Partida Rol por web

Resumen turno 3:

Zaíf comenzó dando cuchilladas a diestro y siniestro. Pareciera que su bracamante hablara solo o tuviera vida propia, pues iba y venía hacia el alguacil 5 como quien va a recoger agua en cántaro. El primer ataque fue a la pierna derecha, y el segundo directo a la parte baja de la espalda (el tipo se había girado tras el desconcierto)...:

Daño1: 11 (/2 por brazo) (-3 por Gambesón reforzado): 2 puntos de daño.
Daño2: 11 (-3 por Gambesón reforzado): 8 puntos de daño.

A5 se quedó inmóvil de pie unos segundos, como si su cuerpo se estirara un momento antes de tiritar unos segundos y caer desplomado al suelo. Seguramente por dentro aquella cuchillada le había hecho trizas, y no tardó ni tres segundos más en morir...

Tras esto, Bermudo se dirige al A4, que ya estaba bien malherido, pero éste consigue parar la pesada hacha del Justo con su espada de mano, de tan buena forma (crítico), que no tuvo rasguño alguno, y ni tan siquiera el hacha le desestabilizó o hizo perder su propia arma.

Momentos después, Casimiro, viendo ahora al mismo que Bermudo atacaba sin éxito, y estando el alguacil entretenido parando su hacha, levantó su espada y la sacudió contra el mismo (y hasta dos veces: la primera en la pierna derecha y la segunda en la sesera del joven desgraciado...):

Daño1: 6 (/2 por pierna) (-3 por Gambesón Reforzado): sin daño...
Daño2: 6 (x2 en cabeza): 12 puntos de daño.

Casimiro volvió a rebanar otra cabeza tan limpiamente que bien podría decirse que la espada apenas arrojó nada de rojo, sino que toda la sangre se quedó en su hoja como prueba de su habilidad...

Diego soltó un par de cuchilladas (la primera errónea) en el cuerpo de otro alguacil A2, el cual estaba desmayado, provocándole instantáneamente la muerte, mientras que Abid disparó ahora al único que quedaba en pie (por decirlo mal incluso, ya que también estaba desmayado). Le acertó en la pierna:

Daño: 8 (/2 por pierna) (-3 por Gambesón reforzado): 1 puntos de daño.

Sin embargo, no logra darle muerte del todo, y Durán, con su honda, hizo lo propio, de manera semejante, pero con una piedra:

Daño: 4 (/2 por pierna) (-3 por Gambesón reforzado): sin daño...

Finalmente, el moro Nazeh dio muerte al desmayado, que, pese a que estaba en sus últimas, no sufrió, y en absoluto se enteró...**

Uff.... -Casimiro resoplaba mientras sujetaba su espada cuya punta descansaba en el suelo, pareciéndole tan pesada ahora que no tenía ni fuerazas para levantarla, limpiarla y guardarla-. Miró el desconcierto formado: sangre, cuerpos, cabezas y agujeros por doquier; espadazos, cuchilladas, pedradas y saetas ¡y todos dirigidos hacia la autoridad de Córduba! Había algunas cabezas a un lado, y ya no se distinguían a qué cuerpos pertenecían. Los muertos habían caído abatidos de formas casi imposibles, y en vez de la calle de las Siete Revueltas, aquella pequeña avenida de callejuelas debía llamarse "el Sepulcro del Infierno", "El prostíbulo de Satanás" o "La Ebriedad de la Muerte": paredes, fachadas y suelos teñían ahora de rojo...

Sin duda alguna que teníais que rezar más de ciento y mil veces Padrenuestros para que el Señor en lo Alto (Cristo, Alláh o Yahvé) os dejara mirarle a la cara una vez fuérais ya polvo y huesos, ¡MENUDO ESPECTÁCULO QUEDÓ ALLÍ MONTADO!

Casimiró echó una mirada al grupo, muy rápida, muy vaga...; tragó saliva de nuevo y resopló ampliamente por segunda vez (la maldita edad...) dando gracias que ninguno de vosotros estábais excesivamente heridos y sobre todo... que ninguno de los alguaciles había huido...

Hemos de salir de aquí... lo antes posible... -dijo secamente-.

El mendigo que hubieron encontrado en la ruinosa casa había presenciado TODA la escenita: espadas por aquí, flechas por allá, "rechineos" de hojas por doquier... y todo delante de las sus narices. Tenía, literalmente, la boca abierta, y quedose mirando los cuerpo sin pestañear siquiera.

¡LA MADRE QUE ME PARIÓ MIL MILLONES DE VECES...! -acertó a decir-.
 

No fue totalmente una estocada al aire lo que yo daba, sino que lanzaba una condena al que me hirió, intentando cazar su alma antes de que escapase hacia le infierno con el tremendo golpe que pareció cortar el viento con un silbido.*

Entrecerré los ojos mientras apretaba mi herida, y salía empujando con el hombro a... ni me fijé.

Me gustaba ver la sangre y curar heridas, así como observar lo bien que progresaban, pero si era mía, nada de nada. Me había puesto en peligro a mi mismo, y era algo intolerable.

