Partida Rol por web

Al chico alucinó cuando vio lo que había debajo de la lona, delante de él tenía una especia de avión en miniatura y siendo de los vengadores, seguro que su tecnología era increíble. Con timidez acercó la mano para tocarlo, pero al ver que no pasaba nada lo acarició como si se tratase de un auténtico tesoro.

Pero rápidamente recordó que era lo que estaba haciendo allí, miro a su alrededor buscando alguna salida, porque de alguna forma debía salir aquel vehículo de allí, aunque claramente debía estar oculta. Echó un vistazo rápido a las pantallas que allí había, pero utilizar todo aquello era mas una tarea para Brian que para él.

Así que se dispuso a volver corriendo hacia donde estaban sus compañeros, esperaba que siguieran en el mismo sitio donde los había dejado y si no era así, que al menos fuese porque habían encontrado algo interesante.

Mientras corría por los pasillos no pudo evitar pensar en aquel primer encuentro con el motorista fantasma y como se le había complicado la vida desde entonces, eso le hizo llevarse la mano al bolsillo por instinto, buscando ese pequeño trozo de papel con un numero escrito. Si conseguía un teléfono igual podían contactar con él, aunque si la señal de la tarjeta-comunicador era tan mala, no esperaba que la de un teléfono móvil de esos que ahora llevaba todo el mundo fuese a ser mucho mejor.

A Faith le quedó claro en seguida por las palabras que le dirigió su compañero que este tan sólo pensaba en lo inmediato, mientras que su cabeza iba mucho más allá. Puede que estuvieran localizados por las cámaras de seguridad y otros elementos que pudiera haber en la mansión, igual que quizás fuera cierto que su móvil terminaría por no tener cobertura allí abajo, aunque no estaba del todo segura de que las interferencias se debieran a eso; pero Brian era el experto en aquellas cuestiones. Sin embargo, la joven contaba con salir de la mansión en algún momento, donde su teléfono tendría cobertura y el llevar un localizador encima podía suponer todo un problema; y es que si lograban escapar, Faith creía probable que el Visión carente de voluntad terminara yendo tras ellos.

Mientras Brian destruía aquella cámara, Faith ya había comenzado a correr, no tardando en escucharle decir que le esperara, además de lo relativo a la cobertura. La joven no se detuvo, pero aminoró su ritmo unos breves momento para que la distancia entre ambos no terminara siendo demasiada. No tardó en volver a poner todo su empeño en llegar cuanto antes a los vestuarios, un propósito que en seguida se vio frustrado.

Los ojos aún vidriosos de Faith se abrieron como platos al ver a Six corriendo hacia ellos como alma que lleva el diablo, aumentando su gesto de sorpresa hasta tornarse pronto en uno de horror al ver todos aquellos robots que la perseguían. A punto estuvo de caer ante el repentino frenazo que tuvo que dar.

- ¡MEDIA VUELTA! – gritó a Brian, que tan sólo avanzaría un poco por detrás de ella, una suerte de orden que tan sólo fue capaz de salir del cuerpo de la joven ante la necesidad de proteger a las demás, y en concreto al desvanecido profesor. – C-creo que... Visión tiene a-al... Profesor Lang. – compartió con Six llena de angustia, y casi sin aliento, cambiando su rumbo para correr en dirección contraria a aquella por la que se acercaba la tropa de Ultrón.

Corre, corre, corre...

Los pensamientos de Six no iban mucho más lejos de aquella idea. Correr, llegar hasta sus compañeros, avisarles para que también corrieran. Era consciente de que los robots estaban tras sus pasos, que aquella descomunal fuerza contra la que nada podía hacer le pisaba los talones. De lo que no era consciente era de que no eran sólo robots lo que la perseguía. Eran demonios. Eran recuerdos. Era impotencia, una vez más. Como cuando perdiera a la mayor parte de sus amigos por no poder defenderlos, por decisiones que se demostraron erróneas. Mientras corría por aquellos pasillos con desesperación, rememoró los gritos, los rugidos, cómo cada amigo que quedaba atrás era atrapado por los demonios de la oscuridad en que se sumiera Nueva York, sin que ella pudiera hacer nada al respecto. Nada, salvo seguir corriendo.

Como ahora.

