Partida Rol por web

 La aventurera después de escuchar a Gerda se quedó unos momentos callada. No fue hasta que  el chasquido del bastón de Vivienne rompiéndose que no volvió a la realidad asintiendo al enano. Cuando la Elfa saco el cuchillo con intención de cortar su vestido, la mujer puso su mano sobre la empuñadura deteniéndola.

—Delinne familia Eunomia.—Se presentó hacia vuestro grupo mientras se quitaba el arnés con el que sujetaba su espada y se lo tendía al enano para usarlo como sujeción. Cuando Lance coloco la extremidad en su sitio, o donde él pensaba que era su sitio, sonó un fuerte crujido. O lo había colocado, o lo había roto del todo, una de dos.

La mujer aún seguía inconsciente, pero quizá en un reflejo de dolor su cabeza se movió entre las piernas de Vivienne mientras esta la tranquilizaba. Mientras los

El primer golpe de Lance hizo que el techo se resquebrajase fácilmente mientras pequeñas piedras caían sin dañar al grupo camino abajo. Con un pequeño esfuerzo mas todo el grupo consiguió salir de aquella pendiente para dar con la misma sala donde se habían encontrado con la aventurera por primera vez. Por suerte no parecía haber enemigos.

En el suelo de la sala aún se encontraba la hombrera de la aventurera pero no había rastro de las piedras mágicas y el botín de la batalla que había ocurrido en ese lugar. Quizá alguien se las habría llevado mientras combatíais abajo.

—El pasillo principal no está lejos.— Dijo la aventurera señalando hacia uno de los diversos caminos que salía de esa sala.—Creo que desde allí puedo apañármelas sola.

Un fuerte sonido semejante a los metales chocando resonó por el laberinto en el momento que Lance trazo un arco con su lanza.

—Ho,ho.—Una risa femenina resonó en el pasillo. La lanza del guerrero había quedado interrumpida a medio camino en el arco. Había chocado contra algo interrumpiendo su movimiento. Poco a poco, donde no había nada empezó a aparecer un contorno humano.

Una humana bestia de raza can estaba allí. Había parado el ataque del guerrero con una daga, la cual sostenía con su mano mientras los filos aún estaban juntos. Era evidente que el guerrero no había dejado de aplicar fuerza en su ataque.

La joven dio un salto hacia atrás apartándose del rango del guerrero.

—Bastante buenos para ser nuevos.— Dijo mientras guardaba su daga en un lateral de su cinto.—No te preocupes nene, no vengo a pelear con vosotros. Además…. Creo que deberíais encargaros de ellos primero.— La joven levanto la mano señalando hacia la parte delantera de vuestro grupo. Por donde habíais enfrentado a los dos lagartos.

En ese mismo momento las paredes que había alrededor del lugar en el que estaba King siendo ayudado por la maga y el enano se movieron. Camuflados por sus escamas del mismo color cuatro lagartos más habían estado en la parte delantera sin ser detectados. Parecía que en cuanto el grupo había avanzado habían decidido atacar.

Desde las paredes, con aquellas colas que usaban como armas, los ataques se lanzaron contra todos excepto el guerrero que había permanecido atrás atento a aquella nueva persona que había aparecido.

9 Piedra magica pequeña (Peso 0) 450
2 Colas de lagarto del laberinto. (Peso 1) 800
1 Piedra magica mediana (Peso 0) 1000
20 Piedras magicas minusculas (Peso 0) 200
9 Uñas de goblin (Peso 0)
1 Piel grasienta (Peso 2)
2 Caninos de Kobold (Peso 0)
1 Retazo de pelaje de Kobold (Peso 1)

Sorpresivamente para los presentes, lejos de usar su magia, la maga clavo el taco de sus zapatos al lagarto agresor justo entre los ojos. El pisotón había ido con tanta fuerza que atravesó las escamas chamuscadas hundiéndose en el cerebro de la criatura toda su longitud. Justo momentos antes de intentará tirar para extraer el zapato, la criatura exploto en cenizas.  

Por otro lado el lagarto restante no pareció acobardarse y lanzo un golpe con su cola al enano que aun se encontraba caído en el suelo. Intentando defenderse alzo el brazo para minimizar el golpe. La serrada cola corto a través de la armadura del enano  haciendo una herida en el brazo con el que había defendido. Aunque aquel éxito no le sirvió de mucho a la criatura, pues la lanza de vuestro equipo trazo un arco cortando la cabeza a la criatura.

