Partida Rol por web

Entrecierro los ojos mirando a Kei.

—Tío, eres patético. Yo soy adulto desde hace mes y pico. Y no creo que aquí vendan revistas guarras.

Abandono cualquier conversación en cuanto nos ponen el plato.

—¡Ostras, menudo plataco!— No tardo en cortar un trozo con el cuchillo y lo pruebo. Mi respuesta la hago con la boca llena —!Buaf, bé fico!

Y ahora me despido de todo mi entorno para centrarme en comerme esta deliciosa carne de jabalí confitado. ¡Y la salsa! ¡Hummmm, está sabrosa! Se puede ver en mi cara una expresión de felicidad extrema. ¡Qué bien comen en este mundo! O eso, o tenía muchísima hambre...

—Señorita Marion —corrige ella con una sonrisa afable, pero notan que le tiembla la ceja y pueden percibir con eso su mosqueo.

Delfine deja de mirar a Sojiro y se vuelve a Kei cuando él le dirige la palabra.
—Aún no identifico qué clase de artefacto extraño le dieron a Airi, ni tampoco vuestra procedencia, pero lo averiguaré eventualmente.

—¡Yay! ¡Les ha gustado!
Kei tragó su porción al estar muriendo de hambre y no consiguió por lo tanto disfrutar su sabor, pero sí que se ha llenado el estómago. Viendo lo visto, Marion le hace un gesto negativo con el dedo índice.
—No señor, aquí nos reservamos el derecho de servir y sabemos cuándo alguien ha comido de más —le explica sin dejar de sonreír con cortesía—. Usted es una persona, no un animal, debe comer con más educación. Se beberá un té de boldo con limón. Sepa que es por su bien y el de su barriguita, ¿sí?
Le hace un gesto a la otra camarera, que asiente y se va hasta la cocina. Al poco tiempo regresa con una jarra con agua caliente y unas hierbas molidas, preparándole a Kei la infusión allí en la mesa.

Una vez acabada la cena, Marion vuelve con un cesto de frutas, unas de ellas muy comunes, como manzanas, bananas y uvas, pero otras ya más raras que jamás vieron ni en la tele.
—¿Pensaban unirse al gremio entonces? ¡Llamaré a mamá para que los registre!

Rechupeteando los huesos y rebañando la salsa hasta que traigan el próximo jabalí -jabalí que, para mi desgracia, no viene- no dejo sino de fijarme en como Vastin mira mi espada

— ¿Quieres probar a levantar a Yoshitsune? ¿O es otra cosa lo que te inquieta?
> La verdad es que es una buena compañera de aventuras, y pudimos llegar de una pieza, gracias a lo bien hecha que está. Pero... ¿Pasa algo?

Juraría que si mi espada fuese una mujer, se estaría sonrojando de cómo la mira tanto el chico.

— Bueno, si hay hueco para dos chicos fuertes, decididos y capaces, para un nekomata con más talento que nadie que haya conocido... y nuestra nekojin mascota, pues ¡Cuenta con nosotros!

Dicho esto, tomo una fruta extraña, y prefiero dejarla de vuelta a la bandeja. No sea que me pase como a Alita en su pelicula, que le dieron una naranja  y se la comió con cáscara y todo.

Estaba delicioso el plato, me lo terminé sin darme cuenta pero me ha llenado bastante bien.

—Estaba deliciosa la carne— veo que van a servir té —Ah sí, ese té parece que ayudará a hacer la digestión. Sírvame uno, por favor.

Miro a Marion cuando nos pregunta si vamos a unirnos al gremio.

—La verdad es que ésa era nuestra intención, sí. Si nos aceptan estamos dentro, señorita Marion. ¿Puedo tutearla?— afirmo con una sonrisa sincera.

—¿Eh? —Vastin sale de su ensimismamiento con la voz de Kei y le responde—. No, no pasa nada, es sólo que... creo haber visto esta espada antes en un libro. ¿Le molesta si le pido que me la preste un momento, señor Kei?

—Puedes tutearme, pero me da un poco de corte —dice con una sonrisita tímida y agrega respondiendo a lo anterior—: ¡Claro que hay lugar! Esperenme un segundo.
Se marcha entonces a los saltos hasta las cocinas.
—¿Entonces sí es su mascota? No entiendo.
—Sírvase. —Contraria a la otra camarera, esta parece bastante más tensa e incómoda, como si no le gustara estar allí, sin embargo echa educadamente el té en una taza y le ofrece a Sojiro.