Dobló una esquina a tanta velocidad que a punto estuvo de estamparse contra una pared. Para evitar el golpe y el frenazo a su carrera, tuvo que poner un pie en el muro e impulsarse para poder hacer aquel giro lo bastante rápido. Los robots estaban ya casi sobre ella, pero necesitaba al menos llegar a avisar a los demás, a pesar de no saber hacia dónde podrían correr para huir de ellos. Se planteó si sería posible hacer algo para que uno de los robots tropezara y hacer caer a los demás para ganar tiempo, pero tenían propulsores así que difícilmente serviría de nada. Lo único posible era continuar en movimiento.

Al enfilar aquel corredor, se encontró de frente con Brian y Faith, el primero cargando al profesor. No fue consciente de lo que la chica del pelo blanco decía, pues comenzó a agitar uno de sus brazos mientras ella misma gritaba para que dieran la vuelta.

- ¡POR AQUÍ NO! ¡CORRED!

—¡JODER!—gritó Brian al ver la pequeña horda de robots que perseguía a Six, mientras frenaba patinando por el suelo para dar media vuelta.

Huyendo de los robots, los tres aspirantes a héroes echaron una vez más a correr. La sensación de caos era absoluta, los robots perseguidores, las luces rojas, el sonido de alarma, el aviso de autodestrucción... Si no fuera por la adrenalina que corría por sus venas, no había duda que los muchachos acabarían derrumbados por el estrés. O quizás no, pues la voluntad que estaban mostrando era digna de admirar. Ahora tenían que centrarse en correr pero, ¿hasta cuándo?

Pues al menos  hasta encontrar a Bruce, cosa que no tardóo en acaecer. Los estudiantes habían pasado la sala de la prueba y giraron a la derecha para encontrarse a su compañero fantasma que en este caso también corría hacia ellos. Desde la perspectiva del chico, en primer lugar vio primero girar a sus compañeros, para segundos después ver a una docena de réplicas correr tras ellos.

¿Seguirían corriendo o había llegado la hora de las tortas?

¿Por qué no disparaban?

Esa idea fue tomando forma en la mente de Six, incluso concentrada como estaba en la respiración, y en ignorar el cansancio de sus piernas. Estaba acostumbrada a correr, a correr y a saltar, y a trepar. Estaba acostumbrada a superar sus propios límites, aunque temía más que sus límites no fueran los que realmente importasen, ya que no estaba sola ni podía hacer nada por arrastrar a los demás a seguir su ritmo. Y ya había dejado a otros atrás, no era algo que pensara repetir. Sin embargo, aquella idea se adueñaba de su carrera. Los robots contaban con láseres, podrían haber disparado contra ellos para acribillarlos por la espalda, en lugar de simplemente perseguirlos. También tenían propulsores, podían usarlos para ganar terreno, y sin embargo seguían corriendo.

Algo no cuadraba.

La conclusión más lógica que fue capaz de alcanzar la chica, era que aquellos robots no eran como los anteriores. Puede que no tuvieran todos los sistemas, que carecieran de propulsores y láseres, que fueran tan sólo carcasas que se movían como humanos aunque fueran de metal. O puede que fuera su inteligencia artificial lo que les fallaba, y que fueran demasiado estúpidos para darse cuenta de aquello que les podía dar ventaja. Six no logró estar segura de cual de las dos opciones le parecía mejor.

Ya había dejado atrás el acceso a la sala de las pruebas, cuando en su mente se dibujó un plan que tendría que desechar. Podrían haber entrado en el circuito, haber corrido en una dirección y rezar por que los robots fueran lo bastante estúpidos para seguirlos dando la vuelta al propio circuito. De ese modo, podrían dejarlos detrás suyo y enfilar de nuevo el camino hacia la zona del ascensor, ya despejado. Si al llegar allí realmente había una escalera hacia la mansión, podrían ascender por ella continuando su carrera, tratando de no ser alcanzados antes de salir. Incluso, si los robots se dividían para rodearles, siguiendo unos sus pasos y otros el circuito a la inversa, siempre podían abrirse camino a través de la mampara y regresar a la entrada por el centro. Sí, habría sido un buen plan, si no fuera porque ya habían dejado atrás esa entrada sin alcanzar a reaccionar.

A tomar por culo.

Doblaron una nueva esquina, tan sólo para encontrarse de cara con Bruce, que venía hacia ellos a la carrera. Lo primero que hizo la ex luchadora fue mirar al fondo del pasillo, temiendo que el chico-ropa estuviera también huyendo de algo. Sin embargo, no vio nada a lo lejos, no como detrás de ella, donde se agolpaban los robots.

