Por mi parte también está todo claro, mi señor respondo, manteniendo la sonrisa ante ambos, tanto el rudo que habla como un bruto como el amable compañero de viaje. Simplemente la situación es demasiado productiva, o puede serlo, para nosotros como para que me quiten la sonrisa una simple falta de respeto de alguien superior a mí.
Estaba claro que comenzaban a molestar. Asentí con la cabeza. Todo estaba claro y mis compañeros así lo habían dicho. No era necesario pronunciar más palabras en aquel lugar.
Valerosos y fieles caballeros de Logres, marchad en paz y con gran contento, puesto que habéis consentido participar en una labor de gran valor et aprovechamiento para toda Britania.
Os consideró el monarca a todos, caballeros de Logres, cosa matizable ante un francés y otro de fuera de la región, pero no era cosa aquella para interrumpir ni matizar al gran Pendragón.
Que Dios guie el vuestro juicio y que san Miguel os ayude con la espada si es cosa esta de menester. Volved en al menos un año, pues os espero a mi diestra con una jarra de buen vino a mano, et un lechón cebado e la mesa.
¡Dios salve a Britania!
Todos.
¡ salve!
Os marchais a vuestras habitaciones que están en una zona acotada, dentro de la torre donde duerme la soldadesca. Con la cabeza aún caliente y el corazón acelerado os recogéis en vuestros lechos, tras haber comido y bebido algo que os habían dejado de cena.
si quereis decir algo entre vosotros , preguntadme a mi o lo que sea, podeis hacedlo.
Poco ha podido dormir Flaín, no digamos ya comer, ante aquella situación. Alguien recién nombrado caballero conociendo al mismo pendragón en persona... parece increíble. Realmente cuando dije que junto a mis compañeros viviría grandes aventuras no imaginaba algo así. Mañana empezará nuestro viaje, por un año, pero que nos puede deparar una gran recompensa. Tener a tu lado el favor del rey no es una mala cosa.
Así pues, con el corazón anhelante de aventuras y deseando que empiece y, por qué no decirlo, que termine pronto el año, Flaín se fue a la cama con mil sueños en su cabeza donde se veía regresando triunfante junto a sus dos compañeros. Una sonrisa ilumina la cara del joven caballero.
Cadwallon no pudo evitar sentir excitación ante el giro de los acontecimientos. No se le escapaba que las cosas podían salir muy mal en esta aventura que les habían ofrecido, y que el castigo por ser descubiertos espiando a los córnicos no podía ser otro que la muerte... pero qué tremendas expectativas aparecían ante sí. Si lograba volver triunfante de su misión, junto a sus dos compañeros, le esperaba el favor del Rey de Logres y la mano de una dama de Salisbury, ¡no estaba mal para el hijo de un armígero!
Por supuesto, podían ser descubiertos, podían ser repudiados y podían salir mal muchas cosas...
... ¡pero también podían salir muy bien!
Por mí no hay dudas ni preguntas. Venga esos caballeros con los que tenemos que fingir un desencuentro, ¡a espadazo limpio!
Estaba claro que la responsabilidad de la misión era grande. Espiar. Nunca pensé que acabaría haciendo misiones de este tipo, más me veía cuando decidí venir aquí, rodeado de damas jóvenes, buen vino y combates por el amor a la lucha. Pero los últimos acontecimientos me han arrastrado a una nueva situación. Tenía miedo, eso estaba claro, nunca había sido buen mentiroso, y mis palabras muchas veces me hacían meterme en más problemas que las damas que me visitan por las noches. Tendría que tener cuidado, tendría que adaptarme. Tengo que sobrevivir este año en aquel infierno.
Al día siguiente, no veis motivos para madrugar y os quedáis tranquilos en vuestra habitación ajenos al ajetreo de los guardias que van y vienen, se relevan etc.
Recibís la visita de un sirviente que os trae pan con tocino, trozos de buey seco, y vino a modo de desayuno. Con él viene sir Neylin, con el que es posible que acabéis emparentando. Parece que os da más novedades sobre vuestro plan, que os comenta, una vez despachado el sirviente, que se va con las sobras y restos de vuestra cena.
