Partida Rol por web

El Bosque de los Elfos

ACTO I - Hargendorf

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21/01/2021, 12:30
Director

Notas de juego

A tres patas lo tengo yo desactivado hasta nuevo aviso. 

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22/01/2021, 21:34
Valentina D’Hondt

Estaba claro una cosa y era algo que había aprendido con el paso del tiempo, y eso era que los nobles imperiales eran muchas cosas, pero útiles, ni lo mas mínimo, así que parecía que no iba a ayudar, "yo se poco de magia, frau Folsga, así que me fio de vuestro criterio para guiar nuestros pasos y evitar otra batalla una vez que se han marchado los norteños" le digo a la hechicera mientras pienso, "¿que he hecho yo para meterme en asunto con magia?", aunque la verdad es que en principio no estaba siendo peor que los caminos llenos de mutantes, bandidos y hombres bestias, de momento.

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25/01/2021, 02:15
DIRECTOR

Las calles de la helada ciudad de Hargendorf, desoladas cual campo de batalla, se prestaban silenciosas y taciturnas como el humor general de las gentes del lugar. Hace dos meses que el asedio terminó, que el Conde Elector en persona dispuso a un noble pomposo y estirado para dirigir la reconstrucción de la ciudad y el mismo tiempo que los norses supervivientes se dirigieron al sur, huyendo de las tropas imperiales.
La nieve cubre buena parte de las calles, ahora desoladas, acumulándose sobre los fríos restos calcinados y derruidos de lo que antes eran humildes casas, gloriosos templos y magníficas estatuas.

Pero hoy relucía el sol por primera vez desde hace meses. La ciudad bullía de vida en una frenética actividad de reconstrucción. Los carpinteros serraban y clavaban, los picapedreros tallaban la piedra y las fraguas de los herreros ardían como el mismo sol, calentando el metal para su rítmico cantar de martillos, mientras los carros de leñadores traían madera nueva y el horno del castillo, el único en pie, cocía pan reciente para las escasas tropas que habían quedado a guardarlo.
Solo faltaba un día para el aniversario de la fundación del imperio del hombre, cuando Sigmar Heldenhammer juntó a todas las tribus de hombres bajo una unidad contra las fuerzas que acosaban a la humanidad. Mañana el horno del castillo repartiría pan caliente reciente entre la gente para celebrar el día de la fundación. Y el taciturno humor se había relajado un poco.
Los banderines de colores, cosidos por las mujeres, lucían en las calles de balcón en balcón sobre estructuras de reciente construcción o esqueléticas moradas carbonizadas. Un único banderín negro recordaba a las víctimas y desaparecidos en la batalla. La gente quería olvidar y vivir, demostrando de ese modo el espíritu de superación del hombre. Pero no todo caía en el olvido.

El Enano de Roble, la única posada abierta de la ciudad, es el punto de congregación de foráneos y extranjeros. Los bienes y servicios son escasos, no hay vino y la cerveza escasea. La comida se limita a sopa de pescado y el alojamiento consiste en el frío suelo de madera del mismo comedor, pues solo se puede usar madera para cocinar debido a las restricciones por la reconstrucción de la ciudad. Pero es en ese lugar donde se congrega la mayoría de la gente para cotillear o intercambiar servicios comentándose los trabajos de reconstrucción, la restauración de barcos para el comercio de bienes básicos y los rumores locales que te mantienen ocupado en una ciudad que agoniza. 
Ahora mismo se debaten allí los inconvenientes de un portal que hace unas horas fue encontrado entre las ruinas. Dicen las gentes que unos demonios aparecieron matando a aquél que encontraban a su paso. Falacias, mentiras y cuentos para asustar a los niños y a los viajeros. Deberían poder verse los cuerpos de los demonios de ser verdad, y no hay nada.

En la posada hay lugareños y foráneos, todos al parecer, congregados alrededor de una mujer de oscuro cabello y manto gris raído, que bebe de un vaso de barro mientras su bastón descansa sobre la barra a su lado. 

La ciudad parece muerta, y un forajido como tú debería largarse cuanto antes a un lugar donde no hubiera una guarnición de soldados o acabarás igual de muerto que la ciudad.

Notas de juego

Entra cuando quieras.

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26/01/2021, 00:22
Mathilda Folsga

La humana permaneció callada durante un rato meditando vuestras palabras mientras jugaba con el vaso, y de vez en cuando daba un sorbo.

