Partida Rol por web

Algo olía mal... Un olor nauseabundo inundaba mis fosas nasales. ¡Boris se había cagado encima! Al ver al pterodáctilo planear, se lo había hecho encima. Torres se acercó a nosotros para indicarme que corriera hacia las casetas, y creo que eso era lo que iba a hacer. Pero cuando iba a salir disparada con él, pasaron dos cosas. La primera, la pedazo de pifia hostia que se había dado Borjius y la segunda, que recordé que en la casacoche de Boris había dos pepinacos de ordenadores. Quizás desde allí, protegidos de los ataques del Piolín gigante, el ruso podría hacer algo.

-"Ayúdame a levantarle Torres. Tenemos que ir a su caravana, donde tiene los superordenadores."

Me agaché y agarré fuertemente al hombre, tiré de él para arriba y empecé a arrastrarle hacia su caseta. Estaba segura de que si Torres me ayudaba, llegaríamos en un periquete a su caravana.

Borjius se dio cuenta de que el pterodáctilo volaba hacia él. Aquella cosa prehistórica iba en picado hacia él. Sus finas pero largas alas se doblaron un instante antes de que el largo pico pudiera hace mella en el cuerpo de Borjius. Éste se lanzó al suelo... pero en su intento de rodar ante la pasada del ser volador... se tropezó. Un pie chocó contra el otro, y más que rodar se cayó al suelo de una manera ridícula y estrepitosa...

Claro que, justo antes de que el animal apresara al muchacho, Torres corrió un poco hacia la caravana, se detuvo, tomó una piedra del suelo y usó su tirachinas... ¡¡ P A F !! Lejos de hacer volar la piedra, lo que ocurrió fue que la goma del utensilio, al ser tan estirada, se rompió, y le devolvió a torres un zarpazo en la cara que se llevó las manos al rostro...

El dinosaurio trató de picotear el cuerpo de Borjius justo despues del intento de Torres. El muchacho comenzó a gritar y llorar (no a cualquiera le ataca un dinosaurio todos los días). Sin embargo, el animal no logró taladrar el cuerpo del joven, que yacía en el suelo tras la caída. Eso sí... ahora lo tenía a su merced.

Mientras tanto, Ana trató de tirar del mecánico ruso. El caso es que éste no estaba herido, ni inconsciente, ni nada por el estilo (sólo bastante "cagado de miedo"). Asique, en cuanto vio que la chica trataba de tirar de él, le dio un manotazo, con el pertinente insulto en su idioma (en realidad se había agachado de puro miedo, pero nada más). Mientras el Pulpo seguía girando a toda pastilla y aquella abertura espacio-temporal seguía activa, Boris se levantó por él mismo, miró cómo el dinosaurio cargaba contra Borjius y luego observó el portal... Iron Maiden, por su parte, trató de correr hacia las caravanas.

Boris, entonces, quedó mirando aquella abertura, y luego miró al dinosaurio y al la feria. Apretó sus labios mordiéndoselos, apretó sus puños, y echó a correr hacia el portal. Una vez que estuvo a su altura, saltó en él como alguien más joven que él, con esa misma viveza y determinación. ¡¡En cuestión de segundos desapareció en el interior del portal, siendo absorbido de una manera increíble!! Cuando lo hizo gritó un nombre... "¡Milenka!"

El Pulpo, entonces, comenzó a doblarse sobre sí, en torno al portal. Era como si esta abertura comenzara a absorber la atracción al tiempo que giraba... ¡¡ALGO MÁS PASABA!!

Después del ataque del dinosaurio no esperaba ver a mis amigos mas, bueno a mis amigos ni a nadie. Una vez me quedé a gusto de llorar abrí los ojos y sorprendentemente estaba vivo ¡Qué digo vivo! estaba enterito, ni un rasguño, excepto los hechos por mi torpeza.

Poco me duró la alegría, cuando miré al cielo otra vez el bicharraco venía a por mi de nuevo, esta vez con las garras por delante. Intentó llevarme, pero ahora estaba listo y ya no me quedaban ganas de llorar mas, así que solo me quedaba zafarme de su intento. - Largo monstruo. Déjame. - No se bien ni como pasó, supongo que subestimo mi tremenda fuerza, pero logré que me dejase en paz, como salga de aquí voy a recordar este día toda mi vida.