Tras un minuto de espera ven salir por la puerta de la cocina junto con Marion a otra elfa que les hace atragantarse con el té nada más verla. Tiene un cabello blanco largo hasta los tobillos, con una pequeña trenza al costado sujeta con un listón negro, le cae por los hombros como una cascada y se lo echa hacia atrás cuando nota que la miran. Trae puesto un vestido muy revelador y ceñido a sus importantes curvas, enfatizando sobre todo su pechugosidad, que viene rebotando a cada paso que da. El vestido es tan fino y ajustado que se le nota la forma firme del ombligo debajo.
—Así que estos son los nuevos, ¡qué alegría! ¡al fin gente joven! —comenta juntando las manos y sonriendo con una sincera felicidad—. Por favor, ¡apúntense cuanto antes!
—Mi nombre es Selina y soy la administradora, me encargo de que todo aquí esté en orden, prolijo y limpito, además de darles de comer a todos estos cavernícolas.
—¡Oye! ¡oí eso! ¡Y yo soy joven! ¡Estoy viviendo la primavera!
—¿Conocen ya las características y beneficios de la membresía? —continúa Selina, ignorando al pelirrojo aquel que sigue quejándose, es probable que esté borracho.
Con ella trae un orbe de cristal azul que les deja en la mesa, tiene también un papel y una pluma sobre una tablita para apoyar.
—El registro les costaría setenta monedas, pero por ser tan majos, sólo les cobraré cincuenta, ¿les parece bien?

A Vastin 

— Bueno, no me siento cómodo separandome de ella, pero si quieres, puedo dejartela - (Eso si. No me separaré de ella) - Y llamame Kei. Somos compañeros de gremio ahora. Y yo te llamaré Vastin.
 

> ¿Y dices que la espada te suena de algun libro? Vaya, eso ya me parece algo grande

Entonces entra Selina. Y me cuesta no empezar a sangrar por la nariz como cierto el viejo verde calvorota, el que sale en un anime de sobras conocido ¿Esta mujer lleva ropa, o simplemente se la ha pintado?
"Nota mental: Ya no necesitas comprar revistas..."

— Un p.... placer, señorita Selina... señora Selina.... SU EXCELENCIA IMPERIAL SELINA — balbuceo

> P... pero no tenemos 50 monedas, tendremos unas 20... ¿No podemos pagar a plazos? ¡Tenemos muchas ganas de unirnos! 

Por dentro pienso en cómo podriamos reunir el dinero. Quizá poner a Kokoro a trabajar de maniquí humano podría servir.

Una parte mia se fija en el pelirrojo. Debería de hablar con él luego. Pero por algun motivo, no quiero alejarme de Su Gran Divinidad Doña Selina.

—No, Airi, solo estamos bromeando. Koko es nuestra amiga y compañera, pero a veces bromeamos por sus orejas y cola de gato— explico para evitar el malentendido —Eso sí, no le digáis nada o nos matará.

Cuando llega Selina me quedo completamente embobado viéndola toda ella. ¡Las elfas son geniales, todas ellas! La observo entusiasmado y asintiendo en silencio todo lo que ella dice hasta que menciona la cuota de inscripción.

—¿Eh?— miro a Kei, quien informa de que no disponemos de la cantidad. —¿Y serían 50 por cabeza? Si fuese así serían... 5... 10... 100... ¿150 monedas?

Es mucho dinero, no podemos pagar la cuota y, por tanto, unirnos al gremio. Suspiro resignado.

—Nada Kei, toca buscar empleo para los 3. Buena suerte convenciendo a Koko.

Cita:

Suspiro

— Sería más facil convencer al Sol de que salga por el sur, y a las dos lunas de que bajen a la tierra y bailen con nosotros hasta el amanecer

Hasta lo que sé, Koko no ha trabajado en su vida. Y por trabajar me refiero a estudiar, a saltar el potro en educación física, a limpiar su cuarto, o a cortar ella misma la carne de su plato. Por suerte, me veo capacitado ahora, con esta super-fuerza, para hacer cualquier (otro) trabajo. Ya sea mover una casa de sitio, cargar con un rio entero y trasladar su cauce, o abrir un tunel a puñetazos.

—Nonono, no hace falta que me la deje, se... digo, Kei, sólo quería verla mejor un momento. ...¿Kei? ¡Kei! ¡Está sangrando!

