Partida Rol por web

Aram salió despavorido de allí. Se apoyaba en su bastón-estoque, y evitar una mayor interacción cuando las piedras y cascotes ya estaban cayendo tal vez le protegiera de morir aplastado por algún gran bloque. No así lo pensó Tomás, que se fijó en Marcos Revuelta y acto seguido corrió hacia él para tratar de sacarle de allí (tanto de su trance mental como de la trampa mortal que era el castillo). La criatura tentacular continuaba golpeando paredes y techos con su infame tamaño. El señorito sevillano corrió hasta Revuelta, lo tomó entre sus brazos, y le obligó a empujones a que corriera pegado a él. Se libró de ser aplastado por un bloque de esquina, al principio; y cuando ambos seguían la estela de Aram hacia la salida, dos peñascos le golpearon el rostro... Tomás gritó, y una herida en la cara (un severo corte a la altura de la mejilla y el labio) le hizo dolerse de un escozor sin igual... Sin embargo ¡había que huir!

Aram, seguido de Tomás y un semidesnudo Marcos Revuelta (empujado y protegido por Tomás), corrían por el pasillo cuando se encontraron a la joven Catalina. A su lado, en el pasillo, yacía el cuerpo sin vida, ensangrentado, de un sectario (una joven muchacha). Entonces, los tres hombres vieron cómo en la carrera que llevaba Catalina hacia la salida, un gran bloque de piedra crujió en lo alto (en los techos altos y oscuros), precipitándose hacia abajo y en la dirección y momento en que la joven empresaria cruzaba ese tramo... ¡Estaba a punto de golpearla!

Con el bloque se su cabeza, los cuatro vísteis entonces materializarse una figura incorpórea, tenebrosa, fantasmagórica y de gran dimensión. Portaba a un lado, sobre el talabarte, una gran espada que parecía refulgir dentro de su vaina; su cuerpo no parecía físico, sólido o tangible. Más bien se asemejaba a ese tipo de leyendas gallegas tan populares por tales tierras, como la Procesión de los Muertos o cualquier zarandaja de tales sin sentido. Sin embargo, Catalina era la segunda vez que lo veía en escasos minutos, pero no así Tomás o Aram (tampoco Marcos, medio despierto del trance...). La figura, que parecía portar una armadura, extendió delante de sí sus brazos y tomó la gran piedra delante de sus manos, evitando el inminente y fatal aplastamiento de la bella Catalina... Cuando la mujer hubo cruzado el punto crítico, la figura dejó caer el gran bloque de piedra. ¡Le había salvado la vida! Y luego desapareció, esfumándose en el aire sin más... Tomás y Aram no supieron qué decir, sólo se limitaron a correr y a salir, junto con Catalina y Marcos, de aquella construcción medieval utilizada ahora como adoratorio recóndito.

* * *

Instantes después lográsteis todos atravesar la sala de la entrada, el zaguan, que habíais recorrido antes. Desandando vuestros pasos a la carrera vísteis la luz del sol en el exterior. Corrísteis el último tramo, como jamás lo habíais hecho. Un sonido estridente, como de un chillido, amenizó la terrible huida, y dedujísteis que era la criatura atrapada por el peso de los grandes bloques de piedra venidos sobre sí... Una vez en el patio de armas, un gran chasquido, como una gran explosión, fue el preámbulo de la caída de la estructura por completo: el castillo se vino abajo totalmente. Sus torres se ladearon y cayeron hacia afuera (suerte que no lo hizo sobre el punto en el que estábais), provocando una tremenda polvareda sobre los campos dorados en los que estábais. Y la estructura en sí venció tan rápidamente que apenas tuvísteis tiempo de contemplar cómo lo hacía: tan sólo vuestros trajes, zapatos, rostro y manos se llenaban de polvo y tierra, y no pudísteis huir a ningún lado (pues una nube de éste os alcanzó por completo). Tan sólo pudísteis cerrar los ojos, agacharon en cuclillas y esperar a que la nube y polvareda arreciase un poco...

Instantes después se hizo el silencio.

Era como si no hubiese quedado nada con vida, excepto vostros.

Y así había sido.

La criatura no se veía por ningún lado, ni asomaba ninguno de los grandes tentáculos en la gran PIRÁMIDE de rocas y piedras que era ahora el castillo de las Aguzaderas... Tampoco parecían haber sobrevivido ningún hombre o mujer excepto vosotros. Marcos os miró unos instantes antes de caer desmayado, fruto de la deshidratación, la desnutrición o el sopor de la escena (tal vez de todo al mismo tiempo).

Y quedásteis allí, llenos de polvo, en mitad de una finca privada con las ruinas de un castillo que parecía que un terremoto se había llevado por delante. Sólo quedaban en pie sus murallas.

