Partida Rol por web

Sabine sintió un montón de alivio cuando vio la gasolinera de lejos. ¡Estaban a salvo! Por el momento, al menos. Todavía tenían que pensar cómo iban a mantener escondida a Em hasta que los señores malos se olvidasen de ella. Y parte de la mente de Sabine estaba en su bici, no le gustaba haberla abandonado, tendrían que ir a buscarlas en cuanto pudieran. Al día siguiente como muy tarde. 

Cambió el peso de una pierna a la otra, inquieta, y miró a Elodie y a Em alternativamente.

—Ha sido increíble. Te han cambiado los ojos de color y se han puesto azules y «flusssshhhh» —escenificó, también con los dedos—. El fuego. 

Se quedó callada un momento, mientras seguía oscilando con aquel baile que era producto de los nervios del último rato.

—Pues yo creo que podemos esconderla en la gasolinera por ahora. Y luego puede ir a dormir a casa de Hannah, disimulará entre sus hermanas. Y mañana podemos cambiarla a otra casa. Cada día a casa de uno. Y así nunca sabrán dónde está porque se irá moviendo. Hasta que se olviden de ella. Mientras deberíamos buscar a sus padres, puede que estén preocupados. Si tiene. —La miró, preocupada de repente—. ¿Sabes si tienes padres?

El tercer carrerón empezó a dejar exhausta a Hannah. Respiró con ansia por la nariz y la boca y se atragantó con el olor a gasolina, tosió y tosió, hasta que le dolieron los pulmones.

-Jopé, qué mal. -¿Esto tenía que soportar todos los días MJ? Hannah reflexionó qué era peor, si los pañales sucios de su hermanita o el combustible en el aire. Las palabras de Elodie la sacaron de su introspección pasajera, dejó de pensar en banalidades, miró hacia el bosque, y de momento hombres de negro, o reptilianos, o venusianos, no aparecían. 

Elodie estaba mal. Se arrodilló delante de ella, mojó su pañuelo en el agua de la botellita y se lo pasó por la frente, las mejillas y el cuello. -Respira, eso, con calma, poco a poco, Elodie. Ya no nos siguen los reptilianos -había que darle confianza, pensó.

Se encogió de hombros -Daremos la vuelta por el otro lado...eh...no. Podemos llamar desde el teléfono de la gasolinera a mi madre. Vendrá a recogernos, Emily se puede quedar conmigo, con tantas hermanas una más no se va a notar. 

Alzó la cabeza hacia los demás -¿Qué os parece? ¿Estás bien, Alex? Vaya ojo. Bah, en unos días se cura.

Tenían el camino libre, Alex corrió pero dejó que todos pasaran delante para cubrir la retaguardia. A los pocos minutos el grandullón se dió cuenta de que Hanna y MJ llevaban a Em en volandas y cuando las vio cansadas las sustituyó. 

Sabine les dirigía y rápidamente les sacó del bosque para llegar a la gasolinera, donde se refugiaron. Allí Elodie se preguntaba que hacer, hasta que Sabine pensó un plan tan astuto que Alex se le quedó mirando asombrado. Era genial, nadie se fijaban en las niñas, y podía rotar entre todas, como "amiga" para los padres y "hermana" para los enemigos. 

—Qué buen plan —dijo Alex y luego respondió a Hannah— Sí, no es nada. Si nadie se queja a mis padres no habrá problemas. 

Él jugaba en el equipo, los cardenales y demás rozaduras eran algo normal. 

La carrera de vuelta fue la más larga de todas, y Mike empezaba a notar de forma seria el cansancio. Menos mal que la adrenalina les espoleaba, porque no tenía todas consigo de que lograsen escapar, pero finalmente pudieron llegar a la gasolinera de MJ sin problemas. Se inclinó para apoyarse en sus rodillas, jadeando, y se limpió el sudor de la frente con el antebrazo.

—Fiu... lo logramos...

Levantó la vista, y comprobó que aunque todavía no se había puesto el sol, era más tarde de lo que había calculado. Su madre le iba a echar una de las gordas... Pero lo peor no era eso, si no el lío en el que se habían metido. Escuchó el plan de Sabine, y le vio unas cuantas lagunas. Eso de "cada día a casa de uno" sonaba genial, pero... ¿se lo permitirían sus respectivas familias? Claro, podían mantenerlo en secreto, pero... Mike no podía evitar pensar que antes o después se descubriría el pastel.