Finalmente, de nuevo, el pasillo se quedó en silencio. Los atacantes furtivos habían caído. Ahora solo quedaba la aventurera que había detrás de vosotros.  No se había movido en todo el combate. Y estaba allí en medio del pasillo observando, como si aquella pelea que habíais tenido no fuera con ella.

Ignorando las quejas de la elfa y los comentarios de sus compañeros el enano camino hacia la mesa de los aventureros que más ruido hacían y tiro su jarra allí. El recipiente volcó en su caída salpicando, pero el impacto golpeo también una de las jarras de los aventureros derribando su contenido.

Los aventureros arrastraron sus sillas para evitar que el líquido derramado acabara sobre ellos y empezaron a quejarse. Aunque había uno en concreto, el que parecía llevar el lideradgo del grupo que fue el primero en gritar al enano.

—¿Tu, bastardo, quien coño te crees para venir con esos aires?.—De pelo cenizo alborotado, metro ochenta de altura, camisa de cuero tintada con algunas algunas placas de armadura y pantalones tachonados tenía una espada corta junto un cuchillo corto en el cinto, pero por el momento no parecía suficiente borracho como para usarlos.

—Eso no ha sido un accidente, quien tuvo un accidente fueron tus padres al tenerte y tú al venir aquí.—Dijo mientras se colocaba a la cabeza de sus hombres.— Ven aquí tullido, te voy a enseñar un par de cosas.—Agrego mientras se lanzaba a golpear al enano con su puño.

Mientras todo aquello ocurría y la pelea comenzaba el resto pudisteis ver como la posadera se llevaba una mano a la cara como si estuviera cansada de lidiar con aquellas situaciones pero no fuera a decir nada al respecto.

Por otro lado, la puerta de la taberna se abrió y entro una mujer de pelo rojizo y piel tostada. La mayor parte de su piel estaba al aire y aquellas partes cubiertas iban con pieles gruesas. Dirigió su mirada hacia todos los presentes sin mostrar ninguna reacción hacia la trifulca y al localizar a la elfa empezó a caminar hacia su mesa.

Sobre la misma mesa que Lance había aprovechado para apoyarse y ver el espectáculo, uno de los aventureros del otro grupo se reposo también para observar mientras reía. Si bien parecía que la pelea entre el enano y el peli cenizo era algo serio, el grupo de fuera no parecía tener intención de tomarlo como algo así. Incluso el tipo que se había colocado junto a Lance le tendió una mano.

—Laon. De la casa Apolo.—Dijo a modo de saludo. Bien Lance tomara su mano o no siguió con la mirada la pelea de su jefe y Gerda.— No me lo puedo creer, les da calabazas a ambos y acaban pegándose.—Comentó riendo sinceramente por lo ocurrido antes de pasar a explicarse mientras miraba el combate.— Alabert se intento acercar a la elfa hace un rato y la cosa no acabó bien.

Procedió a dar un sorbo a su cerveza para apartarla de su boca cuando su compañero recibió un puñetazo de lleno.

—Uff, eso tiene que doler, jajaja. ¡Cuidado con las partes bajas jefe!.—La pelea continuaba y ahora el enano era quien había conseguido dar un buen golpe en la cintura al aventurero contra el que peleaba.

Fue entonces cuando la puerta de la taberna se abrió y entro una amazona de pelo rojizo y piel tostada. La mayor parte de su cuerpo estaba al aire y aquellas partes cubiertas lo hacían con pieles gruesas. Dirigió su mirada hacia todos los presentes antes de toser en dirección de la pelea y hablar.

—Si no queréis que ambos acaben en el calabozo mejor que los paréis.— Dijo en dirección a los que estaban actuando como espectadores antes de iniciar camino hacia la mesa de la elfa de pelo morado.

— ¿Pero qué hace..?.— Pregunto confundido Laon antes de hacer un gesto a Lance.— Hay que pararlos, esa tipa no se anda con chiquitas. Tu coge a tu amigo.— Entonces dejo su bebida en la mesa antes de entrar en aquel circulo de pelea improvisado que se había creado por los espectadores.

—¡Jefe! ¡Para!.— Al introducirse en aquel ring estuvo a punto de ser golpeado por su propio compañero.—¡Alabert, coño! ¡Que esta Farna aquí!

