Partida Rol por web

Un grupo nutrido decidió emprender un viaje a la aldea de Torlyn para investigar unas extrañas desapariciones.

Tres personas habían desaparecido.

Investigaron los lugares de los hechos sin recavar información que ayudara, salvo el relato de un niño que vio como en medio de la noche su padre se levantó de la cama, con los ojos abiertos pero blanqueados, abrió la puerta y se marchó para nunca más ser visto. Los magos del grupo (Gwindrel y Jainash) concluyeron que se trataba de algún tipo de compulsión o control mental, parecían bastantes seguros de ello.

Al mismo tiempo, el grupo tenía la intención de despejar un viejo molino que estaba plagado de Kobolds apenas terminara con la investigación de las desapariciones. 

Sin más pistas para seguir, el grupo se dirigió a la morada del tercer y último desaparecido, una cabaña a unas millas de distancia adentrándose en el bosque de Gauntlin. Allí, acompañados de Belfes (el vocero natural de la aldea) se encontraron a unos Kobolds habitando la cabaña, se entabló un caótico combate.

Jainash (la maga) cayó y quedó al borde de la muerte, mientras que Gwindrel quedó desprotegido en la retaguardia y no pudo con el miedo y huyó despavoridamente perdiéndose en el bosque. Zontar (un bardo) fue tras él y ambos fueron engullidos por la espesura y una torrencial lluvia que caía desde el cielo.

Pero los Kobolds fueron cayendo uno a uno y los pocos sobrevivientes huyeron al bosque. Solamente quedó un prisionero que había sido dormido por un conjuro de Jainash.

Malrick (un guerrero) y Phaia (una bárbara) decidieron salir a buscar a sus compañeros perdidos y encomendaron a Aeremar y Finrod el cuidado de Jainash, pero el afán del momento no dio espera a ponerse de acuerdo cuanto tiempo tenían que esperarlos o si se iban a reunir en la aldea... Belfes se quedó.

Allá pasaron la noche, y sin un clérigo que pudiera atender las terribles heridas de la maga, murió en el transcurso de la noche.

A la mañana siguiente, y después de una ceremonia de entierro (y con el prisionero asegurado) era el momento de decidir el siguiente paso. 

Dos figuras se aproximaron a la cabaña, una mujer esbelta con armadura metálica y un gnomo de aspecto huraño. La tensión se pudo haber cortado con un cuchillo de madera y estuvo a punto de estallar un combate. Pero la paladina tomó la palabra y se presentó, mencionó que había llegado con su compañero a Torlyn con la misma intención y los aldeanos dieron indicaciones de la cabaña donde los encontrarían.

Y AHORA...

El aguacero había mermado por completo y dio paso a un nuevo día que brindaba honores a la muerte de Jainash.

Belfes, armado con una daga, se encuentra sentado cerca del prisionero Kobold y los cuatro aventureros, después de intercabiar historias, deciden unirse y decidir el siguiente paso.

-.¿Han podido interrogar al prisionero Kobolt?-. Son las palabras que invocan los cautivantes labios de la paladín mientras una enorme sonrisa se forma en su rostro, un contraste total si se le comparada a la fría que apunta, con repugnancia, a la humanoide criatura-. Si es así o el caso contrario, me ofrezco como voluntaria para purgar su maligna existencia en nombre de Tyr-. Finaliza, manteniendo todas sus expresiones como si dichas secuencias de silabas fueran lo más normal del mundo.

Jowen caminaba al lado dela Paladina, no era un momento de muchas palabras pues hablar de más podía teminar siendo inoportuno, con solo decir lo adecuado bastaría. Buenas, venimos con buenas intenciones, a apoyar en lo necesario para eliminar estas tierras del mal y los misterios que la asechan

Esas fueron la palabras de Jowen, después de que Arael había roto el silencio.

Al parecer acá el trabajo estaba empezando, lo cual sin duda era bueno pues a lo largo nos permitiría trabajar más unidos como un equipo.

Tras el combate en la cabaña podíamos decir que no había sido provechoso para nuestro grupo con una compañera muerta que habíamos enterrado hace un poco, sin respuestas de lo que habíamos ido a buscar.

Cuando estábamos decidiendo sobre nuestros pasos ya que apenas estamos dos y la ayuda de uno de los aldeanos que mantiene prisionero al kobold que ha sobrevivido. En este momento se acercan dos personas armadas, puede ser algún viajero o algún maleante que pueden buscar aumentar algo su bolsa.

Afortunadamente se presentan y parecen más bien viajeros, quizá puede que se unan a nosotros en la tarea que teníamos prevista.

- Un saludo, soy Aeremar, tenemos a un kobold prisionero pero lo tenemos que interrogar, luego puede ser suyo en cuanto tengamos todo lo que sabe.

- Mi ser Kaluwikel, mi fawarilek libriwauwakr - Dice el pobre prisionero, evidenciando su poco conocimiento del idioma en común.

Será difícil interrogar de forma profunda al prisionero y nadie presente tiene conocimiento del idioma Kobold. Pero no se perdía nada por intentarlo.

Maldición, sabía varios idiomas pero el kobold no era uno de ellos, miré con interrogación a los recién llegados por si uno de ellos podía entender el lenguaje. Los miré un momento pero su cara de perplejidad ante las palabras era como la mía. Todo lo que quería preguntarle y necesitábamos saber, pero no sería este el momento en el que lo averiguaríamos.

-Belfes, ¿hay alguien en el poblado que pueda saber kobold?. Le doy a Belfes un arma de las que llevaban las criaturas que seguramente sería mejor que la daga que empuñaba ahora.

