Partida Rol por web

Los malditos diablos habían aparecido, y aunque consigo contener mi miedo y apuntar sobre el ser, pero mi mano me traiciona y no consigo apuntar bien sobre el maldito ser, por lo que rapidamente tengo que ponerme a recargar el arma

Tarsthein recuperó la compostura, no era el tiempo de tener miedo, la gloria estaba frente a él, tenía que luchar, demostrar su valía. Vio que solo cuatro de entre la multitud parecían querer hacerles frente a los demonios que atacaban el poblado por lo que retomando sus pazos se acercó a ellos para unirse a la batalla. El enano habría de haberse lanzado a la carga contra aquellos demonios ahora que su voluntad estaba firme; no obstante, se dio cuenta que sería un error, nadie lo acompañaría, todos los demás estaban atacando desde la distancia por lo que simplemente se preparó para defender a la maga y al sacerdote si era necesario.

Pero sabiendo que quizá el combate no llegase hasta él, procuró que los demonios le prestasen atención – ¡Bestias asquerosas! – llamó el enano – ¿Por qué no enfrentan a estado poderoso enano? Dejad a los indefensos y venid a por mí, yo los regresaré al infierno desde el que han venido – exclamó no sabiendo realmente de donde habían venido ni como hacer para que regresasen allí.

- ¡No os atrevais a ponerle la mano encima a ningún otro buen habitante de Hargendorf! - Gritó el sigmarita terriblemente angustiado por la situación. 

El medio todavía estaba dentro de Franciscus, pero su deber como sigmarita y flagelante, era el de ayudar a esa gente. A eso había consagrado su vida y la salvación de su alma. Por ello y aunque sólo fuera de forma momentánea de repuso y mangual en mano avanzó hacia aquellos seres infernales con la clara intención de destruir a aquellas criaturas de caos. 

Cuando tuvo cerca a una de las bestias, simplemente descargó un fuerte golpe contra esta con la clara intención de destruirla. Posiblemente, cuando aquel ser infernal le devolviera el ataque, se arrepentiría de haberle plantado cara.

El Ladrón detuvo su carrera cuando Kruger hizo lo propio. No comprendía que quería hacer y siguió hasta el siguiente portal donde se refugió observando el combate.

Te acercas a la ventana que queda mas cercana al fuego donde se encuentra el caldero de sopa. En el exterior la hechicera y el Sigmarita efectúan conjuros y plegarias mientras algunos de los parroquianos que antes estaban en la taberna se mantienen firmes y con las armas listas.

De pronto una cosa, un ser que huele a sangre con cuernos negros igual que la espada llameante que empuña aparece en tu campo de visión embistiendo al flagelante que acompañaba al sacerdote.

La visión de aquél ser demoníaco junto a aquél olor nauseabundo a sangre hizo que tu voluntad fuera puesta a prueba.

Por todos los roscones del mundo...los van a hacer pure de patatas para infantes....Tenia que actuar rapido eso no duraria mucho, se puso rapidamente un cuenco de la sopa de pescado y cogio una cuchara y volvio a mirar por la ventana como seguia el combate. 

Cuando regreso, pensaba que el demonio tenia una cara rara, pero cuando se fijo mas, pudo ver que tenia como una corona, pensaba que era su cara, con esos ojos y ese triangulito al medio...pero vio que no mas abajo tenia una cara de demonio, pero normal y corriente, eso si, de demonio. Y los demonios no traian nada bueno, por demonios como ese, el se encontraba en esta situacion. 

Podeis ver como desde el interior de la posada improvisada Rufus intentando pasar medio desapercibido sorbe la sopa de " pescado" del caos, esta soplando porque la acaba de sacar de la olla. 

Desde su falsa seguridad detras de la ventana os apoya con todo su ser y se lamenta por las futuras muertes que seguramente habran. 

- ¡Atrás, bestias del averno! - Les ordenó a los demonios. - ¡Sigmar os ordena que regreséis al infierno del que procedéis!

La saeta al final iba a acabar dando a una de las bestias de la disformidad y pronto iba a venir a por nosotros, así que me pongo lo mas rápido que puedo a recargar para volver a disparar.

La sola presencia de esas criaturas salidas de lo mas profundo del caos Es capaz de dejar sin aliento al más aguerrido de los caballeros Bretonianos. Pero verlo cargar contra ti hace que la sangre deje de fluir y solamente el miedo se apodere de tu alma pidiendo a gritos escapar, correr, huir mientras queden fuerzas y vida para hacerlo.

