En el Japón del Siglo XVI la tierra ha sido unificada bajo el poder de los ejercitos de Oda Nobunaga y sus aliados. El antiguamente invencible Clan Takeda ha sido derrotado y los Ashikaga han sido desposeidos del Shogunato, mientras el resto de clanes contiene el aliento ante el posible nuevo golpe del Señor de Tenga. Tokugawa y Akechi, Hojo o Uesugui son algunos de los clanes que apoyan a los Oda en su marcha hacía la únificación del Japón mientras los descendientes de la Diosa Amaterasu contemplan con indiferencia la situación.
Mientras, en Kyushu, el avance del Cristianismo empieza a ser preocupante para algunos. Misioneros jesuitas llegan a los dominios del Emperador propugnando una nueva fe que compite con el Budismo y Shintô atrayendo a no pocos señores. Los comercientas europeos se adueñan con sus exóticas mercancías del puerto de Nagasaki y Sakai, muchos miran con recelos a los barbaros del sur.
La acción transcurre en las tierras del Clan Chosokabe, que tiene una alianza con Nobunaga que anhelan mantener y ampliar para ganarse el favor del hombre más poderoso de esta era. El Clan Yabu es un clan menor, vasallo de los Chosokabe y que controla uno de los puertos de Sanuki. La hija menor del Señor Yabu parte hacía el castillo de Nakamura aspirando a unirse un poco más con su Señor feudal mediante el enlace con uno de sus almirantes más influyentes, Yukinai Itô.