Reconoces que la ninja de la Kusari-Gama no es otra sino GOGO YUBARI, la chica escolapia de Kill Bill
Si quieres intentar mostrarle un poco del encanto inglés y seducirla, usa tu imaginación en la pagina 68
Tienes el patógeno en una mano, a la chica en la otra y a casi todos los malos dentro del edificio. Es momento de acabar con todos ellos e ir a por Fu-Ken-Cioh.
Ve a la página 71
La opción de souhiro es una ida de olla, pero sé que a 11 va a fallar y me pica la curiosidad. Paso a la página 68. Y anda que si tiene éxito en la tirada...
68
Te acercas a Gogó.
Y dejas salir toooodo tu encanto inglés
El cual vamos a censurar. Principalmente porque el narrador no se le ocurre como hacerlo. El no eres tú. Por supuesto, sólo tu eres tú
¿Y sabes que? Empieza a funcionar. Gogó empieza a ser receptiva y tal
" 私は忍です ."
"Bond. James Bond"
Le sirves una copa de Martini, ella al principio intenta negarse, diciendo que es menor de edad... Pero se acuerda de que Kill Bill salió hace 17 años, que ya tiene 33, y empieza sonreir, se te acerca, le susurras algo al oido, y...
¡Y esto provoca que tu compañera se mosquee!
"¡Sucio Falocrata Opresooooooooooooooooooooooooooooooor!"
A base de gritos, consigue despertar a los guardias, atraer a Fa-Lo-MarySue, a Fu-Ken-Cio, rompe los viales, te rompe los empaste de las muelas...
En fin, que la misión ha vuelto a fracasar. Por no tener vigilada a la rubia. Así que de nuevo es el
Fin
del mundo
Motivo: Seducir a Gogo Yubarí
Tirada: 2d6
Dificultad: 11+
Resultado: 4 (Fracaso) [1, 3]
Esta Brie no hace más que hundirnos los planes. ¿Seguro que no está con Fu-Ken-Cioh?
En cualquier caso, vayamos a patear culos. Pero no me queda claro si el patógeno lo tenemos nosotros o si quedó en el deposito.... Si sale par es que se quedó en el depósito.
Ha salido par. Voy a la página 90.
Chemo, te toca.
Motivo: Si par a la 90
Tirada: 1d6
Resultado: 6 [6]
90
Te deslizas subrepticiamente mientras todos reparten estopa a tu smoking. Llegas hasta una sala de control y haces sonar todas las alarmas.
Hay un momento de desconcierto entre los matones y algunos vienen de camino para parar el aviso a las autoridades. Tecleas rápidamente en el ordenador unas cuantas instrucciones para añadir alarmas que hagan que cierren la planta: 'error en el sistema de depuración', 'vertidos tóxicos detectados', 'música de camela en el hilo musical'... Esto debería bastar para que, como mínimo, aislen la zona de forma preventiva.
Pero queda encontrar al lugarteniente de Fu-Ken-Cioh (siempre hay un lugarteniente chungo) y las pruebas para incriminar al propio maestro criminal.
¿Cómo podrías obtenerlas?
¿Y quien quiere las pruebas? ¡Tienes licencia para matar!
Si pones la cuenta atrás en el dispositivo de autodestrucción y preparas una explosión de las buenas, tan sólo ve a la página 007
La página 007 es distinta de la página 7
Esto parece controlado. Es hora de acabar con Fu-Ken-Cioh, recuperar el virus para crear un antídoto y volver a Gran Bretaña antes del té de mañana.
Ve a la página 5 (of course, my darling)
Si dejas que tus compañeros del MI6 se hagan cargo de la situación y decides que es ha llegado la hora de tener un momento romántico con Brie, pasa a la página 14
Venga... ¡ahora sí que toca caos y destrucción! Página 007.
No lo dudas ni un minuto.
Sabes que este entramado industrial maléfico tiene un dispositivo de autodestrucción ¡Sabes que tiene que haberlo! Y te dedicas a interrogar (A bofetadas) a uno de los guardias de Fu-Ken-Cioh para que responda
"Ah... no me golpee más, por favor. El botón de autodestrucción es ese botón rojo, con una calavera con forma de llamaradas. Aprietelo, y en 600 segundos la base explotará, y no quedará nada"
"¡Pero no me pegue más, por favor!"
Acto seguido Brie entra con unos tacones de aguja, y golpea con ellos al guardia donde más le puede doler (En un ojo)
"Está mintiendo, James. Yo pulsé ese botón hace 595 segundos"
"Brie... tu eres tonta o tonta'rcul...."