-No queda otra que irnos de la ciudad.- Fue su tajante respuesta.

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26/01/2021, 00:24
DIRECTOR

El posadero quedó atónito ante las palabras, al igual que la mayoría de lugareños que se habían congregado en la posada, bien para cotillear acerca de lo ocurrido, bien para aportar su escasa ayuda.

Aldeano- ¡ES EL COLMO!.- Chilló un aldeano. -¡Esta mujer pretende que nos vayamos, que olvidemos todo por lo que hemos luchado y sufrido... sin olvidar nuestros seres queridos que yacen bajo la tierra de la ciudad, y que nos marchemos por que lo dice ella. ¡ESTÁ LOCA!.-

Marak Piedranublada (Posadero) -Yo no abandono mi posada.- Fue la ruda respuesta del tozudo posadero.  

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26/01/2021, 04:26
Franciscus Volger

- ¿Debemos irnos? ¿Ahora? - Preguntó Francisus extrañado ante las palabras de aquella mujer. - ¿No estábamos tratando de proteger la ciudad? No lo entiendo frau Folsga. Creía que pretendía usted erradicar el mal que afecta a esta ciudad. - Chasqueó la lengua y negó con la cabeza. - ¿Que es lo que le ya hecho cambiar de opinión? ¿Por qué tenemos que irnos ahora?

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26/01/2021, 08:22
Kruger "El Cuervo Burlón"

Kruger se limitó a asentir con la cabeza, valoraba más su pellejo que cualquier riqueza que pudiera haber, si la única oportunidad que tenían de la ciudad se iba de ella aquello se convertiría muy pronto en un cementerio.-Iré a preparar a los niños, nos encontraremos en la carretera imperial que va hacia el sur.- miró al parroquiano con desdén ante  de dirigirse a él dejando brotar el resquemor en sus palabras.-¿Por qué no te asomas a la plaza a ver los cuerpos destrozados? ¿De que te sirve tú lucha si acabas como ellos? Lo único que si te garantiza tú estupidez es que en breve te reunirás con tus seres queridos, eso si, no esperes que sea yo el que llore tú muerte. Ni mucho menos el que te de sepultura descerebrado patán.-dicho esto se despidió de Mathilda momentáneamente dándole dos besos antes de marchar hacia el almacén para recoger a los niños y las pocas cosas de valor que le quedaban...

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26/01/2021, 08:30
Kruger "El Cuervo Burlón"

Los dos besos fueron solo una excusa para entregar un mensaje velado.-Me ocuparé de que parezca que de verdad nos vamos. Id al sur y así sabré si nos siguen o si alguien nos vigila.-no hacia falta ser un genio para saber lo que pretendía la hechicera de la Orden de la Luz. Había destruido un símbolo y el Barón lo sabía y no hacia nada al respecto, había que valorar si el noble estaba podrido o no. Además a estas alturas muy posiblemente les estuvieran siguiendo o vigilando, era mejor retirarse a tiempo y cambiar las tornas, ser ellos los que contasen con las sorpresa.

Una vez en el almacén hablaría con Viveca y los mayores para ponerlas al corriente del plan. Alguno de los mayores se quedaría en el almacén como si pretendiera "heredar" el negocio junto con aquellos que no quisieran marcharse, mientras Viveca él y otros marcharían la sur. El Cuervo Burlón recordaba una vieja granja en las afueras medio derruida, a veces lo habían usado de escondrijo, pero estaba demasiado cerca del bosque para ser del todo seguro.

Con todos los ojos puestos sobre el grupo de se marchaba crearía una distracción, en cambio los niños que se quedaban vigilarían desde lejos si había actividad en la zona en la que había destruido el símbolo. Y otros velarían por ver si alguien seguía al grupo que abandonaba la ciudad. Al caer la noche se reunirían en la vieja granja para informarle, Kruger esperaba que Mathilda y el improvisado sequito volvieran a la ciudad por la noche para investigar.

Para que su coartada fuera más sólida Kruger empezó a devolver las herramientas que había pedido prestadas y consolidando el rumor que ya había creado de antemano. Su hermana se encontraba enferma y él debía partir a verla, por tanto estaba pensando en malvender el negocio llegado el momento.

