo de la mascota de la chica, no obstante se agachó junto a él y lo acarició con firmeza, primero el lomo, con caricias lentas y firmes, luego la cabeza e incluso le habló con la total confianza de que este pudiera contestarle.

—¿Y tú cómo te llamas? —dijo mientras buscaba la confirmación en los ojos de su portadora y contestaba a su disculpa—. Nosotros también somos muy juguetones —. Asha nació en Houston y yo soy de California pero llevo aquí desde que nació ella... unos tres años.

Houston era lo suficientemente grande para que dos personas en tres años no se vieran, pero ahora que la había visto sentía mucha curiosidad por seguir conociéndola. Aunque recurrió en principio a una pregunta ambigua y poco comprometedora.

—¿Es posible que nos hayamos visto en algún lado?

4 de Octubre de 2023, 18:00 horas

Sonreí divertida por su comentario. Estaba totalmente de acuerdo. No me gustaba llevar atado a Darcy pero era lo más seguro para él y siempre le soltaba cuando íbamos a nuestro lugar. 

—No te lo niego, pero tiene miedo de los coches. Lo abandonaron cuando casi era un bebé y, debe ser que buscando a su madre, un coche le golpeó y se dio a la fuga. Cuando le encontré estaba muy mal y pensé que no lo conseguiría pero es un campeón —me puse de cuclillas para acariciarle un momento la cabeza con cariño—. Como él no se puede resistir a saludar a la gente e ir donde sea necesario para ello... prefiero prevenir a que podamos pasarlo así de mal de nuevo. 

El husky reaccionó con total confianza ante las caricias incluso le pegó un lametón en la mano. 

—Se llama Darcy —respondí por él y él ladró en confirmación mientras levantaba la pata para ofrecérsela a Fred, como si se estuviera presentando, sacándome una nueva sonrisa. Se notaba que adoraba a mi perro y ese tipo de reacciones en él. Nunca le había enseñado a hacer absolutamente nada más que a acudir cuando le llamaba pero él era demasiado listo y se aprendía las órdenes que el resto de los dueños intentaban enseñar a sus mascotas para que le diesen también un premio a él. 

Acerqué la mano a Asha, para que me oliera antes y decidiera si me dejaba acariciarla, respetando mucho su espacio.  

Llevaba tres años ya aquí... Bastante tiempo para que no le conociera si solía pasear por aquí con su perra pero, claro, mis horarios eran demasiado exigentes. 

—Juraría que me acordaría si así fuera —comenté con una sonrisa sincera. Sin duda me acordaría de haberle visto por ahí—. A no ser que se haya quemado algo cerca de ti y me hayas visto trabajando —añadí con un encogimiento de hombros. Cuando curraba no solía estar muy atenta de la gente que estaba alrededor salvo para que estuvieran sanos y salvos—. ¿A qué te dedicas tú? 

4 de Octubre de 2023, 18:00 horas

Una mueca de disgusto se me dibujó en la cara cuando empecé a escuchar la historia que me contaba la joven sobre Darcy. Asentí varias veces entendiendo la situación y luego acaricié con mimo el lomo del Husky. Una arruguita de descontento se me marcaba en el ceño con lo oído pero en cuanto la chica se inclinó para acariciarlo sonreí mientras la miraba consciente de que ya todo aquello era agua pasada y en estos momentos se encontraba en plena forma.

—Tiene suerte de haberse encontrado contigo —dije con un tono de voz amable y jugueteando con el animal mientras este lamía mi mano—. No hay demasiada gente con la capacidad y la voluntad de salvar a un animal en semejantes condiciones.

Pendiente de las presentaciones estreché la pata de Darcy sonriente y luego me quedé absorto en los ojos de su salvadora. Y es que mi escala de preferencias sobre las personas, las que le gustaban los animales iban por delante, y aquella joven, cuidadora de un animal herido, parecía estar unos cuantos metros más por delante. Asha por su parte había entendido tan bien como yo la afinidad que compartía con los amigos de cuatro patas así que antes de que llegara a acariciarla ya tenía su cabeza apoyada dócilmente sobre su muslo.

Yo también me acordaría de ella si la hubiera visto antes en cualquier sitio pero Houston al final era un pañuelo aunque hubiera sido durante un tiempo un pañuelo arrugado para mí. Por ello decidí que tenía que empezar a cultivar nuevas amistades en aquella ciudad.

—Si no nos hemos cruzado antes habrá que remediarlo —dije con actitud de seguir aunque su frase me dejó pensativo—. ¿Bombera? ¿Perteneces al cuerpo de bombero de Houston? ¿Vas a formar parte del 911?

Una sorpresa sin duda fue escuchar aquel comentario. Decididamente pensé que efectivamente el mundo era un pañuelo que cuando uno se permitía estirar daba cabida a muchas nuevas sorpresas.

—Actualmente soy miembro del Centro de Rescate de Houston, pero pertenezco al cuerpo de Fuerzas de Operaciones Especiales de los Estados Unidos—en ese momento miré a Asha que seguía junto a la bombera —. Y ella es mi compañera de rescate. Yo también voy a formar parte del 911 pero estoy en espera del anuncio oficial para saber a que departamento voy a pertenecer.

