Partida Rol por web

Notas de juego

Nombre:Jeremiah Stalkmann

Descripción Física: Tiene 34 años y mide 1,74 cms, pelo negro y grasiento de unos 14-15cm, barba abundante y descuidada en la que aparecen ya algunas canas. Su piel está tostada y curtida por el sol, y sus manos enormes y agrietadas. Ojos negros y profundos, sus dientes están amarillentos y una de las paletas superiores la tiene partida.

Idiomas:humano

Clase: Hombre libre (Creo que entraría dentro de "económico" pero más por descarte que otra cosa)

Rango:

Atributos

Fuerza:4
Resistencia:5
Destreza:2
Sabiduría:4

Objetos[Saco desgastado] 
     Pedernal
     Azuela(Trabajar con madera)
     Cepillo de carpintero
     Hoja de guadaña
     Hoja de azada
     Cuchillo desollador
     Sombrero de copa

Armas:Hacha de leñador

Armadura/protección:Ropas andrajosas

Magia: Nada de nada

Habilidades:

Carpintero (Hábil en la construcción en madera, desde cabañas hasta escudos o mesas)

Resistencia climática (Resiste las condiciones climáticas adversas (calor, frío, lluvia, nieve)mejor. Resistencia natural a las enfermedades)

Sabiduría rural (Conoce la época de siembra, como obtener alimento y pieles de los animales, y ese tipo de cosas)

Dinero: nada

Historia:

Los Stalkmann vivían en la villa de Tirka, cerca de la frontera del viejo reino, desde hacia 3 generaciones. Esta zona era bastante peligrosa, sufriendo continuas incursiones de los reinos fronterizos, y resistiendo ataques de los bandoleros del bosque, por lo que estaba despoblada. Sin embargo era una zona muy estratégica, por lo que el rey de aquella época  dio una serie de ventajas (como perdonar los crímenes que hubieran cometido y declarar a sus habitantes como hombres libres sin ser súbditos de ningún señor feudal) a todo aquél que viviera allí. Pasaron las generaciones y la zona se fue pacificando. Cuando nació Jeremiah las incursiones eran muy esporádicas y menores, y los bandoleros eran cosa del pasado. Jeremiah creció en el seno de una familia campesina humilde, aunque orgullosa de su independencia, y muy pronto ayudó a su padre con las tareas del campo, y con la venta del grano en el mercado comarcal.

Sin embargo, todo eso cambió cuando Jeremiah tenía unos 15 años. Aprovechando que la zona ya estaba pacificada, el rey gratificó la ayuda de una familia noble en unas revueltas convirtiendo a su hijo menor (que no heredaba ninguna tierra) en el Barón de Tirka, dándole el señoría de todas las tierras. Los habitantes de la región tenían dos opciones: O se convertían en súbditos trabajando para su nuevo señor o emigraban hacia el este, hacia la nueva zona fronteriza. La familia Stalkmann viajó hacia el norte, pero Jeremiah y algunos más se quedaron en el bosque cercano como forajidos, luchando por las tierras que consideraban suyas. Durante los siguientes 7 años, Jeremiah vivió en el bosque. De vez en cuando realizaban algunas incursiones a las praderas y quemaban los sembrados del barón o se enfrentaban a tropas que mandaban en su busca, pero conocían lo suficientemente bien el bosque para no tener problemas contra las mismas. Sus acciones se fueron volviendo más osadas y el comercio en la zona empeoró. El rey envió algunas tropas a la zona, pero fueron suficientes para controlar la situación. El grupo se hacía cada vez mayor, pero Jeremiah no le gustaba el camino que estaba tomando. Ya habían saqueado a varios mercaderes, y sus acciones se diferenciaban cada vez menos de los bandidos. Cuando el grupo decidió asaltar el carruaje que llevaba la recaudación de impuestos al rey decidió abandonarlos y volver con su familia. Tenía 23 años.

Nueva Tirka era un lugar peligroso. La tierra era áspera, las plantas no crecían bien y las incursiones eran constantes. Durante los años que Jeremiah estaba en el bosque sus padres y tres de sus 5 hermanos habían muerto a manos de los enemigos.  Pidieron ayuda al rey, pero este estaba ocupado y furioso: los forajidos de Tirka no dejaban de ganar fuerza y adeptos, impidiendo la recolección de impuestos y asaltando a las patrullas reales. Las tropas que el rey envió no eran suficientes y culpaba a los habitantes de la frontera de dar apoyo a los rebeldes. Curiosamente esta negativa de auxilio del rey fue lo que hizo que la mayor parte de los habitantes de la frontera terminara uniéndose a los forajidos. Jeremiah intentó convencer a sus hermanos de que no se unieran a los rebeldes, pero fracasó. Triste y derrotado, se dirigió hacia el oeste, a tierras mas tranquilas.

Durante los siguientes años fue viajando hacia el oeste, no parándose demasiado en ningún lugar. Solía dormir en la intemperie y alimentarse de lo que encontraba, convirtiéndose en poco más que un vagabundo. Esto duró durante algunos años, hasta que llego a la ciudad costera de Melvas. Era una ciudad bastante grande, en el que el comercio florecía, nadie le preocupaba en exceso de donde venías y el hijo del Duque dueño del lugar (que gobernaba hasta que su padre volviera de la capital donde formaba parte del consejo real) era benevolente, dando entre otras cosas libertad de caza menor en sus dominios. Con la venta de pieles y restos de animales consiguió ganarse algunas monedas hasta poder alquilar una casucha y dejar de vivir en la intemperie, y más adelante se hizo con las herramientas necesarias para trabajar la madera. Montó un pequeño negocio de carpintería, creando mesas, muebles e incluso pequeñas figuritas de madera, lo que le permitió vivir sin dificultades.

Al cabo de los años el padre el duque volvió del consejo. Su forma de gobernar era mucho más severa y estaba dispuesto a castigar a todo aquél que se hubiera aprovechado de los recursos de sus tierras. Después de ver colgar a un cazador ilegal, Jeremiah decidió que era hora de volver a viajar, vendió todas sus pertenencias excepto las herramientas, compró algunas nuevas que les podría resultar útiles y se embarcó rumbo al rumoreado Nuevo Reino. Cuando ya estaban cerca de la costa una terrible tormenta azotó la embarcación, haciéndola naufragar. Por fortuna Jeremiah consiguió llegar sano y salvo a la costa, salvando sus herramientas, aunque del barco apenas quedaron restos. (SUPERVIVIENTES DEPENDIENDO DE SI ALGUIEN MAS QUIERE VIAJAR CONMIGO)

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