Miró a Em. No sabían nada de aquella chica, que iba descalza y podía cambiar el color de sus ojos y prender fuego a los demás como por arte de magia. Sólo que la perseguían unos tipos de negro que no dudaban en drogar y pegar a niños como ellos. Ayudarla significaba meterse en un lío bastante gordo, pero Mike se fijó en su expresión inocente y confundida. ¿De verdad podían dejarla a su suerte?

Suspiró y se encogió de hombros. Sabine y Hannah tenían razón, y Alex también estaba de acuerdo.

—Muy bien... está decidido —dijo—. La ayudaremos. Pero nada de ositos de gominola. Sólo nos faltaría que apareciese un oso en el pueblo...

Comentó aquello en tono de broma, pero si esa niña podía conjurar llamas de la nada... ¿qué más poderes extraños tendría? Aún tenían mucho que descubrir sobre Em, a Mike no le cabía duda. Miró una vez más al atardecer, y no pudo evitar una sonrisa.

—Pues para ser el primer día de vacaciones... no ha estado nada mal, ¿no?

Entre las dos pudimos levantar a Em (más o menos) y arrastrarla (más o menos) hasta que llegó Alex y cogió la totalidad del peso de la niña. La scout nos guio fuera del bosque y terminamos apareciendo en casa. Literalmente en mi casa. Parpadeé un par de veces, desubicada y aliviada. Me giré hacia el resto. Todos estábamos cansados, sucios hasta la coronilla. Alex con el ojo morado, Elodie hiperventilando… Menuda tarde más guapa nos había quedado.

Me tiré en el suelo junto a Elodie y le froté la espalda con cuidado, intentando calmarla junto con los cuidados de Hannah.

― Aquí tampoco llamará mucho la atención. Mi padre no se entera de nada, y les puedo decir a mis hermanos que Em es una amiga que se ha peleado con sus padres. Lo entenderán, ellos traen a muchos colegas suyos a dormir y no pasa nada.

Miré a la extraña niña, que todavía parecía medio atontada por lo que pasó en el bosque.

― Pero si quieres que sigamos de una pieza más te vale guardarte los trucos de magia para cuando no estés aquí. Ya sabes. Boom -añadí, haciendo con las manos la forma de una explosión tremenda.

Me reí ante el comentario de Mike y me levanté del suelo, ayudando después a Elodie.

― Pues venga, vamos para casa para que Hannah pueda llamar a su madre. Puedo birlar unas cocacolas de la tienda, seguro que Kevin se hace el loco y no nos hace pagarlas.

Em asintió levemente a la pregunta de Elodie, parece que ella había sido la causa de aquellas llamas espontáneas que habían parado a los señores con traje. Seguramente esa era la razón por la que la buscaban y la razón por la que debían esconderla. Miró como sus nuevos amigos debatían qué hacer para esconderla.

-No boom- negó repetidas veces, respondiendo a MJ sobre no usar sus trucos en la gasolinera, pese a que parecía aún algo intimidada por la chica, había comenzado a fiarse de ella y del resto.

Sonrió a todos, se limpio con una mano los pies descalzos y luego se rascó la cabeza un poco, el pelo despeinado parecía que le picaba. Ahora que se daban cuenta la chica necesitaba un baño con urgencia. No es que los baños fueran plato de buen gusto, pero en este caso sería recomendable si la iban a esconder, al menos que el olor no la detectara.

Habían escapado de las manos de aquellos hombres trajeados, de un oso y de los hermanos Kirby. Sin duda había sido un día completo para ser el primer día de las vacaciones de verano. Además Hannah tenía un trofeo de la casa Jenkins, que les permitiría demostrar a todo el mundo que habían estado dentro.

Ahora tenían muchas cosas por delante que pensar: ¿Cómo había llegado Em a la casa? ¿Por qué la perseguían exactamente? ¿Cuánto podrían esconder a su nueva amiga? ¿Sería aquel oso lo que atacaba a los turistas que se adentraban en el bosque? ¿Les dejarían los hermanos Kirby en paz?

Y la más importante de todas... ¿Cuándo podrían ir a buscar sus bicis? Habían quedado en la casa Jenkins, escondidas bajo un matorral, ¿estarían bien? ¿Se las habrían llevado los hombres trajeados?

Pronto las preguntas dejaron de agolparse en sus pequeñas cabecitas, en cuando dejaron a MJ pedir pizza para todos y regarla con coca cola fresquita. La diversión comenzó de nuevo, como si estuvieran de cumpleaños. Ya se ocuparían de las cosas importantes mañana, total, quedaba mucho verano por delante, ¿no?