- ¡CORRE! -Gritó a Bruce, echando un vistazo para ver cómo iban los demás- ¡DINOS QUE HAS ENCONTRADO UNA SALIDA!

Mientras corría seguía dando vueltas a su hallazgo, tenían que poder aprovecharlo de alguna forma, pero él no tenía claro cómo. Por suerte entre sus compañeros había dos cerebritos y al menos uno de ellos era un friki de las maquinas, eso tenia que valer de algo.

Estaba a punto de llegar a una esquina cuando vio aparecer corriendo a sus compañeros, estaban claramente alarmados y no tardó en darse cuenta del porqué.

—¡JODER!—. Gritó mientras frenaba en seco su carrera y empezaba a girar sobre si mismo para echar a corre en la misma dirección que sus compañeros, en la misma dirección de la que él venía.

—Pues eso creo o eso espero—. Respondió a Six. —No he visto ninguna, pero he encontrado un avión y eso tiene que salir de aquí debajo de alguna forma.

El pecho de Faith comenzó a retumbar todavía más mientras sus compañeros y ella daban media vuelta entre gritos. La joven no recordaba tener que haber corrido tanto nunca, y comenzaba a dudar de poder aguantar mucho más así mientras sentía cómo comenzaban a arderle las piernas. Apenas conocía el lugar, y tanto la alarma, como el repetitivo mensaje de autodestrucción, y las intermitentes luces rojas, no le dejaban pensar con claridad; no viendo más alternativa que seguir corriendo. Faith no estaba acostumbrada a recibir tantos estímulos externos, a tanto caos y tanto jaleo, recordándole demasiado aquel tipo de situación al laboratorio en el que tanto tiempo de su vida había pasado.

Con la respiración de la chica cada vez más agitada y sintiendo que ya no podía más, el grupo terminó dando con el último miembro que le faltaba, lo que de todas formas no supondría un descanso. Por fortuna, al menos no parecía provenir ningún peligro del lugar del que venía Bruce corriendo, quien ante la indicación de Six cambió su rumbo. Esta también le preguntó por un posible hallazgo de la salida, dando una respuesta el chico que a Faith le resultó totalmente inesperada.

Sus ojos se abrieron como platos, pero no pudo hacerlo su boca, y es que aunque en circunstancias normales probablemente habría mostrado su absoluta sorpresa también con palabras; era incapaz de hacerlo en aquellos momentos, sintiendo que el corazón se le iba a salir por la boca.

¿Podrían refugiarse en ese avión y buscar una solución? ¿Salir por donde fuera que el vehículo despegara normalmente? Esas y otras tantas preguntas más se agolpaban en la cabeza de Faith, sin que pudiera determinar aún cuál era la mejor de sus opciones. Necesitaba llegar a aquel lugar, y sobre todo, necesitaba aire.

Los estudiantes siguieron corriendo a Bruce, con el grupo de robots detrás de ellos. ¿Aunque era correcto seguir llamándolos estudiantes? La academia había sido comprometida el primer día, ¿en qué lugar los dejaría aquello? Pero esas preguntas no eran ahora importantes, por el momento había que salir de aquel lugar con vida y como fuera.

Al final del pasillo llegaron a una bifurcación y Bruce tomó la de la izquierda y los demás lo siguieron. Y varios metros después llegaron a una sala amplia, muy amplica, pues se trataba de un hangart.  En los extremos de la sala había dos niveles con paneles de control, gruas, cables... Y en el centro estaba ese avión del que les había hablado el chico motorista. Era más corto que cualquier avión convencional (incluso que un jet privado) y más robusto. Por decirlo de alguna manera, era como si se hubiera comprimido y reforzado. En la cola, tenía dibujado el emblema de los Vengadores. 

Ya estaban allí, pero los robots continuaban siguiéndoles. Sólo tenían unos pequeños momentos antes de que terminaran por alcanzarles.

La respuesta de Bruce mientras corrían ya tras sus pasos ofreció a Six un rayo de esperanza. Al menos había hacia dónde correr, que no era poco. Y un avión no era exactamente el tipo de salida que estaban buscando, pero si esa cosa salía de allí...

- ¡Puede valer! -Grité sin dejar de correr, aunque mis pasos aflojaron ligeramente cuando me di cuenta de hasta qué punto eso podía no ser ni de lejos suficiente- ¿¡Alguien sabe pilotar!? -Preguntó echando un vistazo en dirección a Brian y Faith. Asumía que no sería el caso del chico fantasma, pero "pulpito", como lo había llamado en alguna ocasión, parecía llevarse bien con la tecnología; y la peliblanca podía ser una caja de sorpresas.