4 de Octubre de 2023, 18:00 horas

El halago me sorprendió y le miré con cierta perplejidad, aunque sonreí de forma amable. No había otra opción para mí, jamás podría dejar una vida sin salvar si estaba en mis manos. 

—Era totalmente imposible que le dejase ahí. Además, la primera vez que me miró... fue amor a primera vista —comenté con un tono cargado de cariño, rememorando el momento en el que abrió los ojitos en el veterinario ya estabilizado. Habían sido unos días horribles, me pasaba el día yendo y viniendo del parque de bomberos al veterinario. 

Cuando Asha posó su cabeza en mi muslo, la acaricié con ternura, rascándole el cuello. 

—Hola, preciosa —susurré con dulzura mientras continuaba dándole mimos. 

Levanté los ojos de la Border Collie a su humano. ¿Eso había sido una especie de invitación? 

—Sí, a tus tres preguntas —respondí con una suave risa—. De hecho mañana tengo una reunión con mi jefe para hablar de la organización de estos días. 

La sorpresa se instauró en mis facciones por un momento mientras le miraba. Claro, tenía verdaderamente buen físico como para ser un civil normal y corriente. 

—Anda, si tú también eres una trabajadora —no me extrañaba que la llevase sin correa, su educación debía ser totalmente extraordinaria—, Darcy, en cambio, solo trabaja en lo que sea por premios o mimos —añadí con una risa musical.

Me alegré al descubrir que él también formaba parte del equipo del 911. Quizás eso nos brindaría la oportunidad de volver a encontrarnos y conocernos mejor en el futuro. No podía negar que tenía curiosidad por conocerle un poco más. 

—Por cierto, la estación de bomberos está siendo reformada en este momento. Incluso nos están construyendo una sauna, para que te hagas una idea —comenté en tono bromista—. Nuestro jefe quiere asegurarse de que estemos bien cuidados así que, si fuera tú, estaría cruzando los dedos para que te asignen trabajar con nosotros.

Entonces, extendí la mano, consciente de mi falta de cortesía al no haberme presentado aún.

—Soy Samantha, por cierto —me presenté, ofreciéndole una sonrisa cálida y sincera.

1 de septiembre - tarde 

—El padre también es tozudo— dije sonriendo—. Pero es de los tozudos que llegan a buenos resultados. 

Tras la broma, me quedé observando sus gestos. Si que había pasado tiempo, pesaba ese año fuera de mi trabajo y también lejos de compartir tantos momentos con Kyle. Al fin de cuentas te pasas cada día de tu vida con tu compañero, son muchas cosas que se viven. 

—Haces bien, es que lo entiendo. Lo importante es que cada uno esté bien, lo demás se acomoda solo y Rose teniendo a ambos presentes, será feliz de todos modos— comenté no como psicóloga, más como una amiga— . Puedo con ello, esto es algo que lleva su tiempo. 

Después negué con la cabeza, no estaba muy al día. 

—Ve diciéndome, tengo las carpetas en casa e iba a ponerme después de reunirnos. Soy todo oídos. 

4 de Octubre de 2023, 18:00 horas

—Entiendo perfectamente a qué te refieres —dije echando un vistazo a Asha y el cariño que parecía haberle tomado también a primera vista a la joven que cerraba los ojillos de placer al sentir los dedos acariciándola —Y está claro que Asha también lo sabe.

Había soltado de soslayo aquella frase hecha con la que no quería insinuar nada y parecía decirlo todo. Noté como la mirada volvía a mí captando toda su atención pero preferí hacer hincapié en las tres preguntas. 

—Qué pequeño parece querer hacerse el mundo cuando la situación lo merece —dije divertido—. Hace unos días tuve una llamada para formar parte del nuevo equipo así que es posible que dentro de muy poco vamos a ser compañeros de trabajo.

Por supuesto que Asha no perdió la oportunidad de hacerse notar rozando su cabeza contra la cadera de la bombera a lo que yo respondí con una ligera carcajada mientras sacaba de mi bolsillo el bien merecido premio que requería Darcy.

—¡Este señor se ha ganado su premio! —dije con entusiasmo animando al precioso husky mientras me levantaba de su lado y alzaba una mano mostrando una galletita. Luego miraba a su dueña para añadirle sonriente —igual que tú has ganado también una compañera de trabajo.

Aunque a decir verdad el que más afortunado se sentía probablemente era yo. Entrar, tras tantos años de retiro, nuevamente al trabajo directo de calle iba a necesitar unas dosis extra de adrenalina y haber conocido de esta forma casual a una compañera del cuerpo, y vaya cuerpo, era toda una señal de que había hecho lo mejor al aceptar la oferta.

Comentario del jacuzzi de por medio extendí la mano para recibir la suya y la tomé entre mis dedos notando el tacto suave de sus yemas. Tal vez tardé un poco más de lo necesario, pero menos de lo deseado en estrechar la mano con firmeza y establecer un gesto de saludo que tal vez hubiera preferido que hubiera sido a través de un beso. No obstante sonreí sin apartar la mirada de Samantha.