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27/01/2021, 20:16
Hans Schreiber

El Enano de Roble era de los pocos lugares de Hargendorf donde la gente se acumulaba para charlar, había sido aprendiz de herrero, aunque parecía que eso había sido en otra vida y tal vez en aquel lugar podía encontrar algo de trabajo con el que comer.

Pero al entrar, lo que vio Hans fue gente hablando de un portal demoniaco en mitad de la ciudad y otros que sugerían que huir con urgencia era la mejor opción.

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29/01/2021, 21:22
Valentina D’Hondt

Parecía que había que abandonar la ciudad, para que puedierán evitar activar cualquier ritual de estos de los caoticos, la verdad es que la idea no me gustaba, pero me fiaba de la hechicera, "Yo creo que es mas importante el poder saber a donde irán esta gente y por cuanto tiempo, no podemos mover a toda la población de una ciudad sin un mínimo de preparación" le digo al clerigo, enzarsarse con un borracho nunca era buena idea, y el tiempo era algo que mejor no perder, así que prefería que dejarse al retrasado morir si quería.

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30/01/2021, 07:15
DIRECTOR

Tras varias horas, todo el pueblo sabía de las intenciones de marcharse, y el debate había dividido al pueblo. 

-¿A dónde?- Preguntaban unos.

-¿Porqué?- preguntaban otros.

Tras muchas deliberaciones y el descubrimiento del vino que había escondido el posadero, dando pie a un nuevo barril al acabarse el otro y la repentina aparición de ingentes cantidades de dinero en la pobre gente de Hargendorf, los rumores y cotilleos llenaron el salón de la posada.

Hace un par de días un cazador había vendido unas pieles de ciervo, dijo que venía de los bosques del sur y había visto a los adoradores del caos norses, apenas humanos, junto a hombres bestia.

Otro rumor provenía de Ueblingen, un pueblo situado a un día de camino de Hargendorf, donde decían que una gran columna de humo se había visto hacia el sur y que se habían encontrado huellas de lobos gigantes alrededor el pueblo.

A estos nuevos se sumaban los viejos sobre si el Barón Derhufer no sabía defender una ciudad y mucho menos una tan maltrecha y desprotegida como había quedado Hargendorf después del asedio. Había quedado claro que no pensaba, ni quería, que la escasa milicia saliera a patrullar por los alrededores de la ciudad, salvo para recaudar. El ataque demoníaco estaba ya en boca de todos y solo unos pocos duros de mollera alegaban que no había habido ninguno, y solo eran fantasías producidas por el vino.

Las conversaciones y las diatribas se alargaron más de lo debido, dando pie a que cada vez más gente se animara a entrar al debate, se perdiera el hilo de qué se discutía un par de veces, y el posadero acabase siendo el hombre más rico de la derruida ciudad. Pero al final, disipando la niebla que ocultaba la verdad en las palabras, la hechicera se puso de pie sobre la barra para hacerse oír;

Mathilda Folsga-Los Norses y los hombres bestia se han aliado. Está tan claro como el agua. Hargendorf no tiene capacidad para repeler tal ofensiva. Moriremos todos y la ciudad será arrasada de nuevo.

Oscar Moescher-El Barón te dio calabazas y por eso estás difamando en su contra.- Alegó un aldeano, Oscar Moescher, que había estado creando discrepancias desde que llegó.

Mathilda Folsga-El humo visto desde Ueblingen era el pueblo de Beilen, atacado por el enemigo, no puede negarse. Nadie en su sano juicio efectuaría semejante fogata, y con la nieve que cubre los bosques no es posible que haya un fuego de esa magnitud.

Poldier Zorgweden-¡Yo estoy de acuerdo con ella!.- Dijo Poldier Zorgweden, ex-herrero y veterano hombre que había servido en el ejército. -Debemos abandonar Hargendorf. ¿Verdad muchacho?- Preguntó a su sucesor, Hans Schreiber, que había llegado hace apenas media hora a la conversación.

-Si existen más portales debajo de las ruinas de la antigua ciudad solo es cuestión de tiempo que una avanzadilla con un brujo los encuentre y un ejército de demonios invadirá Hargendorf una segunda vez. ¿Queréis acabar abiertos en canal sirviendo a las fuerzas del caos? Hay que irse, cuanto antes.

Aldeano-¿Y a dónde vamos a ir? ¿a Dietershafen? 