Serio me puse la lado del caballero, y con un poco de desesperación le dije:

-Sácanos de aquí.

- Que haya un paríso para ti, amigo -susurró mientras daba matarile al alguacil moribundo.

Se puso en pie y miró en derredor buscando con la mirada más enemigos, al ver que estaban todos caídos sonrió y dijo - me alegra ver que estoy rodeado de buenos combatientes, es mejor que nos vayamos de aquí ya. Si la Guardia se presenta...

Todo había sucedido tan rápido que no le había dado tiempo a analizar los motivos del combate, ahora lo importante era salir de allí, ya habría tiempo más tarde para pensar en lo sucedido.

Durán se había quedado alejado de la batalla pero había participado activamente con el lanzamiento lejano de rocas. Estaba orgulloso del grupo variado que formanaban todos esos guerreros, si se les podía llamar de esa manera, y con ellos desentrañarían el misterio del asesinato de Mateos.

- No perdamos más tiempo, nos hemos expuesto mucho con este ataque y nunca se sabe si pueden venir más de camino. Solo esperaba que estuviera equivocado.

Ahora que todo había pasado Bermudo miraba a su alrededor, los cuerpos caídos, la sangre que empezaba a teñir la callejuela, a sus compañeros... y en esos momentos se preguntó si todo aquello había merecido la pena. Al fin y al cabo aquellos hombres que ahora yacían en el suelo sólo cumplían con su deber. Pero ahora sólo se podía rezar por ellos y que sus almas encontraran descanso junto al Altísimo.

- Sí, será mejor que nos vayamos cuanto antes. No sabemos si alguien nos ha podido ver o si hay más en camino.

Intentó limpiar el hacha cubierta de sangre en las ropas de uno de los caídos antes de guardársela de nuevo y emprendió camino hacia la salida del callejón.

Casimiro logró sortear los cuerpos mientras guardaba, ahora sí, su enorme espada. Se encaminó hacia la salida del callejón, y asomó la cabeza a un lado y al otro. Luego regresó con el grupo.

Nadie viene, no creo que nos haya visto nadie -dijo respondiendo a Bermudo-. Luego se quedó mirando al mendigo, al bueno de Simplicio, se acercó a él (mientras que el tipejo enjuto y viejo ún miraba los cadáveres), y el calatravo reflexionó en alto mientras le miraba fijamente.

Nadie creería a un infeliz así de contar lo sucedido... -las palabras dirigidas a Simplicio eran realmente duras-. Cualquier palabra que soltase de ésto no tumbaría a la preclara negación de un caballero, ni más ni menos... ¿Quién mataría a tantos alguaciles? Asique... -ahora diciéndole directamente al mendigo-, lárgate de aquí, hombre, y ata tu lengua, que tan cómplice eres como nosotros, y que Dios nos perdone.

Casimiro cogió de las ropas a Simplició, le pegó un empujón hacia la salida del callejón de las Siete Revueltas como para que huyera ya. Con breves palabras preguntó el calatravo por Ahmed, y Yurem y Durán le contaron su repentina marcha por los turbios asuntos de su pasado (que habían dado con él en plena ivestigación), así como Bermudo y Nazeh contaron cómo el viejo Simplicio habíales revelado que presenció un asesinato varias noches, el del jurado, justo en el lugar de vuestra masacre a los alguaciles, y que reconoció a uno de los que le cosieron a cuchilladas: "el Bonilla" (ya teníais un nombre), "El Barrio de San Lorenzo" (el lugar donde para el fulano).

Bonito apodo -refirió Casimiro-. Tan sólo hemos de tirar del hilo... en breves conseguiremos respuestas. ¡Vamos! Hemos de salir de aquí cuanto antes....

Salísteis de allí como alma que lleva el Diablo; y el Diablo se diría igual que Abid, Bermudo, Diego, Durán, Nazeh, Yurem, Zaif e incluso... Casimiro, pues ni el Maligno mata tan cruelmente como vosotros lo hicísteis. Al menos vosotros teníais una buena razón: no dejar cabos sueltos.

Con las capas, capuchas y abrigos sobre vosotros, salísteis de la calle de las Siete Revueltas. Aún quedaban cosas por averiguar.

::FIN::

Reparto de Experiencia:

Abid: 20 P. Ap + 10 P. Ap por criterio personal

Zaif: Sin P. Ap + 5 P. Ap por criterio personal

Bermudo: 20 P. Ap + 5 P. Ap por criterio personal

Diego: 20 P. Ap + 5 P. Ap por criterio personal

Durán: 20 P. Ap + 5 P. Ap por criterio personal

Yurem: 20 P. Ap + 5 P. Ap por criterio personal.

Nazêh: 20 P. Ap + 5 P. Ap por criterio personal.

Comerciar, he subido 1, la tenía en 20, ahora 21.

Hondas subo nueve puntos, 6 de ellos para subir a 60 ya que valen dos cada uno, y uso 18 para subir otros 6 quedaría en 66.

25 - 1 - 6 - 18 = 25