Me levanté otra vez para seguir corriendo hacia un lugar mas seguro justo cuando el loco de Boris se lanzó al vórtice. - Pero que hace ese loco. - Les grito a mis amigos.

Boris se resistía a mi agarre y me apartó de un manotazo. Se levantó y se fue corriendo en dirección contraria a la nuestra, hacia el vórtice. Vi como llegaba al portal y se introducía en él gritando algo, Minerva o algo así. Ya no había nada que pudiéramos hacer por ese pobre diablo. El pulpo ahora parecía desdibujarse, engullido por el vórtice espacio-temporal, como un agujero de gusano que se traga todo. Ahora sí que había que correr como alma que lleva el diablo. Vi que Torres corría, así que puse el turbo, pero al cabo de unos metros se paró y sacó su tirachinas. Yo seguí corriendo, sin saber qué hacía, hasta que vi que disparaba al bicho prehistórico para intentar salvar a Borjius, que peleaba como gato panza arriba en el suelo. Yo iba a seguir mi idea, así que corrí como un guepardo hasta la caravana de Boris, abrí la puerta y fui hasta los superordenadores. Con la navaja en la mano, empecé a cortar cables de datos.

Vaya latigazo que me llevé en la cara. Fue tremendo. Bueno, no tanto. Cómo picaba, ahggg. Me aparté un momento mientras me acariciaba la cara, si que soy idiota, esto no me había pasado nunca. Entonces alcé la cabeza, ¡Borjius! Por suerte no se lo habían comido el bicho prehistórico. Y ahora corría veloz a toda leche, con lágrimas en los ojos y alas en los pies.

-¡Corre, corre, Borjius, que te pillaaaa!

Ana por su lado también corría hacia la caseta de Boris. Mírala, si es que hasta tenía estilazo para correr, igual que una galga. ¿Qué le faltaba a esta chica? Y encima molaba más porque se comportaba casi como un chico. La amiga ideal. O algo más…no se…Wala. Y Boris corriendo para el otro lado, zambuyéndose de lleno en el vórtice. Estaba loco! O…o nos quería salvar…

¿Se cerraba el agujero del cielo o me lo imaginaba? Me quedé dubitativo, y como veía que el pterodáctilo continuaba azotando a Borjius, probé suerte otra vez con el tirachinas. Que no le iba a hacer nada, pero al menos podría distraerlo un poco

El pterodáctilo abrió sus garras y cogió a Borjius por los hombros, apretando su ropa contra su carne mientras comenzaba a aletear. Los gritos del muchacho no alertaron al animal, pero Borjius intentó zafarse, moviéndose y pataleando. Una sensación terrible de angustia lo dominaba y, quizá de tanto estímulo por aquel miedo, logró zafarse de las garras del animal justo cuando éste ya lo estaba levantando. El muchacho cayó al suelo desde una altura de casi dos metros, pero no se hizo rasguño alguno (sólo el leve impacto por el golpe). El Pterodáctilo no interrumpió su vuelo, sino que su instinto lo llevó a batir sus alas con fuerza e impulsarse hacia arriba (tal vez para dar una vuelta en el aire, tomar carrerilla, y lanzarse en picado con la misma u otra víctima). Borjius luego corrió, una vez libre, dirección a las caravanas.

Mientras tanto, Torres lanzó otra piedra. El tirachinas esta vez actuó como debiera, pero al estar el dinosaurio ya en el aire, la piedra se desvió y cayó en la chapa superior de una de las caravanas de los feriantes. El Pulpo aún giraba sobre sí y el agujero se extendía, poco a poco, haciéndose cada vez más grande...

