Nos encontramos en Europa Occidental, alrededor del año 20.000 antes de Cristo, en el periodo Magdaleniense. Los hielos que han matenido en el borde de la supervivencia a los pobladores de éstas tierras durante todo el el Pleistoceno empiezan a retirarse, dando paso al cálido Holoceno.
Sin embargo, el mapa es algo diferente al que estamos acostumbrados. Inglaterra se haya fusionada al continente mediante una masa de tierra llamada "Doggerland", tierras bajas surcadas por valles y ríos, donde los seres humanos se van a asentar. La caza abunda en ésta zona, así como otras partes del sur de Francia y norte de España, donde se crearán los grandes conjuntos de pintura rupestre que hoy conocemos.
Es en torno a ésta fecha cuando comienzan a surgir nuevos inventos y modos de vida. Progresivamente, se abandonará la vida en las cuevas, que pasarán a convertirse en santuarios para iniciados durante los ritos de caza, y los hombres comienzan a vivir en "poblados itinerantes" de tiendas que pretenden aunar comodidad y facilidad de transporte.
También por ésta fecha el propulsor, método para lanzamiento de azagayas, comienza a coexistir con el arco, que lo desplazará como armamento principal para los cazadores en las cuencas culturales de África, sur de Europa y Asia.
También en torno a ésta fecha, el cazador-recolector comenzará la domesticación del lobo, que terminará convertido en perro. El fenómeno, al parecer, se produjo cuando la naturaleza seleccionó a aquellos lobos más dóciles y dispuestos a compartir con el ser humano los restos de su comida, creó una relación de progresiva simbiosis/dependencia, abandonando el lobo su instinto cazador para vivir de la carne que el ser humano le proporcionaba. A cambio, el animal aportó al grupo su capacidad de rastreo, vigilancia y acecho de presas.
Es en torno a ésta fecha cuando desaparecen, en el sur de la Península Ibérica, los últimos nehandertales. Los expertos discuten sobre las causas de esa desaparición, pues no parece que hubieran existido conflictos entre el homo sapiens y ésta especie, más bien al contrario. Otra teoría, apoyada por recientes estudios de ADN, nos dicen que nehandertal y sapiens se cruzaron, teniendo una descendencia mixta cuyos genes llegarían hasta hoy. De nehandertal el hombre aprendió la caza en condiciones extremas, compartió tecnología y aún un sistema de creencias, que sapiens llevará a mayores cotas de refinamiento.
Los seres humanos que habitaban Europa en ésta época eran excelentes cazadores/recolectores, que vivían de forma itinerante siguiendo a los grandes rebaños de animales como caballos o venados, que eran sus presas favoritas. Formaban ya una sociedad compleja en lo social, articulada en tribus o grupos humanos formados a su vez por varias familias e individuos sueltos, donde ser observa un modo de producción de herramientas cada vez más estandarizado y refinado. Atrás quedaban las épocas de las grandes herramientas toscas, asomándonos ahora al periodo de las pequeñas puntas de flecha y los utensilios de piedra especializados realizados con percutor blando (maza de madera o hueso). Además, se sospecha que es en ésta época en la que aparecen artefactos que permiten el trenzado de cuerdas para su uso en mil y un facetas de la vida, incluída la creación de redes de pesca o el trenzado de las cerdas de los caballos para crear cuerdas de flecha con un poder de apertura.
Las tareas se especializan. Los hombres, generalmente dedicados a la caza, abandonan el campamento principal para iniciar la persecución de las manadas, mientras las mujeres y los niños colaboran en la recolección y la caza menor, ayudados por los ancianos, que ejercen como "profesores" en las más diversas tareas, sobre todo en aquellas relacionadas con la transmisión de conocimientos (incluida la creación de herramientas). Para obtener mayor sustento, es usual que éstos campamentos se sitúen, en verano, junto a los ríos, donde se aprovecha para pescar y se goza de una fuente de agua limpia.
Es en ésta época cuando la figura del chamán cristaliza con mayor fuerza. El "hombre-venado" que se pinta en cuevas como Altamira o Lascaux, se convierte en un mediador entre los espíritus y los hombres. Con una religión que se sospecha de carácter animista, cobran gran importancia los rituales de iniciación para los cazadores en el entorno de las cuevas, donde se ruega por el buen término de la partida de caza. El hombre se fusiona con el animal, que se convierte en su tótem, y a través de él se pide abundancia en la caza y ganar para el hombre aquellas cualidades de nobleza, sentidos agudos, rapidez o fortaleza propios de los animales con los que suelen convivir.
Además, dentro de las tiendas suelen situarse ídolos. ¿Dioses primitivos, o exvotos para pedir frutos a la madre naturaleza? Entre éstos ídolos, el más común desde tiempos muy antiguos, fue el de mujer encinta, la llamada Venus. Posiblemente, un símbolo de fertilidad y abundancia. ¿Como entender si no la presencia de una figura que representa a una mujer obesa, en el marco de una cultura de cazadores? Incluso hoy en día, las tribus de cazadores/recolectores no destacan precisamente por contar entre sus miembros con obesos mórbidos...
El Clan
El Clan, que se llama a si mismo "El pueblo del Valle", cruzó hace dos generaciones las estribaciones de lo que hoy conocemos como la costa de Normandía, para habitar un valle de la tierra de Doggerland donde la caza y la pesca son abundantes.
Territorio ganado al hielo hace poco más de cien años, se ha mantenido libre de presencia humana, por lo que constituye un terreno "vírgen" que la vida ha colonizado con profusión.
Algunas características de los miembros del Clan les diferencian del resto. Por un lado, creen como otros pueblos en el poder de la dualidad hombre-naturaleza y masculino-femenino, pero a diferencia de sus vecinos, piensan que el ser humano debe situarse sobre los animales. Debe controlar el territorio.
Por eso, entre sus antepasados más conocidos está el "Moldeador de las piedras", un bisabuelo o tatarabuelo de afilado ingenio que creó nuevos utensilios y perfeccionó otros conocidos: el arco, la boleadora, las armas hechas de asta de ciervo, las porras de combate, las redes para atrapar a los animales y la producción en masa de puntas de flecha y jabalina, en la que todos los miembros de la tribu colaboran. El resultado fue espectacular. El mamut se extinguió por aquellas tierras, y tras él, se puso contra las cuerdas al gato dientes de sable. En adelante, el mayor enemigo del ser humano será el lobo, que a su vez, tiene el potencial de convertirse en su mayor aliado. Solo los leones de las cavernas son temidos por éstos hombres, que tienen el atrevimiento de entrar en las cuevas de los osos para cazarlos con fuego y flechas.
Pero no son los únicos en poblar éstas idílicas tierras. Al norte, en lo que hoy conocemos como Inglaterra, una antigua tribu de hombres que habitaban la llanura está comenzando a practicar una religión extraña. Creen en seres antropomorfos, se pintan el cuerpo de blanco y negro y construyen casas de piedra, en las que no habitan. ¿Por que hacer cuevas para adorar a sus deidades, cuando pueden aprovechar las que ya existen? Éstos hombres se comportan de manera extraña, como si su fe no les hiciera temer a nada ni a nadie. Matan por diversión, pero rara vez cazan grandes piezas. Son "los hostiles", y el territorio donde ellos viven es tabú.
De vez en cuando, los hostiles bajan a las tierras llanas y capturan a algunas personas. Pero son muchos, casi demasiados. Todos los intentos de rescatar a los familiares capturados se vuelve en una masacre, pues atacan a todos los que entran en su territorio sin permiso. Cada vez, se vuelven más osados.