Durante todo el tiempo que vais volando al cielo a ver a San Pedro, te lo pasas pegandole zurriagazos con tu arpa a Brie
"¡¡¡Tonta, tonta tonta tonta tontaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! ¡Nos hemos muerto sin llevar el antigeno y la cura!"
De nuevo, es el
Fin
del mundo
Motivo: ¿Lo logramos?
Tirada: 2d6
Dificultad: 12+
Resultado: 9 (Fracaso) [5, 4]
Nunca te arrepentirás lo suficiente de haberla elegido.
Vuelve a la página 90 y acaba esta historia de una vez.
Pues habrá que tomar el té en la página 5...
Ese final me lo he imaginado a lo Mortadelo y Filemón total, con los dibujos de las nubes, Bond y Brie con alitas mientras el primero le da con el arpa y se ve al clásico San Pedro de Ibañez con la mano en la cara pensando ¿y estos que hacen?
FINAL
—Bueno, señorita Larson—le dices a la vez que le dedicas una mirada realmente seductora—es la tercera vez que le salvo la vida. ¿No me diga que se empieza a derretir su gélido muro?
—Eres un...—casi dos minutos consecutivos de exabruptos y dedicatorias horribles después— y que sepa que sólo me ha salvado dos veces, señor Bond.
—Disculpe, conté como que la estaba salvando de usted misma, y eso suman tres.
—Aaaahg, ¡Le detesto!¡No le necesito! ¡Se lo demostraré! ¡No le necesito!
Acto seguido, Brie entra de nuevo en el edificio, ahora rodeado por la policía. Ibas a ir detrás de ella, pero te había dejado claro que no te necesitaba. Como buen caballero, sabes cuando hay que retirarse. Así que sacas tu smartphone modelo 007, activas la cámara de tu traje y ves una escena que te dejará marcado.
Brie aparece en tu pantalla cual ángel vengador repartiendo golpes y patadas a destajo, derribando enemigos sin parar. Cuando ha derribado a decenas de ellos, fija su mirada en el ninja del kusarigama y se lanza a la carga contra él. Gracias a su furia divina, lo derriba en el suelo, se pone encima para inmovilizarlo y, mientras con una mano lo sujeta, con la otra le da una auténtica paliza. Jadeando, le quita la máscara para descubrir que era... ¡Fa-Lo-Marysue!
—Podlás matalme, pelo mi padle me vengalá y te vencelá.—dice moribunda.
Aferrando el kusarigama, Brie lo coloca en el cuello de la hija e Fi-Ken-Cioh:
—Te ha matado el machismo, no yo. Seguiste las órdenes de un hombre, has acabado así y...
—Vamos, señorita Larson. No sea cruel y deje que la policía la arreste.—tu voz proyectada desde el esmoquin resuena con eco en la sala, mientras el traje adopta tu postura, en ese momento algo impaciente.—Al final la engañará con alguna técnica ninja, ya lo verá.
—¡QUE NO ME MOLESTE! ¡NO LE NECESITO! ¡NADIE ME GANARÁ NUNCA! ¡YO SOY INVENCIBLEEE!—Y en un intento de silenciarte, con un gesto de rabia y odio infinito, lanza el kusarigama contra tu esmoquin, atravesándolo cual mantequilla.
Brie realmente era invencible en la lucha. La profecía le dijo que ningún hombre, mujer o púber la ganaría en combate, y así fue.
Pero el esmoquin no es una persona. Es una máquina programada que, al notar como es casi destruido con un ataque que habría matado al portador con absoluta certeza, activa una fortísima explosión que acaba con la vida de tu compañera, de Mary Sue y de muchos policías que allí se encuentran.
Anonadado, te estás preguntando si realmente serás el responsable cuando, por efecto de la explosión una fisura existente en el depósito de agua más cercano termina por convertirse en un enorme agujero, y miles de toneladas de agua caen arrastrándote hasta uno de los tubos de canalización.
Contienes la respiración durante un tiempo que parece infinito, mientras te golpeas con unas tuberías en claro descenso. Finalmente, llegas a una zona más que parece un depósito subterráneo, con aguas muy tranquilas, en donde puedes sacar la cabeza y respirar por fin.
Subes por unas escaleras de piedra y reja oxidada no evita que la abras de un fuerte empellón. Sales de ahí e inmediatamente descubres dónde estás: En la antigua fuente de Onofrio, en la zona antigua de la ciudad.