Claro que Six no acostumbraba a esperar sorpresas agradables.

Entrar en aquel hangar fue todo un jarro de agua fría para la ex luchadora. El lugar estaba lleno de paneles, controles, maquinaria... ¿Y si Ultrón podía controlar todo aquello y usarlo contra ellos, además de a los robots? ¿Y si podía manejar la propia nave a distancia, incluso aunque alguno de sus compañeros supiera pilotarla? La chica elevó su mirada sin dejar de correr, buscando por dónde se suponía que el avión podía despegar. Puede que hubiera una forma más convencional de alcanzar el exterior, como una escalera alrededor de la zona de despegue o algo así...

A pesar de no ser recto, el camino no era demasiado complicado y pudo llevar a sus compañeros sin problemas, aunque los problemas realmente venían tras ellos.

No les había mentido, pero tampoco les había contado todo sobre aquella sala y sobre todos los ordenadores que allí había. Aunque tampoco es que tuviera demasiado tiempo para darles los detalles mientras corrían por los pasillos, solo esperaba que Ultrón no hubiese infectado aquellos ordenadores y que alguno de sus compañeros pudiera poner aquello en marcha.

—Pues salvo que tenga manillar y pedales…—. Fue lo único que pudo responder a su compañero mientras corrían.

Nada mas cruzar la puerta se detuvo en seco y empezó a buscar algún mecanismo para cerrar la puerta del hangar, si podían cerrar la puerta ganarían algo tiempo respecto a sus perseguidores, aunque no sabría si seria suficiente como para hiciesen volar aquella cosa o al menos, para averiguar cómo abrir la salida.

—Mirar a ver si podéis averiguar algo, yo voy a cerrar esta puerta, o a intentarlo.

Fue poco antes de llegar a aquella bifurcación cuando Faith escuchó la reacción de Six al asunto del avión. Las primeras palabras de esta no llamaron especialmente su atención, pero sí, y mucho, aquella pregunta acerca de si alguien sabía pilotar. ¿Era aquello a lo que se había referido su compañera? ¿Salir volando de allí era su primera opción?

La joven había contemplado aquello, pero no era algo que hubiera considerado en primer lugar, y mucho menos algo que quisiera hacer. En su mente, la idea de ir en busca de Cube continuaba más que presente, y por el momento se negaba a considerar si cogería aquel  avión o no con la poca información que tenía. No respondió a la pregunta de su compañera, pues no tenía ni la menor idea de pilotar. Quizás, si el sistema contaba con alguna especie de piloto automático, pudiera hallar la forma de activarlo, pero el pilotar aviones estaba fuera de su alcance.

Habían tomado ya el camino de la izquierda cuando Bruce dejó claro que él tampoco sabría manejar el vehículo, uno que pronto descubrieron los chicos al llegar a aquel hangar; y que a Faith le dio más la impresión de ser una nave espacial que un avión. Una vez allí, sus compañeros se pusieron en marcha, pidiendo el joven del más allá que el resto tratara de averiguar algo mientras él trataba de impedir el acceso a los robots. Faith, sin embargo, se vio obligada a parar un instante a recobrar el aliento, con una fuerte tensión invadiendo todo su cuerpo que sintió aumentar al ver con mayor claridad la distribución y contenido del lugar. Si Ultrón había tomado el control de otros lugares de la mansión, no tenían motivos para pensar que no pudiera hacer lo mismo con aquellos paneles de control, no al menos a simple vista.

Tras la más que breve, brevísima pausa, la joven se apresuró hacia uno de los niveles para alcanzar parte de los paneles; estudiando estos con celeridad esperando poder dar con algo que pudiera serles de ayuda.

—¿Pilotar?—repitió Brian sin dar crédito a la pregunta de Six—¿Cómo vamos a saber pilotar? ¡Tenemos quince años!

El chico de los brazos cruzó la puerta al hangart y estaba tan nervioso que tropezó, pero no terminó de rodar por el suelo gracias a sus dos puntos de apoyo extra. (los otros dos los usaba para llevar a Ojo de Halcón). 