—Puedes llamarme Fred —añadí tras las palabras de ella—. Tal vez debería pedirte el número de teléfono para avisarte cuando me incorpore al equipo.

4 de Octubre de 2023, 18:00 horas

Crucé la mirada con él y sonreí, desde luego le tenía que haber pasado algo similar si Asha era su compañera de trabajo y no se separaban. 

Me reí ante la casualidad de habernos encontrado aquí para conocernos previamente a tener que trabajar juntos. A veces el día menos pensado te traía las mejores casualidades. Benditas reformas que me habían dejado salir antes de lo habitual. 

—Pues sinceramente me alegro de tener dos nuevos compañeros de trabajo tan majos —acaricié la cabecita de Asha con complicidad. 

El husky al escuchar la palabra premio ladró contento y se sentó a esperar a que se lo dieran, haciendo su mejor actuación de «soy un perro super educado». 

No perdí la sonrisa ni un instante cuando nuestras manos se tocaron. Esas manos se notaban grandes y fuertes, la clase de manos que me gustaban en un hombre. No es que el equipo de bomberos no estuviera compuesto por personas con un perfecto físico pero me alegraba de que existiera la posibilidad de que pronto el suyo se incorporase y le alegrase un poco la vista diariamente.  

—No es solo que deberías pedirlo es que me sentiría ofendida si no lo hicieras —respondí con un tono juguetón—. ¿Cómo te íbamos a organizar una buena bienvenida si no sé cuándo vas a empezar? 

Le tendí mi móvil, con un contacto nuevo abierto, para que apuntase el suyo. 

1 de septiembre - tarde

Kyle no le discutió lo de tozudo, porque lo era. Bien orgulloso estaba que su hija también lo fuera o, al menos, lo fingía bastante bien. Asintió ante la reflexión de Jazlyn, a Kyle no se le daba tan bien expresar esas cosas como ella a pesar de haber pasado también por la carrera de psicología. Escucharlo lo hacia sentir fácil, pero llegar a esas conclusiones no lo era en absoluto.

—Todo lleva tiempo, pero me alegra ver que lo empleas bien —sonrió sincero. Tras una breve pausa sintió que había metido un poco la pata al mencionar el trabajo tan rápidamente, aunque estaban ahí por la investigación no hubiera hecho nada mal disfrutar de un tiempo de ocio con una amiga, pero ya estaba hecho y tomó un sorbo del café.

—Por ahora no tenemos ningún sospechoso —se lamentó —. Pero sí un patrón. Tenemos a tres chicas desaparecidas desde Colorado hasta aquí, todas vinculadas a un perfil online llamado "Blue_Prince".. hasta llegar a Houston. Aquí han sido dos desaparecidas: Laura Reno y Olivia Dawson. Es un cambio de patrón. Puede que un imitador, o que el secuestrador sea de aquí. No se han encontrado cuerpos.. por lo que, y moderándola, puede haber cierta esperanza —explicó sintetizando todo lo posible —. Tengo una lista de algunos testigos, pero.. tendremos que ir a comisaría para hablar con la policía de la ciudad para ver si saben algo más.

4 de Octubre de 2023, 18:00 horas

Darcy no solo era una preciosidad sino que además sabía comportarse como era debido. Por esos pequeños detalles supe más de Samantha que todo lo que hubiera podido contarme cualquier persona que la conociera. Dedicar ese tiempo a enseñar a un animal demostraba no solo su pasión sino que también la tenacidad para conseguir ese resultado. Le di el premio y rasqué su cabeza con firmeza acabando en el lomo hasta su cola. 

Miré a Asha que estaba aún más encantada entre los brazos de su nueva compañera así que di por bueno el intercambio de parejas que se había efectuado. Fue entonces cuando una idea iluminó mis pensamientos y con una sonrisa le propuse a Sam con interés.

—Quizás podría trabajar un poco con él. Estoy seguro de que podríamos eliminar algunos de esos miedos —dije convencido—. Tal vez de esa manera lo podemos hacer un poco más libre ¿Verdad, Darcy?

El contacto había de alguna forma electrizado mi piel, al desplazar la mano para interceptar su móvil donde apuntar mi número sentí como un ligero calor recorría parte de la mano y subía por el brazo como pequeños chispazos de energía. La magia de la termodinámica pensé y dediqué un poco de atención y rellenar mi número y finalmente escribir mi nombre añadiendo el nombre de Asha en apellidos. Era más fácil y natural que me recordara por Fred el de Asha, que por Stewart que al respecto no le significaba nada.

—Según tengo entendido, esta próxima semana el alcalde lanzará un comunicado —confirmó mientras terminaba de escribir el nombre —Así que es posible que nos veamos bastante pronto. 

Consciente de ello le devolvió el móvil a su dueña con una sonrisa.

—No obstante, para cualquier otra cosa... —dejó pasar unos instantes de silencio y se dedicó a ofrecerle la mano a Darcy en un honorable pacto entre caballeros —ahí tienes mi número.