Partida Rol por web

La mujer observa al enmascarado y responde:

- Antes de que mi querida hija Linda sufra algun daño

No añadio mas, quedaba claro que lo que realmente le interesaba era que su hija volviese, que el raptor muriera o no no era para ella lo principal, aunque en su tono de voz se notaba en especial para alguien acostumbrado a asesinar que la mujer no lo diria pero no le disgustaba esa posibilidad

La sirvienta asiente a las preguntas de Renly y dice:

- Si, señor le preguntare a la señora.

Al ver al hombre con la capucha se aparta un poco y se dirige de nuevo a hablar con la mujer. Al poco entra de nuevo en la sala y dice:

- Disculpe, pero mi soñara no conoce a ningun miembro del servicio por lo que no podra hacer lo que pide, pero segun me ha expresado les permiten llevar armas unicamente si son decorativas

Dayeresh asintió a la joven sirvienta. No tenia dudas de que si hiciera falta algo mas que eso podrían agenciárselo o crearlo en algún momento dado dentro de la propia fiesta. Pero unas simples armas decorativas serian mas que suficientes.

- Por mi parte creo que una Espada Larga decorativa seria suficiente. - Dijo el Joven sonriendo a la joven mientras esperaba ver las respuestas de los demás. Pero parecía claro que cada uno opinaba de diferente forma, pues incluso algunos ni se habían descubierto delante de los demás, ocultando su rostro. 

Era una lástima no poder tener el equipo dispuesto en algún lugar de la fiesta. Renly se percató de que el hombre enmascarado no les había acompañado. Seguramente como ya había pensado no estaba dispuesto a mostrarse en público como uno más de ellos. 

- Opino igual que mi compañero. Si pudiera facilitarme otra espada larga decorativa sería de gran ayuda. Sino cualquier arma parecida servirá. 

Lo cierto era que toda aquella situación era extremadamente complicada para una persona como él, una mente sesgada por la oscuridad, la muerte, aislado de la sociedad, traumatizado y lleno de odio, desprecio e indiferencia. Las palabras no eran su fuerte, expresarse era una tarea ardua que no solía necesitar ejercer, tal era su carencia comunicativa que el comprenderle era tan difícil para el resto como para él darse a entender.

Se mantuvo quieto en el umbral durante un instante más, haciendo un gesto con la mano mientras giraba la cabeza, como si le costara encontrar las palabras para obtener la respuesta que necesitaba.

-...El grupo...-

Volvió a detenerse, intentando articular las palabras necesarias.

-¿Cuándo...saldremos?-

El muchacho no sabía a ciencia cierta si les proporcionarían algún tipo de transporte, al fin y al cabo se suponía que irían a aquella fiesta con las invitaciones que "La Dama de Arkhet" les proporcionaría pero igual era mucho suponer. Esperaba haber dejado implícita la cuestión del traslado en el conjunto plural de la pregunta, tras la que, intentando que la mujer le comprendiera, volvió a repetir la pregunta clave haciendo leves gestos intentando que las relacionara.

-¿De cuanto tiempo...dispongo?-

Quería saber cuánto tiempo le quedaba para prepararse por lo que pudiera acontecer más allá del baile, pero necesitaba saber si tendría un transporte, si tendría que ir a pie y cuántas horas le quedaban hasta que la fiesta comenzara. Al salir de la taberna el sol estaba en su cenit, pudo sentirlo entonces calentando la parte superior de su cabeza pero había perdido la noción del tiempo durante el trayecto y ahora, dentro de aquella mansión, los juegos de luces y sombras proyectadas entre tantas paredes le tenían un tanto confuso. 

La mujer mira un reloj que hay en la mesa, un mecanismo bastante complejo y caro sin duda, entonces dice.

- La fiesta sera esta noche, por lo que supongo que dispondra aun de tres horas antes de que el baile comience, aun asi las fiestas transcurren por toda la noche, asi que supongo que no tendra problemas de tiempo.

A lo del medio de transporte dice.

- No puedo proporcionarles transporte ya que es en la misma ciudad, pr lo que no sera realmente necesario

La chica niega con la cabeza y dice:

- Lo siento pero no se me esta permitido entregarles armas, supongo que podran hablar con los guardias del baile, o a lo mejor algun arma que portan podran usarla, aunque no creo que les haga falta, ya que hay muchos guardias dentro del baile, o bueno eso es lo que la señora dice

La sirvienta se queda eperanod alguna otra peticion o si alguien queire ser acompañado a la puerta

Disponía de tres horas hasta que el baile comenzara, tres horas hasta que el molesto astro incandescente dejara de fulminar las calles y a sus transeúntes.

Salió rápidamente de la mansión, separándose de sus compañeros para prepararse antes de la hora de apertura. Utilizó la primera hora para buscar un lugar discreto y apartado de las miradas indiscretas, la sombra de algún árbol, el cobijo de algún cubo de basura o la puerta mal cerrada de algún cuarto de aperos. 

Aprovechó el tiempo que faltaba hasta el anochecer para dejar que la oscuridad le abrazara pues tenía un trabajo esa noche, su papel sería diferente al del resto pues cada uno disponía de sus facultades, las sociales no eran las suyas pero sí que podía velar por la seguridad del grupo desde las sombras, observando lo que quizás a otros se les pudiera escapar.

Una vez estuvo todo dispuesto, partió hacia el lugar estipulado y esperando en la oscuridad hasta ver a sus compañeros acercarse. Procuró situarse en algún punto relativamente alejado del salón donde se celebraría el baile, preferiblemente de fácil acceso al camino principal para poder interceptar a los muchachos antes de que los servicios de seguridad tuvieran siquiera rango de visión, quería hacerles saber que les estaría guardando las espaldas antes de que se metieran en el edificio.