Una vez dentro de la sala, los estudiantes se fueron movilizando. Bruce encontró un panel junto a la puerta y apretó todos los botones hasta que la consiguió cerrar. Justo antes de que los robots entraran. Faith se dirigió hacia los paneles de control para ver si podía encontrar algo y Brian optó por hacer lo mismo. Six levantó la cabeza y vio que el techo estaba cerrado. Tenía que ser retráctil o algo así para que el avión (o la nave espacial) depegase.

—¡MIERDA ESTE CACHARRO ESTÁ BLOQUEADO!—gritó Brian frustrado.

Entonces un ruido continuado y violento, hizo dedicar la atención durante unos segundos a la cerrada puerta del hangart. Parecía que las réplicas de Ultron estaban golpeando la puerta con la intención de tirarla abajo. Y si la cosa seguía así no dudaría mucho.

- Brian pifia y como efecto negativo su panel de control (y él) se quedan bloqueados.
- Faith, si quieres hacer una tirada, puedes hacer INT + DCON con dificultad 20. Tu dificultad es más alta que la de Brian porque los dominios de DCON y DTEC suyos son más adecuados para esta tarea que los tuyos. Aprovecho también para recordarte que podrías gastar un Punto de Épica (PEP (Guardiola)) para aumentar el resultado de esa tirada con +1d6.

¿Y por qué no?

Pensó Faith ante aquella rotunda afirmación de Brian acerca de pilotar, cuando todos los presentes habían demostrado tener increíbles habilidades. Tan sólo se limitó a eso, a pensar, no pronunciándose siquiera para aclarar que ella no tenía quince años. Lo esencial en aquellos momentos era alejarse de sus perseguidores y alcanzar el lugar al que Bruce les guiaba.

Una vez allí, cada uno fue tomando su propio rumbo, siendo el de Faith examinar parte de aquellos paneles de control tras darse un ínfimo respiro. Concentrada, apoyó sus manos en el frío metal y fue observando todo con detenimiento, logrando desterrar cualquier atisbo de nerviosismos durante unos instantes. Ella y los paneles que tenía en frente, no existía nada más, ni siquiera el grito de su compañero o el ruido que generaban los robots tratando de entrar la alarmaron; como si no resolver aquella suerte de rompecabezas pudiera costarles la vida.

Aunque quizás así fuera…

La mandíbula de Six se tensó ante la respuesta de Brian. Más allá de asumir que todos tenían quince años, una edad que ya hacía un par de años que había dejado atrás y alguno más que había dejado de aparentar por haber estado siempre bastante desarrollada para su edad, a la chica le pareció insultantemente irónico que no concibiera la posibilidad de que alguno supiera pilotar precisamente el que se había fabricado un dispositivo mecánico de alta tecnología con unos planos y piezas sacadas de a saber dónde.

- Niñato, si salimos de ésta recuérdame que te mereces un capón... -Replicó una más que malhumorada Six, sin dejar de correr al menos hasta bien adentrada en el hangar.

Hasta aquí hemos llegado.

Aquel pensamiento se repitió en su cabeza varias veces, desde que vio las puertas cerrarse gracias a Bruce. Sobre su cabeza, el techo estaba cerrado, y nadie parecía saber qué hacer con aquellos paneles. Había grúas, y en su cabeza era espectacular imaginarse las mismas cayendo ante la puerta para bloquearla, o sobre los robots cuando entrasen, ya puestos. Pero ella no era tan fuerte como para hacer algo así, no era tan... nada, como para poder aportar algo.

Nuevamente, como años atrás con aquellos demonios, no había nada que pudiera hacer.

Excepto no rendirse.

- A la mierda.

Comenzó a correr hacia aquel avión, jet, nave o lo que fuera. No tenía ni idea de pilotar, pero igual podía hacer algo, aunque sólo fuera provocar un accidente, estrellar el aparato contra la puerta para bloquearla aún más, o comunicarse con alguien, o simplemente abrirla para que los demás pudieran entrar y refugiarse todos dentro.

Un suspiro de alivio se escapo entre los labios de Bruce cuando dio con la tecla que cerraba la puerta del hangar, eso no pararía a los robots eternamente, pero les daría algo de tiempo para pensar.

—La puerta del techo debería poder abrirse también desde el avión, supongo—. Dijo mientras se alejaba de la puerta andando de espaldas, sin perderla de vista mientras la aporreaban desde el otro lado. —Y si no, seguro que tiene una radio potente con la que poder hablar con el exterior—. Entonces se quedó callado un momento, como recordando algo y empezó a rebuscar en el bolsillo de su chaqueta. —¿No tendréis alguno un teléfono móvil de esos, uno que funcione aquí abajo, porque tengo el numero de alguien que podría ayudarnos?

