Partida Rol por web

La tranquilidad dura poco, ya que una llamada de radio requiere la atención de todas las unidades en un código 61… Mecaguen la puta, que coño era un 61… piensa Sanchez mientras… responde a la llamada de radio… 10-04, nos ponemos en marcha.

Pisale compañero, debemos llegar cuanto antes!!!...

Me sobresalto ante el aviso por radio. Automáticamente subo el volumen de la emisora para escuchar más atentamente. Al oír los dígitos intento recordar el equivalente de los códigos mencionados mientras los anoto en una pequeña libreta de mi bolsillo, confiando en mi memoria fotográfica al ver escrito los números.

_61... ¿Robo?_ digo algo confusa, me muerdo el labio mientras intento aclarar mis ideas _ Sí, seguro: robo. Luego el 72... Marcos, ¿72 era rehén?_ digo un poco nerviosa _Y el 87... ¡Tiroteo!

Guardo mi libreta y miro a mi compañero.

_Si no me equivoco, se trata de un robo con posible rehén y alta probabilidad de que se suceda un tiroteo. ¿Qué me dices, Marcos? ¿Nos estrenamos?

Le sonrió. Tras recordar los códigos, me siento un poco más segura de mí misma y más aún cuando la acción llama a nuestras puertas. Pero he de escuchar la opinión de Marcos y respetarla antes de tomar una decisión. Al fin y al cabo, es mi compañero y ambos necesitamos estar al cien por cien para tener éxito.

Mientras Paco conduce hacia la dirección que nos han indicado por la radio, intento recordar el listado de códigos de radio. 61, veamos.... 61... un muerto... ah, no eso es un 51... Ya lo tengo... 61 robo... 72... 87... ¡Hostia puta!

- Acelera Paco... tenemos un robo con posible toma de rehenes y sospechosos armados...

Escucho el mensaje de radio y no puedo evitar ponerme tenso. Vaya, ya sabía que en algún momento tendríamos que pasar por esto, pero... para ser honestos, hubiese preferido que fuese en otro momento. Algo más tarde.

Y a medida que Martín va diciendo los números, la cosa se pone peor. Todavía me noto tenso al contestar.

Sí. Robo con rehén. Y posiblemente tiroteo. Compruébalo por si acaso, pero estoy casi seguro de que es eso.

Martín me lo confirma poco después. La miro y no puedo evitar sonreírle de vuelta. Se lo nota a la legua que está tan nerviosa como yo o más, pero  aún así tiene la presencia de ánimo para intentar suavizar las cosas con algo de humor. No me he equivocado con ella. Es fuerte.

No creo que tengamos mucha elección, ¿no te parece? Esto es para lo que hemos llegado hasta aquí, y esto es lo que tenemos que hacer. Ahora es nuestro trabajo... y además de nuestro trabajo, es lo que está bien. Así que vamos allá. Avisa a Central de que vamos de camino, y toma aire, que esto tiene pinta de que va a ser feo. Pero si vamos con cuidado, de alguna forma se arreglará. Seguro.

Eso la verdad es que no lo tengo nada claro... pero da igual. Claro o no, hay un delito, y ahora no podemos quedarnos en llamar a la policía. Ahora nosotros somos la policía. Enciendo la sirena y empiezo a acelerar en dirección al puerto...

El tráfico se va apartando a vuestro paso al compas de las  señales acústicas y luminosas de vuestro vehículo dándoos preferencia allá por donde pasáis. No tardáis en llegar al lugar de los hechos.

Para vuestra sorpresa os dais cuenta que sois los primeros en llegar a la gasolinera en cuestión. Paráis vuestro coche en seco, junto a una cadena de surtidores de la gasolinera, salís del coche y os posicionáis tras el, dándoos este algo de protección ante cualquier imprevisto.

Los autos solo se apartaban abriéndonos paso, llegamos muy rápido al lugar de los hechos, pongo el freno de emergencia y las llantas se queman un poco en el asfalto, aparco el coche cerca de los surtidores de gasolina, dejo el auto encendido y abro la puerta para bajar del coche, -Sánchez, di que estamos en el lugar, que lleguen las patrullas por la parte sur de la estación de gasolina, así cubriremos terreno, me adelantare para revisar-

En mi camino hacia el servidor de combustible tomo mi arma y quito el seguro, llego hasta uno de los equipos y me pongo de espaldas contra él, muevo un poco la cabeza hacia el coche patrulla haciendo señal a mi compañero de que estoy bien, luego miro hacia adelante para ver que diviso y cuál es la situación.

- 242 en el lugar... repito, 242 en el lugar. transmito por la radio nada más llegar al lugar. Una rápida visual del lugar me permite descubrir que somos los primeros en llegar.

Paco se baja del vehículo y comienza a avanzar hacia uno de los surtidores de gasolina que utiliza como parapeto. Será idiota no puedo evitar pensar al verlo como alguien abra fuego, tendremos paco a la parrilla cuando los surtidores exploten. Con mi arma en la mano, y el cuerpo flexionado me parapeto detrás del coche patrulla manteniendo este entre la gasolinera y yo. - Nos encontramos al norte de la gasolinera. Agentes desplegados. Transmitan al resto de unidades que se aproximen desde el sur. Así rodearemos a esos hijos de puta.

Asomo la cabeza por encima del coche patrulla escrutando la gasolinera intentando detectar al atracador en su interior...

Mientras vais de camino a la gasolinera por la radio se escucha la voz de vuestro compañero Jose Sanchez...- 242 en el lugar... repito, 242 en el lugar.

- Nos encontramos al norte de la gasolinera. Agentes desplegados. Transmitan al resto de unidades que se aproximen desde el sur. Así rodearemos a esos hijos de puta.