Por los golpes y el agua, cualquier cosa electrónica que tuvieses ya no funciona, así que te diriges al puerto intramuros y te haces una barca “fuera borda” y te diriges a vuestro yate. O Fu-Ken-Cioh sigue allí, y llega el momento final, o se ha ido y puedes reabastecerte antes de ir a por él.
Al llegar no hay rastro de la fiesta. Entras en la sala de control para informar de lo sucedido antes de actuar. Pero ahí está Fu-Ken-Cioh con el que debe ser su lugarteniente del mal, el señor Po-Yo-Ohn, quien te lanza un sugerente guiño que, sin él querer, te muestra que padece el trastorno de "Carol Doda", y le cuesta levantar ese párpado de nuevo. Ambos te apuntan con sendas pistolas y te indican que te coloques delante de ellos, a una distancia prudencial.
—Bueno, señol Bond. Palece que ha llegado usted hasta al final del camino. Pelo no se haga ilusiones, hoy selá su última noche con vida.—Fu se regocija en su victoria. En un alarde de maldad, alarga tu sufrimiento soltando un discurso en el que se vanagloria a sí mismo, a su raza y a sus planes de conquista del mundo.—Aah, señol Bond. ¿Cómo se siente ahola?
—Me da lástima, señor Fu-Ken-Cioh. Pero si cree que va a tener éxito, se equivoca. El virus no ha llegado al depósito, su hija ha muerto y este barco ha grabado todo lo que ha pasado aquí. Así que poco falta para que llegue el ejército, el MI6 y la CIA, esos fisgones metomentodo, y terminen mi misión.
Notas como una vena se hincha en el cuello del normalmente impasible villano.
—Maldito sea, Bond. Pelo es talde. Glacias a los selvicios de mensajelía de Ubel y palecidos, he mandado cientos de botellas con mi vilus a los depósitos de las ciudades más impoltantes, diciendo que son el nuevo tlatamiento oficial. En 48 holas todo occidente suflilá mi podel y molilá en cuestión de días.—Ríe con gran estruendo—Po-Yo-Ohn, acaba con él.
—En seguida, jefe.
Su lugarteniente guarda la pistola en su funda y te ataca con un movimiento de caderas completamente inesperado; te hace varios quiebros hasta que te golpea con su pectoral derecho y te lanza contra la pared; antes de recomponerte, el luchador te da con sus muy sexys nalgas en la mejilla haciendo que caigas al suelo. La verdad es que no te deja casi tiempo para reaccionar y la pelea continúa de la misma guisa. Al poco tiempo, te tiene a su merced.
—Señol Bond, selá un placel acabal con el agente más famoso de todos los tiempos.— Te guiña un ojo y, en ese breve lapso de tiempo, aprovechas para meterle el dedo en el otro ojo haciendo que te suelte y pierda el equilibrio mientras carece de visión. De una patada giratoria lo envías contra la puerta, en la que apenas se sujeta y, tras quitarle la pistola, le das otra patada en el abdomen que lo lanza contra las aspas del motor, creando una lluvia roja de trocitos de hueso y carne.
Te das la vuelta velozmente y disparas a la mano que sujeta el arma del malvado criminal, haciendo que la pierda.
—Señor Fu-Ken-Cioh, está detenido.
Fin... ¡No! El villano se levanta con elegancia, se lleva las dos manos a la nuca y empieza a quitarse una máscara que llevaba muy bien disimulada. Al ver quien es, te quedas atónito. Es... BRIE LARSON.
—James—empieza muy acarameladamente—eres el hombre que he estado buscando toda mi vida. Guapo, galán, inteligente, decidido, (más halagos, nunca suficientes). Contigo a mi lado dominaremos el mundo. Ven—dice acercándose con sensualidad—es el momento de que nos juntemos por fin, y de que liberemos toda la pasión que nos embarga.
—Querida, ya te dije que no eras mi tipo.
—Serás bastardo—
Brie se abalanza contra ti empuñando una daga que llevaba escondida, pero un solo disparo es suficiente para acabar con ella. Esta vez, esperas para siempre.
Avisas por el comunicador a M de todo lo que has averiguado y te prepararas para volver a Londres en tu yate, lamentándote porque, a pesar del éxito de la misión, es la primera vez que no acabas con una mujer en tus brazos.
Vas a tu camarote a descansar tras activar el piloto automático. Cuando abres el vestidor, ves a una joven escondida entre la ropa. Es Moneypenny.
—Serena, no pases de 10 nudos. Tenemos un viaje que disfrutar.
FIN