Partida Rol por web

Comienzo a gritar desde mi ventana ya derruida- Bendita la madre que te trajo Fred, ¿pero se te ha ido la cabeza ya por completo? Ilth, ni locos vamos a conseguir penetrar esas escamas por nuestra cuenta. ¿Tienes algo para mezclarlo con mis flechas?- Miro como Fred sigue dando saltos mientras el dragón intenta zafarse de él sacudiendo la cabeza, en realidad era un poco cómica la situación. - ¡Sigurd! Rápido, ataca al dragón ahora que está en tierra y ocupado con Fred, es nuestra oportunidad.-

Escuchando en las palabras de Kanäe, Ilth recupera la conciencia, y corre escaleras arriba donde se encuentra su compañera. Se posiciona a su lado, echa mano de unos componentes y enfoca sus energías en la flecha que sujeta Kanäe, cuya punta comienza a resplandecer con un fuego mágico. -Esto debería ayudarte a penetrar esa piel.-

Itherion crea una magnífica bola de fuego mágico para impregnar con ella las flechas de Kanäe, pero antes de que ella pueda tirar pasa algo inesperado. El dragón ya no forcejea con Fred, es más, este ahora parece dejar que vuestro extraño compañero y salvador lo monte como quien monta un caballo. Algo inaudito y extraordinario.

Fred, quizás inconsciente de lo que está haciendo, se ríe como un loco agarrado a los cuernos del dragón. ¿Qué demonios hacía Fred? ¿Y quién era? ¿Qué persona podía hablar en Dovah que no fuera un barba gris y al mismo tiempo podía montar un dragón? ¿No había cantado Fred sobre los sangre de dragón? ¿Sobre cómo un héroe con sangre de dragón vendría a salvar Skyrim? ¿Acaso Fred había sido el sangre de dragón todo este tiempo, con todas sus virtudes y habilidades, y se había mostrado como un capullo? ¿Era el sangre de dragón un idiota?

Mucho interrogantes. Preguntas que puede que nunca sean respondidas, pues Fred hace volar a su dragón alto en el cielo.

-Mucha suerte con los Capas de la Tormenta, compañeros aventureros- se despide Fred. -Tened cuidado con Ulfric, es un embaucador pero a la tercera misión suicida se le coge cariño- dice de buen humor y con un gesto con la mano, digno de una infanta os despide. -Nos vemos por Umbría, seguro que os esperan muchas aventuras.

El dragón se marcha, hacia el este parece ser.

Un momento, ¿Fred no acababa de llevarse vuestra parte de lo saqueado a aquellos bandidos?