—Estúpido.

El problema se soluciona rápidamente arrollando unas servilletas y poniéndoselas de tapones para obstruir el fluido.
—No se hagan problema por eso, lindos, ¡realmente queremos que entren al gremio! Si no pueden pagarlo ahora lo apuntaré y ya me lo entregarán luego de que realicen algún encargo en el que cobren lo suficiente. Pero ojito con deberme demasiado, ¿eh?
Lo dice con una sonrisa dulce, pero detectan una sutil mirada severa que les deja bien claro que no sería sano hacerla enfadar.
—Tendrán que pagar una mensualidad de treinta monedas, pero a cambio tendrán descuentos en todas las tiendas de la ciudad, además de acceso gratuito a la forja de Ulfsark, al laboratorio de alquimia, los baños públicos, el casino y más. Podrán establecerse en esta casa, tenemos habitaciones libres suficientes, pero es su deber mantenerla limpia o habrá problemas, ¿se entiende? —Otra vez pone esa sonrisa con un aura amenazante detrás.

—Mami, los estás asustando.
—¿Eh? Ah, perdonen, no quiero que se vayan, vamos, el gremio necesita juventud, ¿sí?
Les hace ojitos, al juntar las manos delante de sí oprime inevitablemente sus senos entre ellos con los brazos, formando un escote masivo.
—Vamos, sólo tienen que colocar la mano en la esfera de cristal y pronunciar su nombre, luego Marion les dará las piedras del hogar.
—¡Sí! —La chica saca del bolsillo tres piedritas de colores, son como gemas brillantes del tamaño de canicas—. Son muy útiles, así que no las pierdan, les damos una gratis con el registro, pero un reemplazo cuesta quinientas monedas.

Esa elfa está buenísima, pero da miedo. Es mejor hacerle caso y no mosquearla.

—Por supuesto, señora. Pagaremos puntualmente aunque tengamos que vender uno de los riñones de Kei— afirmo asintiendo rápidamente.

Tras escuchar las instrucciones (algo distraído por ese increíble escote) coloco la mano sobre el cristal y digo mi nombre.

—So... ¡Sojiro Tanaka, 20 años, estoy soltero!— exclamo fruto de los nervios.

Cuando Marion dice la palabra "Mami" de pronto me quedo de piedra

— Por los pelos de la nariz de Cleopatra VII ¿Son ustedes madre e hija? Apenas parecen hermanas. Que jovencitas
> No se que suelen hacer ustedes aqui ¡pero parece que nadie envejece a partir de los 15 años! En este pueblo son ustedes increibles ¡Fortisimos!

Caray, mi prima se suele quejar que desde el embarazo de mi sobrino no recuperó su figura.

— E... esto... —  y sujetando la gema digo — Keì Ýarugä, 19 años. 119 kilos de peso y 192 cm de alto. Mis medidas son 108-96-112

—Bueno, los elfos puros envejecen más lentamente, sí... —A Marion le da corte y se pone a titubear juguetenado con los dedos—. También viven mucho tiempo.
—Eso es un dato muy básico, Kei, ¿cómo es que no saben algo así?
—Oh vaya, ¡cuánta energía! —Selina les dedica otra sonrisa radiante mientras ustedes se registran con un inusitado brío—. Pues así es, estos cuatro angelitos son mis peques, Vastin, Delfine, Marion y Astrea.
Les da un fuerte abrazo a las dos camareras, que se ponen coloradas al instante.
—¡M-madre! ¡Por favor!

—Y falta Sophia, nuestra hermana mayor, que trabaja medio tiempo aquí, pero hoy no le toca. Es novicia también y probablemente ahora esté ayudando a tío Zellos a curar a vuestros amigos. Él y mamá son hermanos, ¡Airi es nuestra prima!
—Este gremio es nuestra pequeña empresa familiar, siempre trabajamos unidos y nos cuidamos entre todos. Más les vale que cuiden de mis pimpollitos una vez formen parte, ¿sí?
—Los estás asustando otra vez...

Al hacer funcionar el orbe aparecen sus ventanas de estado delante de ustedes y Selina se pone a escudriñarlas con detenimiento. Revisa sus características y finalmente las hace desaparecer.
—¡Ya está! ¡Bienvenidos al Sol Plateado!

Marion entonces les entrega una gema de colores a ustedes dos, dajando la tercera en su bolsillo.
—No se preocupen, haremos el registro de Kokoro en cuanto se ponga bien.

