Zuit se había quitado la gabardina y estaba sacando inexplicablemente de su zurrón toda una gama de útiles y materias para arreglar el desperfecto. Que decir tiene que ninguno de ellos parecía ser de primera calidad: tuberías abolladas, una bolsa de cemento antigua, un soplete oxidado…
Pero a Zuit no parecía importarle mucho ya que seguía silbando alegremente mientras a su lado Rumour chapoteaba feliz.
- ¿Qué? ¿Me la tengo que quedar?
Rumour dejó de corretear por la habitación y de saltar encima de la cama y, después de guardarse la tarántula ya repuesta de los efectos del soplete en el bolsillo, se acuclilló al lado de Zuit y contempló anonadada todo lo que sacaba de aquella pequeña bolsa.
- Alaa… Pero esto está roto- dijo cogiendo una tubería, e intentó arreglar la abolladura- ¿Tienes un martillo?
Oliv contempló a la niña y después al goblin verde.
- Si no te importa… Keot está de camino, pero yo tengo que salir que llego tarde. A Owen se le está empezando a caer el pelo de tanto estrés con su corby. Necesita que alguien tenga más de dos neuronas conectadas dentro de ese local y que no mida dos metros treinta y sea de color azul y manca.- al terminar la frase le guiñó un ojo.
Se acercó a Rumour y le dio un beso en la mejilla, remangándose la falda para no mojarse. Después recogió su tarántula y la guardó de nuevo en un bolsillo.
- No acerques la mano a nada que tenga pinchos o filos cortantes ¿vale? Y recuerda lo que te ha dicho Keot de la gente pequeña y verde.- se incorporó de nuevo- Vendré a verte sin niña cuando Teón tenga todo organizado si no me llamas antes. Ya tienes mi teléfono. Conozco la salida. Hasta luego.
Zuit asintió mientras daba a Romour un martillo, con la cabeza de metal no muy bien fijada al hasta de madera, y la dejaba entretenida con una de las tuberías mientras el se dedicaba a “mejorar” la instalación hidráulica.
- Pero la próxima vez que me dejes de canguro al menos traerme tabaco ¿vale?
Dijo más para si mismo cuando Oliv ya se encontraba en la puerta.
Rumour sonrió enseñando varios agujeros de dientes que le faltaban, y le dijo adiós con la mano a Oliv.
- Hasta luego, Oliv. Y tu no digas nada de los secretos a los ñam-ñam.-dijo al niña agitando el martillo.
Tras varios golpes a la tubería, la cabeza de metal se desprendió pasando volando cerca de la frente de la Infantil pero sin llegar a darle. Rumour miró el martillo, después a Zuit, y después otra vez al martillo.
- Yo no he sido.- declaró finalmente mirándole muy seria.