Al escuchar aquel nombre, la persona que estaba peleando contra Gerda se paralizo haciendo que el puñetazo ya lanzado por el enano diera de lleno en su estomago y cayera inconsciente al suelo.

—Bueno, al menos han parado de pelear.— Dijo riendo Laon mientras se encogía de hombros y se agachaba a recoger a su compañero.— Venga chicos, se acabo la fiesta por hoy.

Cuando estabas entrando al baño pudiste escuchar como las puertas principales se abrian. Oias las voces de todos tus compañeros como de Aranis, quiza se hubieran encontrado en el exterior. Sin darle mucha importancia procediste a bañarte junto a Vilfain e ir a la habitacion.

—¡En su pelea contra el Kraken! ¡Los tlentaculos azotaban sobre la cubierta!— Apremió Vilfain queriendo saber mas de la historia.

Ambas jóvenes se miraron durante un momento ante tu pregunta al darse cuenta de que era cierto que no se habían presentado.

—Eunomia. Nuestra diosa es Eunomia.—Hablo en primer lugar Gisela.—A todo esto, ¿Como reacciono al saber quiénes nos habían salvado?.—Pregunto la muchacha girándose hacia su compañera como si la situación le resultara divertida.—Todo el día quejándose de la vuelta de Eris y luego resulta que, gracias a quienes ha aceptado en su familia, estamos vivas.

Deline bajo levemente la cabeza.

—La verdad es que cuando les conté todo ella no dijo ni palabra.—Hablo con un tono de voz más bajo.—Está agradecida de que estemos vivas, pero no creo que quiera  aceptar de donde vino la ayuda…

Durante un momento hay cierto silencio incomode que nuevamente es roto por la joven convaleciente.

—Marianne, tú la conoces, ¿Es tan mala como cuentan? Cuando se enteró que volvía, Eu no hacía más que repetir una y otra vez que cuando Eris aparece solo trae problemas, tanto aquí como cuando estaban allí arriba. —Comento mirándote curiosa pero con una pequeña sonrisa.— Por lo poco que hemos conseguido averiguar preguntando a la gente de nuestra casa, es que hace tiempo dio problemas y nuestras casas acabaron enfrentadas. Pero nadie quiere decir nada.

La vitrina de cristal estaba cerrada con un candado y en su interior se exhibía un estoque. Todo el filo del arma destellaba de un color plateado, tan limpio que podía verse cualquier brillo de la tienda reflejado sobre él. La empuñadura parecía ser una rosa del desierto, pero no marrón como suele ser habitual, si no granate traslucido, dando la sensación e ser una verdadera rosa cristalizada. El pomo estaba recubierto por un trenzado rojo burdeos del que no podíais distinguir que mineral era. Finalmente el fin del pomo acababa en una pequeña bola de color plateado.

—Mmmhm, pues me parece que se han marchado todos.—Dijo ante la idea de ir de compras con tus compañeros pero sin plena seguridad de si lo que decía era cierto.— De todas formas si vas a ir a las zonas comerciales, te recomiendo no acercarte mucho a la plaza central e ir por las calles colindantes. Las tiendas que hay en la plaza son mayormente para niveles altos  sus precios son bastante desorbitados.

—Y también sería conveniente que os pasarais por el gremio de vez en cuando,

Si bien la herida asintió ante tus palabras y tu sinceridad, no pudo evitar mirar a su compañera cuando pediste que contaran lo que supieran. Deline, a diferencia no había dicho nada ay cuando su compañera la miro no pudo evitar apartar la mirada, cosa que hizo que Gisela frunciera el ceño.

—Del… ¿Por casualidad no sabrás algo que no me has contado…?—Pregunto la joven mientras su compañera apartaba mas la mirada. Gisela finalmente dio un suspiro.—Hablá, sabes que al final lo acabaras haciendo así que no te lo calles.

Su compañera rezongo un poco hasta que finalmente estiro los brazos dándose por abatida.

—Vale, vale.—Dijo finalmente la joven ante la mirada inquisitiva de su compañera con el ceño fruncido.—Mi hermana me conto un poco, es básicamente la razón por la que Eu ya no acepta casi personas en la familia.

—Básicamente nuestras familias se pelearon. Antes de que Ganesha tuviera tantos seguidores la ciudad la defendían las familias de Astrea, Eirene y Eunomia, la nuestra.— Empezó a hablar la joven.— Las tres peleaban con el grupo de familias bajo el nombre de Evilus y aunque por lo visto Eris no formaba parte de ellos, cuando