—Las piedras del hogar son el distintivo del gremio, ¿a que son bonitas?

Cuando la gran majestad imperial Selina intenta mirar nuestras ventanas de estado, casi por instinto intento cerrarla. Como se vaya diciendo por ahi que somos los legendarios heroes isekai vamos a tener problemas.

— Pues muchas gracias ¡Jefaza-Sama! Ya tengo ganas de cumplir con nuestra primera gran super-misión. Eso, o de llevar a Uk y su banda ante la justicia.

Y de pronto me fijo en los otros aventureros, el pelirrojo, el enano, y el típico bishounen tranquilo, relajado y que siempre se hace el distante para intentar molarle a las chicas. 

— Hey ¿vosotros entonces tambien sois aventureros gremiales? No se si nos oisteis, el es Soji el Super-Sacerdote Machaca-enemigos... y yo soy Kei.

—Bueno, en nuestro hogar no existen los elfos. Es normal que no sepamos ese tipo de cosas, todo esto es nuevo para nosotros— respondo a Delfine con entusiasmo.

—G... gracias— respondo con timidez y rubor a Selina cuando nos da la bienvenida— Mucho gusto, espero que nos llevemos bien. ¡Gracias por aceptarme como miembro  de este maravilloso gremio!

Estoy más suave de lo normal, y es debido a tanta belleza élfica que hay a nuestro alrededor que me tiene algo atolondrado. Estoy en un punto en el que aceptaría casi cualquier cosa que me pidiesen.

Observo el cristal que me entregan y lo examino con atención.

—Woah... sí que es bonito. Tendré cuidado de no perderlo. Oye, Kei...

Me giro hacia Kei y veo que éste está hablando con otro grupo de aventureros. Me acerco a ellos.

—Yo soy Sojiro, ignorad las exageraciones que dice de mí mi amigo Kei. Solo soy un clérigo novato, troncos.

Marion se cubre la boca con las manos tan pronto oye el nombre del ogro.
—¿Uk? Eso creo que sería demasiado, deberían empezar con...

—A Uk lo derribaron de un solo golpe, Marion, lo vi con mis dos ojitos.
Todos gritan "¿eeeh?" al unísono, incluso Selina.
—¿Q-que han hecho qué?
—Acabar con Uk es un encargo de nivel alto, es un contrabandista que está causando muchos problemas en el bosque, casi no se puede ir a cazar y los viajeros están con miedo. ¡No puedo creerlo! Pero si sus ventanas de estado dicen que están en nivel uno...

Vastin está titubeando nervioso y parece como si quisiera decir algo, pero no encuentra momento para intervenir o bien no se anima a hacerlo.

Se quedan conversando entre ellos mientras Airi les explica lo que ocurrió en el campamento, a la vez que Kei pega el grito y llama la atención de otros parroquianos presentes allí.

—¿Perro ké sandeces dice este mocoso? —El que es evidentemente un enano suelta un bufido y apoya su enorme jarra de cerveza en la mesa, limpiándose la boca con el brazo—. Ulfsark no es aventurrerro, ¡A Ulfsark no puede imporrtarrle menos kienes son ustedes!
Tiene un poderoso acento escocés, típico de la raza.

—Oh vamos Ulfy, las pintas las tenemos, nos habrá confundido, puesto que estamos aquí comiendo.
El otro mantiene un tono relajado al hablar, pasa a ignorarlos y se lleva una copa de vino a los labios.

Cuando Sojiro se acerca el enano le gruñe y su amigo sigue disfrutando de su jabalí confitado sin hacerle mucho caso al muchacho.
—¿Probaron la especialidad de la casa? Es una exquisitez magnífica, bendita sea la señora Selina y este lugar.

De pronto Sojiro siente una mano en el hombro, cuando se da vuelta ve de cerca al muchacho pelirrojo, que es de más o menos su misma estatura, ahora tiene la mirada perdida, la cara relajada y un asqueroso aliento a alcohol.
—¿Cómo que han vencido a Uk? —Le grita con desdén y entre hipos—. ¡Ese era mi enca... encargo! ¿Ahora cómo podré impresionar a Asty? Malditos bastaaardos...
Levanta el brazo y está a punto de darle un puñetazo en la cara al rubio.

Al sentir la mano sobre el hombro veo que el tipo pelirrojo está enfadado porque nos ocupamos de Uk, quien iba a ser su presa. Por acto reflejo me aparto hacia un lado para esquivar su puñetazo.