Por su parte, Iron Maiden acabó por llegar hasta la caravana de Boris. Con su navaja comenzó a cortar los cables de que había allí dentro (que no eran sino los de los dos computadores que seguían operando. La muchacha se alertó, puesto que en las pantallas ahora la cuenta atrás estaba agotada, pero también había una especie de mensaje de error o precaución en caracteres del idioma ruso. Ella entendió que algo no iba bien (bueno, no iba bien desde hacía un buen rato) por los rudimentarios iconos que aparecieron en dichas pantallas (tales como cruces, parpadeos y cosas así). El caso es que Maiden tuvo cuidado en no cortar los cables de alimentación, y entonces los dos computadores se detuvieron, quedándose como "colgados" o "congelados".

Afuera, a la vista de Torres y tal vez de Borjius (aunque este aún corría hacia la caravana) el portal comenzó convulsionar. El pulpo seguía moviéndose en su movimiento angular, pero continuaba retorciéndose hacia el agujero espacio-temporal que lo estaba absorbiendo. ¡¡ FASHH !! Más chispazos hicieron que Torres, ahora principal testigo de lo que ocurría, se agachara un poco de manera instintiva ante ese petardazo eléctrico; pero el dinosaurio que volaba dio media vuelta en el aire, en un elipsis perfecta, y batió un par de veces sus alas. La fina pero eficaz musculatura de la parte superior de sus alas fue suficiente como para que el chaval viera que aquel bicho volaba veloz y en picado hacia él... ¡¡en picadooo!!!

Torres se asustó mientras Borjius llegó a la puerta de la caravana de Boris y vio allí dentro a Maiden cortar cables. El explorador interpuso sus brazos por delante, al igual que lo haría cualquiera ante un peligro inminente para tratar de protegerse. El instinto humano.

Entonces el pterodáctilo, volando hacia el joven sin piedad, abrió su pico y, cuando estuvo a UN PURO METRO DE DISTACIA.... ¡¡¡PLOPFFF!!! desapareció sordamente, al mismo tiempo que el agujero tragaba la atracción del Pulpo por completo y, como colofón final, desaparecía de la existencia y dimensión en la que vivíais.

Torres sintió un pequeño vendaval en su rostro, y su flequillo ondeó al viento un instante. Luego bajó sus brazos y manos y trató de mirar hacia delante... allí no había nada ya: ni dinosaurio, ni agujero, ni atracción (bueno, sólo la base de ésta, totalmente requemada, sobre un socavón gigante y redondo que había dejado, de manera deducible, la ahora desaparecida atracción del Pulpo en su constante y aterrador movimiento circular. La maraña de cables que se unían a él habían sido arrancados (tal vez de la absorción del agujero), y estaban ahora desparramados e inservibles por el suelo. La cabina de tickets del Pulpo, debido a la inercia de la situación había volcado.

El sol brillaba arriba, perenne y testigo de los hechos.

Los ordenadores estaban KO, fijos, se habían quedado congelados. Una calavera y dos tibias cruzadas salían en las pantallas, como en la bandera pirata. Algo había pasado, ya que un ruido de succión, como de tubería cuando se iba el agua por el lavabo, había sonado fuertemente. Me di la vuelta y vi a Borjius justo en el dintel de la puerta de la caravana. Estaba agachado, hecho una bola, como si se protegiera de algo... ¡Del pterodáctilo! Un silencio extraño se notaba por la feria, como cuando pasa una tormenta y luego solo hay paz. Fui corriendo hacia Borjius para agarrarle y meterle en la caravana, pero al llegar al quicio de la puerta, me quedé mirando asombrada lo que había fuera. El pulpo ya no estaba, solo un enorme socavón en el suelo. Ni rastro del enorme animal prehistórico. Y Torres, él estaba agachado, con el pelo despeinado, unos cuantos metros más allá. Al parecer todos estábamos bien y lo que quiera que hubiera hecho Boris ya había pasado. Salí de la caravana y ayudé a Borjius a levantarse.

-"¿Estás bien? Creía que esa cosa te iba a comer y cagarte después." Le dije preocupada.