Jose lo único que puede ver desde donde se encuentra es la tienda de la gasolinera donde sospechosamente no hay nadie, ni clientes, ni los dependientes de la tienda.

Paco esta en una ubicación un tanto comprometida pero tiene buena visibilidad del lugar. Pero no tanto de la tienda de la gasolinera.

En una de las ventanas del piso superior de las oficinas parece haber algo de movimiento, pero no esta muy claro de que se trata ya que las ventanas de las oficinas están casi cerradas del todo. Apenas un palmo de abertura dejan entre vez lo que parecen personas yendo de un lugar a otro, de izquierda a derecha de las oficinas.

Maldita sea... no veo a nadie

El hecho de no poder a nadie en el interior de la tienda es una mala señal. Ya es raro que no veas a ningún cliente, pero el no ver tampoco al dependiente de la misma no hace sino aumentar mi preocupación. Tengo que llegar a una posición mejor...

Miro a ambos lados desde mi parapeto tras el coche patrulla y reclamo una vez más refuerzos. Aquí 242... aquí 242... ¿dónde cojones están las demás unidades? dejo el coche para acercarme a la tienda... 242 cierro.

Respirando hondo aprieto con fuerza la culata de mi arma notando el peso en la mano derecha y echo a correr con el cuerpo lo más flexionadp posible hacia el grupo de surtidores tras el que se encuentra Paco, dirigiéndome al extremos opuesta al que él se encuentra...

Una vez mas la voz de Jose se escucha por la emisora de radio...

Aquí 242... aquí 242... ¿dónde cojones están las demás unidades? dejo el coche para acercarme a la tienda... 242 cierro.

El corazón late a mil por segundo, la adrenalina se apodera de mí, es una sensación indescriptible al no saber qué puede pasar en estas situaciones, donde tanto tu vida como la de los civiles están en juego, -Sánchez cúbreme, voy a acercarme hasta la ventana de enfrente… tan solo… apunta bien, ¿ok?- al notar que no era mucho lo que podía divisar desde el lugar donde me encontraba, entro en carrera un poco agachado para llegar hasta la pared y recostarme contra ella, espero hasta saber que todo está bajo control por parte de mi compañero para continuar.

Le hago señales a mi compañero para que mire hacia las ventanas, puede que con mi movimiento haya llamado la atención de alguien ahí dentro y lo más probable es que quiera actuar, espero a la señal de Sánchez.

Hago una señal con la cabeza a Martín para que encienda la radio, y contesto al 252.

242, aquí 525. Nos dirigimos a su posición desde el cruce de General Mola y Avenida de Castilla. En la siguiente cogeremos a la derecha por entrevías y llegaremos desde el sur. Tengan cuidado ahí dentro.

Notaba que los nervios tiraban de mí. Incluso haciéndome sentir náuseas, pero logré sofocarlos mientras la adrenalina luchaba por hacerse hueco dentro de mí, desbancando las dudas y el hormigueo del estómago.

_Bien, Marcos. ¿Cuál es el plan?_ digo mientras compruebo mi equipo de camino al lugar de los hechos.

Mientras espero su respuesta barajeo las posibilidades en mi cabeza. Si es una gasolinera, de seguro habrá puerta trasera, quizá José y Paco puedan atraer la atención frente a la tienda, y Marcos y yo sorprenderlos por la espalda. Pero también podría ser arriesgado para el posible rehén. Lo único que tengo claro, es que no debemos abrir fuego salvo que sea rigurosamente necesario.

Soy joven e impulsiva, así que prefiero esperar las novedades por radio o las posibles alternativas de Marcos.

Me quedo pensando unos momentos. La verdad es que cualquier plan que se me ocurra es arriesgado. Si no es para nosotros, para el rehén. Ni se me pasa por la cabeza entrar a saco, pistola en mano, y confiar en la suerte. Ni esto es Hollywood ni yo soy un francotirador con mi arma. Si no queremos arriesgar al rehén, va a haber que hacer las cosas a la ramanguillé.

Lo principal es cogerlos por sorpresa, así que en cuanto estemos cerca del lugar, apagamos la sirena e intentamos acercarnos lo más despacio y sin hacer ruido posible. Tendremos que fiarnos de que los del 242 estén manteniendo al ladrón ocupado, o al menos con la atención en otra parte. Llegamos desde atrás, nos bajamos, identificamos las salidas traseras que haya y nos colocamos uno en cada una, o los dos en una si hace falta, a cada lado o detrás de una esquina si la hay. Tenemos que decirles a los que estén de frente que los lleven hasta la salida trasera.

En cuanto salgan por ella, les saltamos encima y los reducimos. Es la forma menos arriesgada para el rehén. Para nosotros puede que no tanto, pero bueno... para eso nos pagan. Pero dependemos de un par de cosas. Martín, mira a ver si puedes hablar con el 242, si no están en la radio, usa el walkie talkie. No nos va a servir de mucho saltarles nosotros dos por la espalda si luego ellos son 5. Tenemos que saber cuantos hay, como de armados van y cómo están reteniendo a los rehenes.

Yo creo que si podemos, es lo que deberíamos hacer. Si no... tendremos que entrar desde atrás y que sea lo que Dios quiera.

Tras avanzar los metros que separan el coche patrulla de la línea de surtidores tengo una nueva línea de visión de la tienda. Paco me hace una seña y en pocas palabras, me comunica su próximo movimiento.

- Te cubro Paco... -

Desde donde me encuentro, puedo ver a Paco abandonar su cobertura y correr agachado hacia la pared del frente. Permanezco atento a las ventanas de la tienda en busca de cualquier movimiento tras ellas.