Empujando a Marcos, llevándole en volandas otros tramos, en brazos, andando, ayudándole como podía... recibió una herida pero la adrenalina, el miedo, la angustia, no sentía nada. Corrió lo más rápido que pudo, escaló, trepó, empujó a Marcos entre los escombros. Cuando vieron al caballero Tomás esbozó una sonrisa. En realidad necesitaría seguramente años para asumir todo aquello, en estos momentos no era consciente de lo que estaba viendo. Sólo acertó a pensar ¡qué bien! alguien al menos nos ayuda en medio de este infierno satánico anticatólico.

Cuando el castillo se derrumbó completamente a sus espaldas y a los lados, trepó por lo que quedaba y salió del infierno pegado a las murallas con Marcos y los demás detrás. Jadeando, mugriento y sangrando acertó a decir

-hemos vuelto a nacer. Jamás pensé que lo fuésemos a conseguir -sobre todo cuando se lió a tiros solo contra todos-¿estáis todos bien? Señor Aram. Espero que algún día delante de un chato de vino, me cuente qué ha sido todo eso -miró a Marcos -tu tía me debe una cena. Con la poca gracia que me tenía... resulta que he salvado a su sobrino. La vida... tiene gracia.

Ahora hacia Catalina

- Doña Catalina, es usted muy valiente. Cuente conmigo para lo que necesite. Y si algún día quiere venir a dar un paseo conmigo... será un placer.

Convencida de que moriría aplastada, Catalina se quedó petrificada e incapaz de hacer ningún movimiento heroico en el último momento. Sin embargo, aquella figura amenazante volvió a aparecer para sujetar la piedra que estuvo a punto de aplastarla. Catalina siguió fugazmente con la mirada a ese espíritu salvador y echó a correr de nuevo con sus compañeros, aliviada al ver que no solo se encontraban bien sino que habían salvado a un desmejorado Marcos Revuelta.

Una vez fuera de allí, se agachó cubriéndose la cabeza con los brazos, haciéndose prácticamente una bola mientras apretaba los ojos con fuerza, dominando el miedo que le provocó el ruido de aquellas ruinas viniéndose abajo. Entonces, el silencio volvió a reinar en el lugar, otrora un castillo, ahora un montón de cascotes.

—Tendremos que seguir tomando vinos y cafés y dando paseos durante mucho tiempo —logró decir con una sonrisa débil y las manos aún temblorosas —No podemos compartir esto con nadie más o iremos derechitos al manicomio —agregó mirando a sus compañeros, sacudiéndose con esporádica coquetería el polvo de su vestido.

La huida fué titánica. La pierna de Aram era una sinfonía de dolores, por el esfuerzo a la que fué sometida.

Todo lo visto era sorprendente y como para volverse loco, aunque el parapsicólogo, entendía algunas cosas de las que había visto. No obstante otras eran un misterio... algo que debería de guardarse en círculos muy especiales...

Lo peor de todos modos, aunque pueda parecer raro, fue el revivir por parte del catalán, aquella huida traumática hacía tantos años en Haití... El ver peligrar su vida y sufrir porque la pierna no respondiera mínimamente...

Amigos, hemos salido de esta, no sin causarle un fuerte estrés a nuestros Ángeles de la Guarda. Puedo explicarles algunas cosas, pero no todo... Pero lo primero es lo primero...

Aram valoró a todos los presentes, sus golpes y heridas... Estaba muy agotado, pero aun le quedaba algo en la recamara... Utilizó un viejo remedio de la magia blanca del Vudú con la intención de restablecer al que peor se encontrara. Luego cogerían el coche y volverían a la Ciudad...

Tras las curas, empezó a decir:

Amigos, lo que hemos visto hoy, no puede salir de ciertos círculos. Yo formo parte de uno de ellos y tengo la certeza de que el propio Vaticano moverá ficha cuando la información necesaria llegue a la prelatura de Monseñor Marconi. Solo les pido que confien en mi. 

Tomás, permítame que le llame de tu, pues, esta vivencia la hemos compartido como cuando una familia lucha por un bien común. Tu arrojo es envidiable, pero la próxima vez, piensa un poco más... nos ha faltado muy poco para ser la merienda de esa "cosa" y dudo que tu "juguete" le hiciera cosquillas siquiera. Si quieres formarte para ser un hombre de campo en estas lides, puedo ponerte en contacto con gente, que con gusto te ayudaran a templarte y sacar tu potencial por diez!!!