El individuo encapuchado parecía haber terminado de hablar con la dama de Arkhet, sea lo que fuere, el hombre dirigió una mirada al grupo y se dispuso a recorrer con cierta impaciencia el camino que le separaba de la puerta de salida. Antes de marcharse, hizo unos gestos en dirección al resto de contratados haciendo referencia a las 3 horas de que disponían, la caída del sol y la dirección en la que en teoría se encontraba el salón de baile.

Se detuvo tras dar dos pasos, había recordado algo. Giró sobre sus talones y entró en la estancia dirigiéndose hacia la sirvienta, a la que susurró algo al oído, acercándose después hacia los muchachos con la prisa suficiente para que la pesada capa se moviera con el aire, dejando entrever la hoja de la guadaña. A pocos centímetros de uno de ellos, el más joven, se detuvo para susurrar unas palabras a la par que les tendía la mano.

-...vuestras armas...-

El hombre había caído en la cuenta de que no les permitirían portar armas en un acto social, por lo que consideró que podía proporcionar apoyo logístico al grupo mientras observaba desde las sombras, guardando su equipamiento para poder proporcionárselo en caso necesario. Se acercó rápidamente hacia la sirvienta para hacerle una petición susurrándole unas palabras muy fáciles de entender:

-...una pieza grande de tela oscura...ahora...-

Seguidamente, se dirigió hacia los muchachos.

Lo único que Jacques tenía que hacer en esas 3 horas era escribir la carta, y dirigirse al lugar de la fiesta... sus armas eran bastante bonitas, las había fabricado él y había cuidado cada centímetro de aquellas dos katanas para que fueran una verdadera obra de arte, pero dudaba mucho de que contaran como algo "Decorativo". Supuso que podría arreglárselas con lo que le dieran dentro de la fiesta, aunque siempre prefería tener sus armas predilectas a mano.

Cuando el encapuchado se dirigió hacia ellos, Jaques dio un respingo hacia atrás. ¿Qué querría decir con aquello?, ¿Quería que le entregaran sus armas?, ¿Para qué?.

- ¿Pe Perdón?, ¿Qué quiere?.- Tartamudeó un poco. Si su intuición no le fallaba, lo que pretendía era que le tendieran sus armas, pero no estaba dispuesto a poner su preciada obra en manos de un completo desconocido... prefería dejarlas en cualquier armería de la casa de la dama Arkhet.

Renly observó al tipo. Enigma, había decidido llamarlo así. Pretende que le entreguemos las armas... Supuso que, como había pensado, no iría con ellos y entraría por algún otro lugar o esperaría cerca. Dudaba que sacara de él más que dos o tres palabras. - ¿Nos vemos en el baile?- preguntó mientras cogía la espada. Esperó una respuesta.

-¿La armadura también?- prosiguió, entregándole la espada- Espero que no nos la juegues.

La sirvienta asiente a la pregunta del encapuchado y se marcha, no tarda mucho en llegar con una amplia tela de color negro, la joven se acerca algo temerosa al encapuchado y se la entrega mientras dice:

- Aqui tiene, espero que le sirva

La muchacha, cumpliendo su cometido, apareció para entregar el objeto que se le había pedido con una premura digna de alabanza. El siniestro encapuchado tomó la pieza de tela entre sus manos sin apartar la mirada de los muchachos atendiendo a sus reacciones, debía pensar qué palabras utilizar para contestar a lo que fuera necesario. El muchacho de oscuro parecía más avispado que el otro, o eso sugería la manera en la que habían formulado sus preguntas. En cuanto mencionó la armadura, negó con la cabeza.

Rápidamente extendió la tela en el suelo frente a ellos y se quedó acuclillado mientras intentaba responder a las preguntas que requerían respuesta de forma individual.

- ...Acecharé...en las sombras...-

Hizo una pausa, giró la cabeza y siguió una línea entre los ojos de cada uno de sus compañeros, sosteniendo durante pocos segundos la mirada en cada uno de ellos en un intento por generar algo de confianza.

-...Las llevaré conmigo...podríais...necesitarlas...-

Su voz siempre sonaba un poco ensordecida bajo la máscara, tenía un tono bastante grave, arrastraba las palabras y podía escucharse ligeramente su pesada respiración bajo tantas capas de ropa.

De... De acuerdo .- Se notaba que el chico estaba "intimidado" por aquel individuo, o quizá fuera un miedica... quien sabe -. Pero, por favor, tenga mucho cuidado con ellas, tienen mucho valor para mí .- Probablemente también tendrían mucho valor en las tiendas, el chico no era mal descendiente de su padre, y además tenía un ligero toque artístico que hacía de sus piezas algo digno de admirar. Le entregó las espadas aún enfundadas y se marchó con la intención de escribir aquella nota de la que había hablado rato antes.

Dayeresh no tenia a seguro lo que iba a hacer el extraño encapuchado, pero no tenia a mal, se desengancho de su cinturón su arma y se la paso a este mientras especulaba en su fuero interior que labor llevaría a cabo el extraño.

Tal vez al igual que el poseía algún conocimiento arcano que le permitiera burlar la vigilancia y entrar con aquello, pero al menos intentaría otra cosa en caso de verse sobre necesitados por un arma en aquella fiesta a ala cual debían llegar.

Dirigiéndose a la joven criada pregunto sobre algunas cosas.

Renly esperó a que la sirvienta respondiera y luego se dispuso a ir hacia el lugar de la fiesta, pretendía dar un paseo y recorrer la ciudad. Escuchar rumores y habladurías por la calle a veces podía servir de algo. También tenía intención de observar con detenimiento los alrededores del local, conocer su forma, entradas y salidas.