Agarrada todavía a mi amigo, le llevé medio arrastrando hasta donde estaba Torres. Una marca le cruzaba la cara, dejándole esta bastante colorada, como un tomate. No pude resistirlo y salté a abrazarlo fuertemente, de lo nerviosa que estaba. Su contacto hizo florecer de nuevo los sentimientos que poco a poco iba teniendo cuando estaba a su lado. Nuevamente noté cómo mis carrillos empezaban a ponerse colorados y me entraba mucho calor por todo el cuerpo.

-"¡Estás bien! Pensaba que venías corriendo detrás mía y cuando llegué a la caravana del ruso y vi que no estabas, yo... Bueno... Me preocupé."

Me aparté de su contacto, aunque mi cuerpo se resistía a ello. Carraspeé un poco y me moví para estar de frente a mis dos amigos. Cada uno teníamos alguna pequeña herida, pero nada grave. La suerte había estado con nosotros esta vez y ahora teníamos una historia increíble que nadie se creería. Esto nos marcaría y uniría aún más para toda la vida, ya que no se nos olvidaría nunca lo sucedido en las fiestas de este año.

-"Estamos todos bien, ¿verdad? Parece que Boris creó una máquina del tiempo o algo así. Y que lo hizo para buscar a su mujer, la señora que salía en la foto que encontré. Antes de meterse en el agujero gritó un nombre, Mikaela, creo. Bueno, el caso es que ya ha pasado todo y estamos más o menos bien. Tenemos una buena historia para contar, ¿no?" Dije sonriendo a mis amigos.

Ahora estaba más calmada y contenta. Había recuperado mi walkman, habíamos vivido una situación alucinante y creo que sentía algo por mi amigo. Miré a Torres de reojo, sabiendo que este año escolar que comenzaba en breve, iba a ser muy especial para mi. Alargué mi brazo derecho y le cogí de la mano. A partir de ahora pasaría más tiempo, si cabe, con él e intentaría conocerle más íntimamente.

- FIN DE MI HISTORIA -

Me libré por segunda vez del ataque del dinosaurio ya no sabía ni a quién o que agradecerlo, pero tampoco pierdo el tiempo en pensarlo ni en mirar atrás, me levanto de la caída que no ha sido mas que un golpazo y hecho a correr como un loco buscando refugio hacia la caravana.

Antes de llegar cuando ya estaba reventado de la carrera Maiden sale de la caravana y se queda mirando. - ¡Pero no te quedes como una pasmarote! Sálvame del bicho ese. - Al ver que no me hace mucho caso, me giro para ver lo que estaba mirando. - Casi me come sí ¡Y dos veces! Pero el que se ha cagado de miedo soy yo. - El vórtice seguía haciendo cosas extrañas, pero lo mas importante es que el dino ahora iba a por Torres, busqué algo para ayudarle, pero no encontré nada y además estaba agotado.

Cuando el pterodáctilo iba a alcanzar a Torres el agujero temporal dio un espasmo y se tragó al dinosaurio y a la atracción de golpe y enteritos, dejando en su lugar un boquete en el suelo. Afortunadamente no alcanzó a nuestro amigo.

Maiden y yo fuimos al encuentro de Torres. - ¿Estás bien colega? Hemos tenido suerte al final. - La explicación de Maiden tenía sentido, desde luego una máquina del tiempo es la única cosa que puede hacer aparecer un dinosaurio. - Ha sido una pasada, seguro que es la mejor historia del mundo, aunque no creo que nadie se lo crea. - Digo con resignación.

Bueno no habíamos podido disfrutar de la feria todo lo que hubiésemos querido, pero a cambio teníamos una aventura que no olvidaríamos nunca. - Tíos este curso tenemos anécdotas de sobra, nos lo vamos a pasar genial, bueno seguro que unos mejor que otros... - Doy un codazo a Maiden y Torres a la vez que suelto una risita, igual se pensaban que no se notaba.

Se me va a hacer largo el año hasta las siguientes fiestas, pero al menos pasaría el tiempo con ellos, eran mis amigos y eran los mejores.

Yo estaba ahí quieto parado, mírame y no me toques, medio encogido sobre mí mismo. Mis ojos oscilaban a un lado y a otro, derecha, izquierda. No me podía mover, again. Y blanco como el papel de fumar, como el hielo del ártico, como mmi abuelita cuando se murió.