El enano salió dispuesto a combatir, pero la presencia maligna de los demonios fue suficiente como para amedrentarle. Dejando caer su arma, salió corriendo en la dirección opuesta.

Kruger, lejos del combate buscó una posición estratégica desde donde poder ayudar. Lanzó una afilada daga que rebotó contra la dura piel del ser como si fuera de madera mientras este seguía avanzando.

La que sí acertó en su objetivo fue la Guardacaminos. el virote de su ballesta se clavó en la piel del demonio que se acercaba directamente hacia la hechicera. A pesar de ello, no parecío afectarle en lo más mínimo.

Trespatas estaba escondido en un portal, viendo como se desarrollaba el combate sin intención de ayudar y un halfling harapiento asomado a la ventana de la posada, se preocupaba más de comer un cuenco de sopa de pescado que de ayudar en la lucha.

El sacerdote Sigmarita apenas pudo contener el ataque dirigido hacia él. La carga del demonio fue implacable y dejó paso libre al otro que se precipitó sobre la hechicera justo al tiempo que esta interrumpía su hechizo para evitar el golpe, pero fracasó siendo malherida en un costado.

La sangre comenzaba a derramarse, y una escalofriante sensación del placer que sentían inundó vuestra mente. 

Todo su ser le imploraba que saliera corriendo sin mirar atrás, sin embargo Kruger había visto el futuro de lo que sucedería si aquellas aberraciones demoniacas les superaban. Las gentes, los niños, Viveca la esperanza en que el enano aguantara la línea se había a la mierda en cuanto este salió corriendo cagándose en los pantalones. Ahora nadie cubría a la hechicera y aquello podía ser el fin de todo. Las visiones siempre estaban allí y no eran cosa suya, era un claro mensaje de su Deidad, ambos detestaban la violencia en pos del engaño, pero aquellos seres solo entendían el lengua de la guerra. La defensa propia estaba más que justificada en este caso, y no había nada que nadie pudiera recriminarle. La fe en su señor había llenado su corazón de valor con un temple suficiente como para cometer una locura de la que bien seguro se iba arrepentir, aunque sino pasada esta prueba como iba a contar con la sonrisa de su deidad en el futuro.

Miró a su compañero y le hizo una señal para que se acercase su posición, era mas segura que la suya y aprovecharía el miedo de Trespatas para sus planes.- ¡Eh, Trespatas! Necesito tú cuchillo ¿o quieres ir tú enfrentarte a esas cosas? Si me pelan el negocio es tuyo a condición de que cuides de los mocosos. Menuda ganga por un roñoso cuchillo.-el hijo de Ranald le cogió el cuchillo sin acabar la negociación y salió corriendo hacia la refriega. Había podido observar que aquella bestias eran mucho más rápidas que todos los allí reunidos, por tanto descargaría su furia contra la hechicera antes de que el llegase en su apresurada carga. Si la aprendiz conseguía sobrevivir sería un milagro, pero Ranald siempre sonríe a los suyos. Cuando pasó a todo correr junto a Valentina le grito.-Únete a mi y entre los tres nos deshacernos del que acosa a la hechicera y le daremos tiempo para que los devuelva de vuelta al infierno del que han venido.-si la guardacaminos le seguía todavía habría alguna esperanza de salvar la situación. Por muy demonio que fuera triplicado en número podía salir muy mal parado con un par de golpes certeros.

Con la destreza digna de un elfo el Cuervo Burlón se situó a la espalda del demonio dándole la leve patada en la corva de la rodilla contraría a la mano de la espalda y tirándole de un cuerno más como distracción que como otra cosa. En cuanto la bestia se giro recibió un dagazo en pleno pecho reculando enseguida en un instintivo salva para esquivar el filo de su hoja, si eso no atraía su atención ya nada podría hacerlo.-¡Maga de feria, más vale que te repongas rápido porqué si seguimos así esto no va a durar mucho!¡Cúbrete en la posada y haz lo que tengas que hacer de una maldita vez!- a veces el orgullo herida era la mejor herramienta para espolear la virtud de alguien caído, animándola de manera indirecta a dar lo mejor de si mismo. De no ser así estarían todos condenados.

Rufus no era adivino, pero no hacia falta serlo para ver como terminaria eso...no habia pasado ni 10 segundos que ya empezaban a huir o caer bajo las armas de los enemigos.

Luego vio como el enano huia y dejaba caer su arma, mmmmm, cuantas tazones de sopa de pescado podria valer eso? CENTRATE! se dijo a si mismo. Miro al loco del humano (Kruger) y el arma, varias veces cambio del objeto al humano y viceversa....quizas podria tirarle el arma para acercarselo al idiota temerario...