Mathilda Folsga-Hacia el sur. Al bosque de los elfos.- De repente el silencio, que no había reinado en la posada durante cuatro horas, se hizo de golpe como un mazo que acallara cualquier discusión. 

El bosque de los elfos era una gran extensión de terreno al que aquella antigua y misteriosa raza la llamaba Laurelorn. Pocos entraban allí, para comerciar, por asuntos oficiales o en busca de sus muchos y mágicos tesoros. Solo algunos salían, mientras que otros eran encontrados en su linde, clavados a los árboles con flechas de penacho verde a varios pies del suelo a modo de advertencia.
Durante siglos, Nordland y Middenland lo habían reclamado como suyo. Durante generaciones el bosque de Laurelorn había sido motivo de conflicto y disputa entre los dos condados llegando a concebirse guerras sangrientas por su posesión. Las incursiones al bosque también habían sido frecuentes en el pasado, e incluso ejércitos enteros habían entrado en el espeso y antiguo bosque, para no verse mas. Se dice que los mágicos árboles del bosque de los elfos son tan altos y robustos porque se han abonado durante generaciones con la carne de los humanos. No es raro que las madres de los dos condados amenacen a sus hijos traviesos con llevarlos al bosque para que los duendes los conviertan en árboles.

Y da resultado. 

Tan solo el crepitar del fuego contra la olla caliente de sopa de pescado alzaba un murmullo que podía oirse en el abarrotado salón de la posada.  

  

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30/01/2021, 08:29
DIRECTOR

Mientras te encaminabas de vuelta a la posada, otra visión atravesó tu mente. Esta vez veías unas ruinas, cadáveres calcinados, empalados y todo rodeado de llamas mientras grotescas versiones de hombres caminaban entre los cadáveres. Finalmente los mismos ojos amarillos de la otra vez y los cuernos de carnero terminaron la visión devolviéndote al mundo real.

Tuviste que apoyar una mano en la pared para no caer, aquella vez era más intensa.

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30/01/2021, 08:32
DIRECTOR

Los hanflings no sois un pueblo guerrero y eso es debido al gran olfato para evitar problemas, una "habilidad" de la que podéis estar orgullosos como raza. Y tras oír lo que se había explicado, esa ciudad, a parte de no darte nada, levantaba una intranquila sensación de incomodidad que bien hubieras explicado como esa habilidad para evitar problemas.

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30/01/2021, 08:35
DIRECTOR

Tus preguntas habían sido respondidas en ese debate tan largo. MEdiante los rumores que todos los aldeanos habían aportado, la hechicera de la que te fiabas había visto la verdad.

Norses mutados y hombres bestia aliados contra la ciudad que los derrotó. Sería una digna muerte por tus pecados. Al pensar en ello solo podías sonreír ante la perspectiva de ser redimido y terminar tu sufrimiento, pero un fugaz pensamiento cruzó tu mente, ¿qué pasaría con la gente que se fuera de la ciudad? Si encontraban resistencia por el camino podrían morir. ¿Acaso no sería eludir tu castigo creyendo que la muerte era la salvación?. Sin duda debías sufrir por tus pecados cometidos, eludir el dolor en favor de una muerte rápida no era el camino de la redención. Si acompañabas a aquellos que se fueran de la ciudad, sufrirías más y eso te traería más redención hasta el momento de dar tu vida.   

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30/01/2021, 08:43
DIRECTOR

Hargendorf no aportaba nada. No había criminales ya que no había nada que robar o matar. Tampoco estabas seguro de encontrar aquí a algún fugitivo, pero si es en algún sitio donde se esconden los fugitivos es en los bosques.

Resuelto a cobrarte alguna recompensa, a la par que librarte de una guerra, era ir con aquellos que marcharan de la ciudad. Aunque el lugar a donde íbais era altamente peligroso. 

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30/01/2021, 08:46
DIRECTOR

Si alguien se ponía de camino necesitaría un guía y protección para el viaje que le aguardaba. Quedarse en la ciudad era perder el tiempo, ya que nadie viajaba y el Barón no pagaría por patrullar los caminos.

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30/01/2021, 08:48
DIRECTOR

Tras todo lo que habías oído, los demonios muertos por aquella hechicera, los rumores sobre una nueva batalla y abandonar lo que quedaba de tu hogar, no tenías tan claro qué hacer. Dejarlo todo o morir eran los extremos que pregonaba esa Mathilda Folsga, hechicera y según decían algunos, vidente del futuro. ¡Incluso había convertido un demonio en sapo! o eso afirmaban varios aldeanos que conocías.

