Dio un tirón brusco a tu vestido despejando tu hombro
- ¿Tu solo que?
Aquel hombre te amaba, siempre te amó... tu lo sabias. Quizá en las preguntas buscaba tu redención, en cualquier caso, jamás podrías corresponderle.
- ... yo sólo quería a Tiberio, del resto no tuve nada que ver. Ni siquiera sabía lo que se traía entre manos, pero recuerda una cosa Bruto. Mi marido eres tú, no Tiberio. ¿ De verdad vas a matar a tu mujer yendo contra los dictámenes de los Dioses?- pregunta con amargura- Si la respuesta es un sí, acaba conmigo cuanto antes. Pues yo también he sido traicionada y ya poco me importa Tiberio.
Tragó saliva
- Los Dioses me abandonaron hace tiempo... y mi corazón ya lo has hecho pedazos. No tengo nada que perder.
Apoyó la hoja de la gladius en tu clavícula, le temblaba el pulso... lo notabas, nunca le habías visto empuñar un arma de forma tan dubitativa.
- Drusilla, puedes irte... no querrás ver esto...
Drusilla no puede creerse lo que está sucediendo, sabe el amor que Bruto siente por su esposa y el dolor que le ha causado la confesión de Atia, pero tiene que intentar algo para que no la mate.
- Mi señor... por favor... -le suplica con lágrimas en los ojos- échela de la casa, repúdiela,... pero... pero no la mate mi señor... por favor. Si la mata, su muerte le pesará el resto de su vida...
"te he respetado de puertas hacia afuera" Jajajajajajajajaja.... lo siento pero es que me ha hecho mucha gracia
xDDD
es verdad , de cara al resto de la sociedad sí le ha respetado.
- Y si no la mato no haré más que mostrar mi debilidad...
La ligera presión de la gladius había hecho brotar unas pocas gotas de sangre que caian, como lágrimas, por el pecho de Atia.
- ...si tanto amaba a Tiberio, tendrán la oportunidad de ser incinerados juntos.
- Pero amo... -da sólo un paso en su dirección- si sólo la repudia, echándola de su lado y dejando que se vaya, lo que demostrará será su generosidad y comprensión. Ser clemente no significa ser débil... mi señor.
Tras un prolongado silencio, envainó la gladius de nuevo
- Abandona esta casa y no vuelvas a pisar esta ciudad, o juro que te haré quemar viva...
Se dispuso a salir de la habitación
- ...antes de que cambie de opinión - te advierte
Sin importarle nada, repudiada se incorpora y escupe en el suelo.
- ¡Fuera de mi casa!
No parece que tus provocaciones le calmen, precisamente.
Suspira aliviada al ver a Bruto cambiar de opinión y se dispone a ayudar a Atia a levantarse pero, atónita, se detiene al ver la actitud arrogante de su señora. ¿Acaso prefiere morir a ser repudiada y humillada pero viva? Indecisa, no sabe muy bien qué debe hacer, se debate entre ayudar a Atia y la lealtad que le debe a Bruto, y es esta última opción por la que se decanta.
- Mi señor... -la voz le tiembla ligeramente con una mezcla de miedo y odio al pronunciar el nombre- hay otra cuestión... su ayudante Glabro se encuentra detenido, acusado de intento de asesinato... -sólo intenta volver a ganarse el favor de Bruto.
Es que pobre Glabro... :P
Cabizbaja, ni siquiera se para a recoger sus posesiones más preciadas (sus joyas) sino que camina en dirección al patio de la casa, para salir de allí y no volver nunca más...
Miró hacía Drusilla, la esclava
- Atrius se ocupará de que Glabro sea declarado inocente...
La que había sido tu señora, abandona las propiedades de la familia
Miras con tristeza como la hermosa y altiva mujer que ha sido tu ama todo ese tiempo se aleja humillada.
- ¿Y ahora mi señor? -pregunta a un hundido y derrotado Bruto
- Que apilen madera en el patio, incineraremos a Tiberio...
Se deja caer en la cama, tomando asiento, con la mirada clavada en el suelo
Drusilla sale de los aposentos sin molestar más a Bruto en dirección al patio para cumplir con sus órdenes.
Ummm... ¿y ahora? :S
Los esclavos se ponen a trabajar, apilando toda la leña de la casa y ahí esta... el cadaver de Tiberio envuelto en una sábana. Lo colocan sobre la pila de madera y te indican que todo esta dispuesto, que puedes avisar a Bruto.
Lo encuentras justo donde lo dejaste...hace unas horas.
- Amo Bruto... -Drusilla comprueba con tristeza como el hombre sigue sumido en su dolor.- Mi señor... la pira ya está lista.
Te mira, se hace el silencio mientras te observa y al cabo de un rato simplemente se levanta, sin pronuncia palabra.
Baja al patio, ya empezaba a anochecer.
- La antorcha... - su voz carece de pasión alguna
Se acerca a grandes zancadas hasta la pira
- ...fuiste un hombre afortunado, aún tras tu muerte jamás negaron el amor que sentían hacia ti. Te envidio Tiberio, tuviste lo único que yo desee durante años... lo único que jamás conseguiré - refiriendose al amor de Atia
Acerca la antorcha, dejando que el cuerpo se prenda violentamente a causa de los oleos que se le habían aplicado