-Estoy bien, chicos. Creo. –me palpé los brazos, las piernas, el pecho, la cara. Uy. Aquí sí que me dolía. Entonces el abrazo de Ana me sorprendió y no supe reaccionar más allá de una sonrisa.

-Pensé que…que…-balbuceé-  no lo contaba. Se echó sobre mí el pterodáctilo. Y también creí que te comería y te masticaría como pipas, Borjius.

Estábamos alucinando. Yo miraba anonadado a mi alrededor y escuchaba la teoría de Maiden. Asentí con la cabeza- Tiene sentido, sí, ¡una máquina del tiempo para regresar con su amada! Qué cosas –Eso no lo entendía bien. El mundo romántico lo vivían más las chicas, que nosotros estábamos por otros juegos más viriles. Aunque ahora había algo que nacía en mí. ¿Le sucedería a Borja lo mismo con alguna chica? Tenía que preguntárselo a solas.

Miré a Ana. Y ahora yo le di el abrazo que antes no supe corresponder. –Me pillaste cuando creí que estaba muerto. –La estreché un poco más entre mis brazos imitando a mi padre con mi madre. Me recorrió un nosequé todo el cuerpo, una sensación que no supe definir. La liberé y, si ya estaba rojo por el golpe de la goma, me puse el doble, como los culetes de los mandriles del zoo.

Luego negué hacia Borjius.- Nadie nos va a creer. Menudos troleros dirán que somos. Eso o…peor todavía, que nos echen la culpa de lo que ha pasado, vámonos deprisa.

Y eso hicimos, alegres, vivos, con una historia para el futuro impresionante, seguro que nos íbamos a tirar tardes enteras en el refugio reviviéndola. Un agujero al espacio tiempo…era posible…¿O seria todo un sueño, una pesadilla?

-La feria de este año nunca se nos olvidará, eh. –comenté, de la mano de Maiden. Sonrojado, sonriente. Con el corazón a cien. Y no era por el dinosaurio. No. Era por el contacto de sus dedos entrelazados con los míos.

EPÍLOGO.

Un pterodáctilo, una atracción girando sin sentido (ni frenos), una caravana en la que se ejecutaba un programa de cuenta atrás y un vórtice espacial... A estas alturas los precisos impactos de la balinera con los que Borjius y Torres ganaron los Zippos y fardaron de ello, o bien la pérdida y el encuentro de Maiden con su walkman, serían para ellos una simple anécdota al lado de lo que os había ocurrido.

Borjius se dio cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Observó cómo se abrazaron, y cómo luego se dieron la mano. Quizá éste lo sabía desde hacía tiempo (muy en el fondo), y le alegraba ver a sus dos amigos ahora más "felices" entre sí.

Pese a estar vivos, lo alegre de la supervivencia no era sino el comienzo de una larga etapa de investigación: ¿los apagones en la feria estarían relacionados con las fechorías de Boris? ¿Quién o, mejor dicho, QUÉ había producido ese socavón en el recinto ferial? ¿Dónde estaba la atracción del Pulpo? ¿Y qué se supone que hacían esos dos ordenadores que el mecánico de la feria tenía en su haber? ¿qué rutinas programaba?

Demasiadas preguntas y pocas respuestas, de momento. Tan sólo tres testigos de los hechos (pues un cuarto, el feriante que os encontró, había huido de la feria tal como él mismo os aconsejó) observaron los acontecimientos antes de que apareciera el vórtice espacio-temporal (mientras giraba el Pulpo, exactamente). Además el guarda de seguridad del Ayuntamiento de Laguna alta tendría que explicar su ausencia durante esa mañana, pues no vísteis rastro de éste en vuestro periplo. La ristra de interrogatorios y relatos por parte de las autoridades locales (también hacia vosotros) no estaba sino a punto de que comenzar... Mientras tanto, aún quedaban unas horas de fiestas patronales, que sin duda se verían sombreadas por los extrañísimos acontecimientos ocurridos en la desierta feria, en aquel viejo recinto industrial.