Sin embargo tu mentor lo tenía claro, irse y vivir, llevar lo necesario y enfrentarse al mayor peligro que jamás hubieras imaginado, los elfos. Aquella antigua y mágica raza capaz de clavarte una flecha en la espalda o invocar energías mágicas capaces de derrotar ejércitos. Atravesar la región en invierno era preferible a encontrarse con algunos de su raza, pero mejor que acabar sirviendo al caos como una marioneta.

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30/01/2021, 15:23
Franciscus Volger

Viajar a Laurelorn es una idea algo siniestra. - Comentó Franciscus. - Muchas son las leyendas que corren por ahí, acerca de lo que le sucede a los humanos que penetran en sus límites. - Comentó preocupado. - He oído que el bosque es sumamente hostil con aquellos que se adentran en la arbolada sin el consentimiento de sus legítimos dueños. - Miró entonces a la hechicera. - Confío en usted Lady Folsga, no obstante... ¿Sois amiga de los elfos? ¿Tenemos garantías de que no actuarán de forma belicosa contra un grupo de refugiados?

No le preocupaba morir. De hecho, morir sería todo un descanso para su alma atormentada. Sobre todo si lo hacía defendiendo de las hordas del caos y otros peligros a gente inocente. No obstante, no sabía cómo vería Sigmar el hecho de seguir ciegamente a una loca que llevaba a un grupo de inocentes hacia una muerte casi peor de lo que podría ser de quedarse en Hargendorf. Necesitaba algunas garantías de que no estaba cometiendo un grave error, antes de seguir ciegamente a la hechicera.

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30/01/2021, 19:23
Kruger "El Cuervo Burlón"

En el rostro blanquecino y perlado por el sudor de Kruger se notaba la premura y el miedo. Había envió a Tim a buscar a Elías y Malek, los aprendices del cantero. Fuera del taller del carbonero se podía ver un atrofiado carro de dos ruedas totalmente destartalado. Tras su visión los planes habían cambiado, se marchaban todos y se marchaban ¡ya!, no dejaría ningún niño atrás. Mientras Viveca engancha a Francis, una mula que era más pellejo que animal los pequeños tenían orden de cargar solo con lo que pudieran, comida y herramientas irían en la carro; así como los más pequeños cuando se cansasen. La mula le debía a Mor ya varios años, no era descabellado pensar que aquel fuera su último viaje. Bendito fuera el animal, si su vida bien salvaba la de un solo chiquillo.

Cuando entró en la posada lo hizo a todo correr, al menos les daría una oportunidad a todos los que quisieran salvarse, Ranlad era audaz no estúpido. Un engaño convincente haría correr el miedo como la pólvora y precisamente eso necesitaba ahora, la chispa que lo pusiera todo en marcha, que mejor que espolearlos con sus propios y veraces miedos. ¡Que cundiera el pánico entre las gentes de Hargendorf, pues la huestes del Caos estaban al llegar!. Ta vez así, y solo tal vez algunos lograsen salvarse.-¡YA ESTÁN CERCA!¡HAY QUÉ IRSE!¡CUANDO EL VIENTO CAMBIA PUEDO OÍR SUS TAMBORES, LLEGARÁN CON LA NOCHE Y YA NO HABRÁ NADA QUE HACER!¡ NO TENEMOS TIEMPO QUÉ PERDER!¡PREFIERO JUGARMELA CON LOS ELFOS QUE ESPERAR SENTADO UNA MUERTE SEGURA A MANOS DE ESAS BESTIAS!- sin dar más explicaciones el Cuervo Burlón, sin ninguna sonrisa, broma, ni chanza en su rostro se marchó corriendo hacia el almacén. De allí viajarían en dirección sur hacia Laurelon les siguiera quien les siguiera.

Los hombres valiente siempre hablaban de dar ejemplo, en el caso de los cobardes contaban con una gran ventaja, pues el miedo bien es sabido que es contagioso.

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01/02/2021, 13:02
Rufus Trill

Jefa, yo le sigo, estoy convencido que es mas seguro estar a su lado y cocinar para la maga que quedarnos aqui....