- Algo me dice que lo de las desapariciones y lo del molino van de la mano, tomando en cuenta que los rumores dicen que el molino esta infestado de Kobolds y aqui nos conseguimos estas ratas de 2 patas... Creo que debimos haber comenzado limpiando el molino.

Almenos eso es lo que el arquero pensaba.

- Podemos buscar a alguien que lo entienda para interrogarlo, de lo contrario seria una perdida de tiempo.

La bella mujer se quedó pensando por un momento las palabras que sus compañeros decían, mantenía una postura digna de la aristocracia y sus ojos miraban a la escoria kobolt de forma fría e indolora.

-. Antes de movilizarnos, déjame intentar algo-. Una sonrisa sádica se dibuja en su fino rostro al mismo tiempo que desenfunda su espada larga mientras se acerca a la criatura-. Nido, lugar, amigos-. palabras fuertemente moduladas para que el pobre ser pueda entender, algo bastante educado si sacamos el hecho de que la espada de la paladín roza el cuello del reptil, un filo atento ante cualquier palabra innecesaria que la criatura pueda pronunciar.

Jowen se dedicaba a ver a la Paladin intentar una comunicación rudimentaría con la criatura, recordó que había un conjuro que podía hacer leer y escribir cualquier lenguaje pero lamentablemente no lo tenía a la mano; bueno, será la próxima vez, pensó para sí.

Era un intento dificil de lograr pero no por ello debía descartarse, quizás la repugnante criatura pueda dar algo de información antes de morir!!! 

El intento de la recién aparecida podía dar resultado, observo la reacción de la criatura esperando que funcione, no sacaremos gran cosa, pero mucho más de lo que tenemos en este momento. La intimidación también funcionaría pensaba, no estaba seguro de que supiese el fin que le esperaba aunque mucho mejor que otros que pudiera haber padecido.

Miraba el suelo esperando que el kobold digiriese las palabras y dijese las suyas, le esperaban muchas más.

Belfes piensa durante unos instantes la posibilidad de que alguien hablara ese idioma. El anciano sabio de Torlyn sabía algunas cosas, entre ellas algunos idiomas como el Elfo, Enano o Goblin, pero no el Kobold. Niega tímidamente con la cabeza mientras recibe una pequeña lanza Kobold.

 — Quizá el brujo sepa de eso! — Sentencia finalmente. En el bosque, a un par de leguas (unos 10 Km) de donde se encontraban, vive un ermitaño con poderes mágicos. La gente de Torlyn va constantemente a visitarlo para comprarle remedios para sus animales y bendiciones para sus cultivos. Si alguna persona sabe lo que ocurre en el bosque, sería él.

Ante la negativa respuesta de Belfes, Aeremar busca en la cabaña detenidamente por pistas o indicios sobre la desaparición. No encuentra nada de nada, lo poco que no habían pillado los Kobolds no parecía de gran relevancia... Salvo por una pequeña y extraña muñeca de trapo.

Belfes abrió los ojos apenas vio la muñeca

— Los gitanos! — Exclamó con cara de espanto...

Mientras eso sucedía, la Paladina se atreve a dirigirse al Kobold.

 — Nido no estar más ... (Palabras inentendibles en idioma Kobold) ... irse huir (más palabras en Kobold)... grande como árbol.

 Tras saber que el Kobold entendía un poco, la atención de Aeremar volvió a la criatura.

 Pasa un buen tiempo tratando de sacarle información al pequeño Kobold, la desesperación por momentos llega a quienes lo interrogaban. Finalmente logran discernir entre tantas vueltas y frases inentendibles que los Kobolds de su grupo estaban huyendo de su hogar, al parecer algo más había llegado a su hogar "casa grande de piedra" que intuían se trataba del molino y los había sacado de allá, algo más grande.

No parece haber tenido encuentros con magos en la zona.

El pobre Kobold se nota asustado, y con toda la razón. Un Kobold solitario no podía sobrevivir solo por su cuenta, era cuestión de tiempo para que cualquier animal o humanoide lo cogiera como presa o prisionero.

— Kaluwikel ir con humanos. — Dice arrodillado implorando.

-. La escoria hereje quiere servir de guía hacia su criadero-. Declara mientras dirige una oscura y fría mirada al reptilieano-. Sugiero que esta criatura cumpla con su función antes de ser purificada por mi acero y así ir directamente al meollo del asunto-. Su espada es guardada de forma elegante en su funda-. ¿Qué opinan? -. Sus inertes ojos cambian a unos llenos de simpatía al momento que estos se enfocan en sus aliados.

Joven escucha las palabras de la criatura, ciertamente esta no despierta nada en él pues pocas criaturas desprecia más que a un Kobold. Luego escucha a la paladín y una mínima sonrisa se muestra en su rostro.

Parecía que el molino era el lugar al que nos moveríamos para ver más pistas, aunque pensaba que el hechicero podría darnos algo más de información. Recogí la muñeca del suelo, algo tendría que ver la gente que la tenía en uno u otro sentido.

- Bien, vayamos al molino, era la idea que teníamos en un primer momento, podemos despejarlo y tal vez conseguir algo,  luego podremos ir a ver al brujo, cuanta más información consigamos mejor.
 

La sed de sangre era patente en la paladin y quizás en la de todos, aunque no sabíamos lo que sería el ser que había echado a los kobolds de su refugio, sería algo más difícil pero si era sólo uno tendríamos oportunidad de vencerlo con cierta facilidad.

Al final todo apuntaba a lo mismo.. se debio haber empezado por el molino.. era mas facil acabar con aquello, lo que sea que fuese, pero que almenos sabian donde buscar en lugar de investigar primero cosas inciertas que podrian tomar mas tiempo.

- Opino igual, vamos al molino a ver que es lo que sucede alla y despues retomamos las desapariciones.