Pronto, muy pronto, comenzaría el año escolar; pero aquella aventura vivida jamás podríais olvidarla. Aún quedarían muchos años antes de que pudiérais contarla con pelos y señales... con la convicción de alguien OS CREYERA por completo.

LA AUTÉNTICA VERDAD

Boris Schvelenko, mecánico de la feria en un país tranquilo y en plena ebullición tecnológica y cultura..

En realidad Schvelenko era un reputado científico ruso, responsable de un proyecto secreto del gobierno de su país relacionado con los viajes en el tiempo...

La prueba de un prototipo de “portal temporal” diseñado por él un par de años atrás acabó en tragedia, ocasionando la muerte de siete miembros de su equipo, entre ellos su mujer, Milenka. Por supuesto, Schvelenko huyó de su patria, evitando así ser castigado, y acabó escondiéndose en una feria ambulante (un lugar perfecto para ser nómada, viajar continuamente, y evitar ser encontrado), con el beneficio y coartada de trabajar como mecánico de las atracciones de la misma. Desde entonces, Schvelenko no dejó de trabajar en su proyecto y desde hacía un tiempo pretendía replicar su antiguo prototipo de "portal" utilizando las atracciones de la feria, con el objetivo de viajar al pasado, corregir los errores que cometió y salvar a sus compañeros científicos y al amor de su vida... El Pulpo era la atracción que Boris modificó para crear la réplica, potenciándolo con los componentes tecnológicos necesarios para su funcionamiento y añadiéndole unas rutinas informáticas desde dos computadores ubicados en su propia caravana, los cuáles lograrían abrir el portal en sí a través de una cuenta atrás y muchos cálculos de estados de la Entropía universal...

Sin embargo, durante la estancia de la feria en el recinto industrial de Laguna Alta, Boris ejecutó dos intentos de activación del portal (que no hicieron sino causar de los dos apagones vividos en la ciudad, siendo el segundo un atisbo de la Guerra Civil española en aquel paraje, con la Brigada 57 en el Baluarte del pueblo y sus alrededores...).

En cada uno de estos intentos, Boris estuvo a punto de conseguir abrir un portal que lo llevara al pasado. Eso sí, cada uno de esos intentos causaron “resonancias temporales” en Laguna Alta. Estas anomalías y disrupciones eran breves ventanas temporales que conectaban el pasado y presente de la ciudad. Aquella mañana, aprovechando que el Ayuntamiento de Laguna Alta detenía la feria para proceder a una inspección a las atracciones por parte de los técnicos del consistorio, Boris decidió probar su prototipo a pleno rendimiento. Antes de vuestra llegada en la búsqueda del walkman de Ana, logró tejer una red de cables de datos y adherir al Pulpo un gran cable de alimentación eléctrica.

Lo que no sabía Boris es que sus datos volvería a ser erróneos y que, una vez se alcanzara el 100% de carga, el prototipo explosionaría causando un radio de destrucción de varios kilómetros. Menos mal que Ana, en su intento de desbaratar los planes del científico, cortó los cables de datos de los computadores, acelerando así el avance del portal (rompiendo la cuenta atrás), y al mismo tiempo evitando una grandísima explosión que podría haber destruido toda Laguna Alta...

Una vez que el mecánico entendió que aquellos tres muchachos acababan de frustrar su plan al desconectar el gran cable de alimentación, éste sólo tuvo tiempo de tomar una decisión antes de que el portal se cerrara... Y esta decisión no fue sino la de saltar a través de él, sin tener en cuenta la franja temporal que el portal logró abrir... (os atacó un dinosaurio, por lo que podría decirse que la franja databa del pasado prehistórico de Laguna Alta).

Lo que nunca supísteis fue cuál habría sido el destino del científico ruso "al otro lado", ni si tal vez logró salvar a sus congéneres o su esposa. Mientras tanto, las gentes de Laguna Alta quedaron al margen, ignorantes de tales hechos, los cuáles, ni tan siquiera las autoridades locales, lograron discernir del todo tras un año de investigación y otros tantos posteriores.

FIN