Six se acercó al avión y vio un botón junto a una puerta. Al pulsarlo la puerta se abrió haciendo el clásico ruido de un sistema hidráulico. El segundo golpe de suerte, después de que Bruce consiguiera cerrar la puerta. Peor lo estaban pasando desde los monitores, pues ni Faith ni Brian conseguían dar con la tecla. Estresada, la pelirrosa entró en la nave para encontrarse con un cuadro de mandos similar al de cualquier avión. Un caos de la ingeniería.

Mientras tanto la puerta del hangart empezó a abollarse y por las rendijas había destellos rojos. El grupo de robots tenía que estar disparando con todo contra la puerta. Se les agotaba el tiempo. Y entonces un mensaje se escuchó por la megafonía.

AUTODESTRUCCIÓN EN CINCO MINUTOS.

Si Six sintió algo parecido a la esperanza al ver que lograba abrir el portón de aquella nave, aquel sentimiento se desvaneció inmediatamente al ver que los controles de aquel aparato eran tan complejos que no sería capaz ni de saber por dónde comenzar. Había más botones que ventanas en los rascacielos de Manhattan, y ella apenas era capaz de manejarse con el complejo mecanismo de una cabina telefónica. De modo que se le cayó el mundo a los pies al darse cuenta de que aquello no serviría de nada. Absolutamente de nada.

Ya sin prisa, regresó fuera de la nave, oyendo cómo la megafonía anunciaba el tiempo que les quedaba. Cinco putos minutos, apenas nada a no ser que los demás fueran capaces de hacer algo, porque si algo tenía claro era que ella ya no tenía nada que aportar. ¿Qué podía hacer? Estaba rodeada de tecnología, justo lo que peor se le daba en este mundo, aquello de lo que no sabía absolutamente nada. No, no podía hacer nada, todo dependería de los demás, ya que algunos de ellos parecían ser bastante listos, al menos desde la perspectiva de Six.

Quien no tiene nada, ve abundancia en todo el mundo.

La ex luchadora comenzó a caminar hacia la puerta, observando cómo ésta se doblaba e iluminaba por el ardiente calor que estarían causando los robots con sus láseres. Mientras se acercaba, comenzó a ajustarse los vendajes de sus antebrazos, asegurándose de que estuvieran bien afianzados especialmente en sus puños. Resignada, pensó que al menos podría ofrecer algo de tiempo al resto si la puerta cedía antes de que aquello explotase. Los robots entrarían con todo, pues era con todo con lo que estaban tratando de derribar la puerta. Si se situaba a un lateral del acceso, existía alguna posibilidad de poder aprovechar el caos para adentrarse en el pasillo de nuevo mientras ellos entraban, y atraer al menos a una parte de ellos de vuelta al interior de la base si lograba moverse lo bastante rápido.

Faith continuó unos instantes más concentrada en aquel panel, tan sólo levantando la vista brevemente al escuchar que Bruce preguntaba por un móvil, negando ante ello; y cuando se dio cuenta de que Six lograba abrir la puerta del avión. La frustración no tardó en invadirla, viéndose incapaz de sacar nada en claro de aquel complicado sistema, terminando por levantar su azulada mirada del panel llena de congoja. La posó en aquel avión, bajo la esperanza de que su compañera hallara algo relevante, pues el fan de los superhéroes tampoco parecía haber dado con nada.

La joven se sobresaltó ante el nuevo mensaje que escucharon por megafonía, coincidiendo este con que la chica de cabello multicolor salía del avión. A Faith se le vino el mundo encima entonces. El mensaje había sido claro, y el ver salir a Six del vehículo le hizo pensar que este no era una opción.

Vamos a morir.

La chica se quedó entonces congelada, no literalmente. Bloqueada, con un atenazador miedo embargándola, tan sólo acertaba a respirar; y de un modo cada vez más agitado. En más de una ocasión había pensado en su nacimiento, en el modo en el que este se había dado, en si aquello estaba bien; pero fuera o no así, agradecía haber nacido. Le aterraba la idea de morir, ¡además aún era demasiado joven!, y también le aterraba el que otros fueran a morir con ella. Pero era incapaz de hacer nada, paralizada por el miedo, con aquel célere aliento que escapada de entre sus labios convirtiéndose en frío vaho.