Partida Rol por web

al salir de la torre, dejan atras la ligera luz que esta emite, y caminan entre el campamento acompañado por los dos guardias de la dama y tres cazadores mas, empiezan a preparar sus caballos que han sido herrados esta misma noche, ensillan la montura y ajustan los arneses...

un hombre, Gerret, capitan de cazadores se acerca a caballo desde la tienda carmesi,

mis señores, soy Garret, señor de la flecha dorada, de una pequeña casa vasalla, por favor, dejenme ir con ustedes, soy un buen cazador....

El caballero mira con el ceño fruncido al recien llegado

¿¿le dejamos acompañarnos??, a mi me parece demasiado joven....

Que venga con nosotros -proclamó el caballero- Si puede sostener una espada ya es lo suficientemente mayor como para tomar sus propias decisiones, y está claro que nos será útil si ha logrado llegar a ser capitan de los cazadores

Terminó de revisar las cinchas de su caballo y montó con una elegancia propia del que lleva haciéndolo desde que aprendió a caminar- Todo el mundo tiene derecho a probar su valía -le dijo a Garret- Espero que no me hagas arrepentirme de mi decisión

Espoleó su montura- ¡Adelante!

Los caballeros recorren el campamento a galope, cruzando la negrura de las tiendas de campaña en la oscuridad... Los caballos corren por el bsoque en la oscuridad, y durante casi una hora peinan la zona por donde deverian estar los cazadores....

Mon señor, llevamos ya dos horas recorriendo las rocas, y nuestro rastreador no ha encontrado ni rastro de los cazadores, ¿devemos regresar al campamento, o expandir el circulo?

 Dice el caballero mientras da vueltas con el caballo para frenar la carrera.

Nos dividiremos en cuatro grupos para cubrir más terreno -dijo Arys tras pensarlo un momento- Vosotros -señaló a los guardias- Iréis con uno de los cazadores; Cedric acompañará a los otros dos, y tanto el capitán de los mismos como yo iremos por libre -les miró fijamente- ¿Alguna queja? ¿No? ¡Pues adelante!

Cabalgó con furia hasta que perdió de vista a sus hombres y después se detuvo en silencio, escuchando atentamente para situar a los demás jinetes con su sobrenatural sentido del oído. Un instante después sonrió satisfecho y espoleó su montura en pos de el solitario caballo que corría en dirección norte, procurando que éste no se diese cuenta.

Si los misteriosos atacantes seguían por la zona, lo más probable es que se atreviesen antes con los más desprotegidos: es decir, con el joven capitán de los cazadores o con él mismo, que eran los únicos que iban solos En cualquier caso, acabaré dando con ellos si sigo al muchacho

y el vampiro acerto en su deduccion... una flecha grita en el cielo, y con vilencia se clava en el lomo del caballo blanco, haciendolo tambalearse y acer entre relinchos.... dos siluetas nacen de entre las sombras, y se vuelven etereas al acercarse... vestidos con pieles, espadas y arcos. Parecen barbaros del norte de Europa, pero ahora estamos demasiado lejos de alli,....

Reaccionando a la velocidad del rayo, el caballero cainita salta de su caballo antes de que este se termine de derrumbar para no quedar atrapado bajo su peso- ¡A mi la guardia! -grita con todas sus fuerzas hacia la quietud del bosque, pero sabe que aunque le oigan no llegarán a tiempo para ayudarle. Con rápidos y elegantes movimientos, ser Arys se descuelga el escudo de la espalda y desenvaina su espada. El sonido del metal deslizándose contra el cuero de la vaina le vivifica, sumiéndole en el ya viejo conocido sentimiento de furia que le embarga siempre al entrar en combate.

Un rugido sale de sus labios. Carga.

son dos, con arcos, hago tirada de iniciativa, tira los dados, y una vez visto el resultado descrive lo que sucede

Arys sonrió mientras fintaba hacia la derecha, esquivando por apenas un palmo la flecha que iba dirigida a su corazón. Cegado por su orgullo, el caballero corrió zigzageando directamente hacia los arqueros sin prestar atención a los proyectiles que silbaban a su alrededor. Su figura empezó a desdibujarse por la velocidad, perdida ya toda intención de mantener su sobrenatural naturaleza en secreto, para instantes después desaparecer bruscamente del campo de visión de los nórdicos.

Sólo un brutal grito de batalla les previno de la muerte que descendía de los cielos, dorada venganza de fuego resplandeciente.

El caballero relincha, carga con furia... el viento son navajas, pero corta mas la espada... con un rapido galope el caballero deguella al paso a sus dos atacantes, y da la vuelta su corcel justo a tiempo de ver como caen sus dos enmigos abatidos... 

Ser Arys limpió su espada con cuidado y volvió a paso lento junto los dos cadáveres norteños, registrándoles para intentar averiguar algo más por sus pertenencias, concretamente para ver si tenían o no comida encima, lo que le indicaría si iban por libre o tenían una base cerca donde alimentarse y descansar.