Al parecer ya está todo arreglado con vuestros adversarios. Tenéis una deuda de honor pendiente que satisfacer a espada con otros 3 caballeros de la región. El desafío se hará fuera del castillo, para evitar cualquier mínimo atisbo de falta de hospitalidad del castellano., hacia vosotros, sus invitados.
Las causas de la disputa no se han hecho públicas, al parecer para daros más margen para improvisar algo en caso de surgir dudas, o simplemente para llevar el ascua a vuestra sardina en función de las circunstancias allí, en Tintagel.
Combatiréis hasta que el perdedor pida clemencia, cosa que ambas partes están obligadas a dar, (aunque no se haya hecho público este detalle.) No se contempla la muerte de ningún contendiente, y al acabar la disputa ya no regresareis al castillo, sino que echareis el tiempo que preciséis recuperándoos en la posada de allí. El sanitario será de la aldea y queda pagado al igual que la posada por el saco de monedas que se os dio en la reunión anterior. Si hay necesidad de más se os dará sin problemas.
Una vez sanos, marchareis hasta Dimilog, en Tintagel, y contactareis con sir Bradwen. Sus repito la prudentia que deberéis gastar en tierras que pueden ser no tan amistosas como debieran aun siendo de Logres.
Ahora os vuelve a repetir lo mismo que antes.
Diréis ser caballeros aventureros buscadores de fama et gloria. Localizad a sir Bradwen castellano de Dimilog. Decidle que no estáis “cómodos” en Salisbury, y si sigue en pie el ofrecimiento que sus fizo durante el torneo de Vagon. (Os ofreció echar un tiempo en su castillo debido a vuestro bien hacer contra los cornicos en el torneo).Es de esperar que os acoja como refuerzo del castillo. Desde allí, estad atento et pendientes, pasad al menos un año, u hasta donde sus dejen echar allí. Ya mandaremos heraldos a modo de espías que contacten con vuesas mercedes, si hubiera alguna cosa que de facer.
Tantear despacio et bien, los ánimos de nuestros caballeros, castellanos et si podéis del propio conde de Tintagel. No perdáis ojo de las andanzas de los del otro lado de la frontera. Guardados de los cornicos y de los sus espías. No confiéis en nadie de los de allí, et poco en sir Bradwen.
Si queréis de saber algo más decidlo agora, pues cuando salga de aquesta sala, sus daré oficialmente por reprobados et renegaré de vosotros. No nos esperéis a ninguno como público asistente en vuestro desafío. Dejemos que el populacho solo, disfrute de aquello.
Suerte, salid con bien de aquesto, y no olvidéis, a la vuelta, pasad por vuestra casa, el mi castillo de Du Plain. El vuestro gran servicio será recompensado. Yo sus agradezco desde agora vuestro corazón puro et buena fe. Rezaremos por vos.
¿ algo que añadir?
- Mi señor, os agradecemos la confianza puesta en nuestras mañas y astucia. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para no defraudaros. Por mi parte, y creo que por la de mis compañeros, no hay ninguna duda sobre el plan. - Y miró a Sir Loren y Sir Flaín en busca de su aquiesciencia.
No por mi parte. ¡Venga esos caballeros!
Todo estaba ya propuesto. Todo estaba decidido. Ahora solo quedaba actuar como buenamente podemos. Saludé con todos mis respetos a Sir Neylin. Nos había acogido en su hogar y nos había alimentado durante el último año. Y no solo eso, sino que nos daba la oportunidad que teníamos delante de nuestras caras. Servir al mismísimo Rey Pendragon. No podía estar más agradecido.
- Mi señor, Hago acopio de las palabras de mi compañero y buen amigo Sir Cadwallon, pues me siento eternamente agradecido por esta oportunidad. Prometemos ser cautos y astutos. Y volver sanos y salvos con nuevas nuevas.
Sonrio a mis dos compañeros. Nunca pensé que una disputa inocente entre dos amigos me fuera a llevar a estas cotas de grandeza.
Luego me giro hacia el castellano. Gracias por todo, mi señor. Yo no tengo tampoco ninguna duda, creo que todo está cristalino. En un año prometo volver con mis dos buenos amigos aquí presentes. Hasta entonces, mi señor.
Pues eso, que tampoco ninguna duda por mi parte.
GLORIA PARA "EL CASTILLO DE vAGON"