—¡Oye, para el carro y tranqui, que no es culpa nuestra! Nos hicieron prisioneros, tuvimos que escapar y pelear para rescatar a nuestra amiga y a Airi y escapar de allí. Y fue él solito quien lo derribo— afirmo señalando a Kei mientras evito que el pelirrojo vuelva a engancharme —Sentimos habernos entrometido, tronco, pero creo que lo dejamos con vida.

Al esquivar una vez más choco con la mesa y le vuelco la bebida al enano sin querer.

—... ... ... mierda.

Por mi parte, intento detener el puñetazo, sosteniendolo con la mano.

La verdad es que lo intento. O intento intentarlo.

Trato de intentar intentarlo, podría ser la mejor forma de decirlo. Porque en verdad... en verdad me siento pesado, muy MUY MUY pesado como para actuar.

- B... be... beelllffff.....

Se vuelva el contenido de la jarra de cerveza en toda la cara y barba del enano, quien se levanta furioso de la silla.
—¡Golfillo inútil! ¡Me vas a pagarr la bebida! —grita y tomando carrera se lanza de cabeza hacia Sojiro, lo derriba al suelo y se le sienta encima para empezar a abofetearlo.
Por su parte Kei apenas puede moverse y llega demasiado tarde, aún así toma el brazo del pelirrojo y lo empuja, haciéndolo trastabillar y estirar los brazos para no caerse. Buscando algo en qué apoyarse, acaba metiendo la mano en el entreteto de Astrea.
—¡...!
—¡Asty! ¡n-no fue mi culpa, por favor! —El pelirrojo parece haber recuperado parte de su sobriedad—. ¡El tonto ese me empujó! ...ay.
Pero sus esfuerzos son inútiles, la elfa le agarra la cara y oprime con tanta fuerza que pueden jurar haber oído algo que se quiebra y, con un poderoso ímpetu, lo estampa contra el suelo, enterrándole la cabeza en la madera.

—Vaya, qué noche más animada tenemos hoy, ¿eh? —El calmado individuo le da otro sorbo a su vino.
—Eso parece. Siempre es una alegría recibir gente nueva.

Astrea se aproxima con un aura amenazante hacia Kei.
—Ha sido tu culpa entonces, cerdo. —Su rostro se ensombrece a la vez que sus ojos se iluminan como focos de un color rojo sangriento.

Mientras tanto el enano persigue a Sojiro por todo el establecimiento, hasta que en un momento el chico se pecha a Delfine, que estaba sentada disfrutando un pastel de merengue y fresas, el cual cae al suelo.
Sucede un instante en el que el tiempo parece congelarse y los cabellos dorados de la niña se empiezan a elevar como si soplara un viento desde abajo, su rostro oculto entre las sombras.
—Santificado amo, alma eterna de los cielos... —murmura un ensalmo y se dibuja un enorme círculo brillante en el suelo—. Tu presencia imploro en este momento de necesidad...
Del círculo va saliendo un enorme brazo monstruoso con un guantelete blanco repleto de pinchos y símbolos religiosos, que se apoya en el piso mientras va saliendo el resto de su dueño.

—Creo que hoy no dormimos, Airi, pero cobraremos horas extra por limpiar, ¿no te parece?
Airi estaba comiendo un panqueque y mira distraída a su prima, asintiendo todavía con el bocado a medio comer.

Mientras Kei forcejea con Astrea descubre que ella tiene una fuerza comparable con la suya, no da el brazo a torcer y lo mira con una rabia desmedida.
—¡Por tu culpa ya no podré casarme! ¡Me han profanado! ¡Te voy a arrancar los ojos!

Vastin está escondido debajo de la mesa con las manos en la cara y temblando.

Corro como alma que lleva el diablo para escapar de la furia del enano.

—¡Ha sido sin querer, tronco! ¡Cálmese que le pagaré la cerve...!— en ese momento choco con Delfine tirándole el pastel que estaba disfrutando—...za.

Mi expresión se desencaja al ver lo que la chica está conjurando y mi piel se pone pálida. Y en cuanto veo ese enorme brazo con un guantelete con pinchos y símbolos religiosos vuelvo a echar a correr, yendo directo a por la puerta del gremio.

—¡Me cago en la leche! ¿Pero qué he hecho yo para merecer esto?— grito mientras huyo por mi vida, tratando de alcanzar la salida.