Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Tanora siempre se sintió orgulloso de tener la figura de un emperador dirigiendo la totalidad del imperio; al menos fue así hasta que la familia imperial murió por lo que se creía era una maldición, aunque muchos especulan que murió por las traiciones de palacio a manos de un veneno. Desde entonces el resto de familias nobles lucharon por conseguir la supremacía del territorio. Las antiguas alianzas se vieron fracturadas, mientras que otras nuevas se crearon y destruyeron con la misma rapidez. De nada sirvieron las innumerables batallas y muertes que transcurrieron en aquellos veinte años. Ninguna figura de autoridad logró imponer su voluntad sobre las demás.
El caos y la injusticia gobernó el lugar con impunidad hasta que Sir Lancerot de la familia Bemier dijo basta. Él reunió a sus hombres, renunció a su derecho de aquellas tierras y el orden poco a poco resurgió. Con cada población que visitaba y estabilizaba, sus seguidores aumentaban y con ello su área de acción. Cuando la paz volvió a reinar, el pueblo clamó por su ascensión al trono, pero él lo rechazó pues tenía un deber más importante: Preservar el orden y proteger al inocente. Él y sus seguidores se hicieron llamar desde entonces “La hermandad de los vigilantes”, una organización destinada a impartir justicia a lo largo del reino y mediar entre los regentes del territorio en caso de conflicto.
Por primera vez en mucho tiempo, las familias de trabajadores humildes pudieron dormir tranquilos por las noches y sus hijos conocieron lo que era acostarse con la panza llena. El miedo y el hambre quedó atrás, y las prosperidad llegó a todas las partes del reino.
El imperio de Tanora esta formado por cinco reinos: Tarian, Daenash, Velsarion