Catalina, como todos nosotros, has visto como un "espíritu" con armadura y espada templaria, muy parecido al de la leyenda de este lugar, te salvaba de ser aplastada o de cualquier mal... Solicité al Loa de la protección permitiera que pudiera hablarle a ese "espíritu", y le dije que eras la muchacha que el espera pacientemente que regrese al lugar donde se veían... Que te salvara de los seres usurpadores. al parecer lo he conseguido, y he de decir que es algo que me tiene muy gratamente sorprendido. La desesperación puede llevarte a lograr cosas que de entrada no creía posible poder realizar. 

Ese espíritu, debe de seguir aquí... quizás en otro momento podríamos venir y agradecerle su ayuda, con vuestras capacidades...Y quien sabe si liberarle de la carga que le ata a este lugar...

Sobre ese ser informe desconozco cuanto he visto y he oído, pero prometo investigar su procedencia...

Sr. Revuelta, hola, como se encuentra, nos recuerda? 

Bien parece que el polvo se ha posado en su mayoría... Volvamos a por esos vinos, yo os aseguro que no pienso conformarme con unos chatos... Y bueno, si alguna vez os pasáis por Cataluña no dudéis en avisarme... Pensé en invitar a Catalina a una cena más "intima", pero he de reconocer que haceís mejor pareja vosotros, jajajajja

Para cuando Tomás y Arám hablaron a Marcos, éste ya había desfallecido inconsciente. Aún llenos de polvo sobre el rostro y el cuerpo, Aram hizo acopio de sus últimas fuerzas y trató de diagnosticar a sus compañeros. Tomás tenía la fea herida abierta en el rostro y el que peor estaba, sin duda, era Marcos, lleno de magulladuras, algún corte y desfallecido (no por la huida, sino por el pésimo estado que habría sufrido desde hacía días atrás). El caso es que el parapsicólogo aplicó una última "bendición" de Vudú, de la que él sólo conocía en tal lugar (y tal vez en toda la provincia de Sevilla), y a Tomás le dejó de escocer la cara. Marcos no volvió en sí, pero seguramente aquel remedio le ayudara en su recuperación. Tras coger en volandas a Revuelta, caminásteis por donde habíais venido con cierta dificultad hasta el vehículo de Tomás, a unos doscientemos metros de los restos de piedra que quedaron allí.

Una vez en el vehículo, de camino a Sevilla dejásteis atrás Utrera y condujísteis despacio hacia la capital. En algo más de una hora ya estábais allí, y en mitad del viaje Marcos despertó. Estaba aún alterado. Os miraba, como si os conociera, pero no dijo nada (tan sólo quería dormir). Era como si se encontrase a salvo, pero aún traumatizado por lo que le habría sucedido desde su desapareción.

El siguiente paso fue llegar hasta la plaza del Pumarejo, y acceder a la casa-palacio* homónima donde don Esteban os había recibido. Tras presentarle a un lastrado Marcos Revuelta, le contásteis todo lo vivido a vuestro amigo. Apenas podía creer lo que contábais, pues eso pasaba más allá de simples sesiones espiritistas. Sin embargo, tras un esfuerzo, os admiró al saber que habíais contemplado un terror inimaginable, y que habíais sobrevivido. Lo siguiente era llevar a Marcos con su tía Rosario. Ésta se alegró muchísimo de ver a su sobrino, y os agradeció a los tres el haberle traído de vuelta. La mujer ya no tenía ese aspecto áspero y distante, sino que ahora formábais parte de un trío de héroes para con ella.

Y finalmente había otra cuestión a dilucidar: la desaparición de Marcos había sido informada al cuerpo de policía de la ciudad, y se había abierto una investigación. Tras armar una coartada entre todos (incluido Marcos, quien despertó y ayudó en congeniar hechos y comentarios) pudísteis avisar a los agentes que llevaban la investigación y aclarar que Marcos fue raptado por una serie de bandoleros en las afueras de Sevilla, y éste logró escapar. Por supuesto, no mencionásteis nada sobre el castillo de las Aguzaderas. El estado mental de Marcos, y las magulladuras de su cuerpo confirmaron los hechos, y en el informe provisional del caso los agentes dictaminaron un "periodo indeterminado de ciertos días de enajenación de la víctima que le impedía dar más detalles".

Por último, varios días después salió en los periódicos la noticia de la desaparición de un castillo en unas fincas cercanas al pueblo sevillano del Coronil. Efectivamente, era la finca del castillo de la Aguzaderas. Allí, el terrateniente propietario del lugar, que hacía años no pisaba aquellos suelos, fue avisado (según rezaba en las noticias de los periódicos) por trabajadores de paso que se percataron de las ruinas, y así comenzó una investigación acerca del derrumbe. Un mes después encontraron una serie de cuerpos enterrados entre los restos, de difícil identificación, y también unas especies de máscaras o disfraces encontrados. Se determinó el secreto del sumario, pero tiempo después el caso se cerró sin más conclusión que la práctica de rituales en el interior (sin determinar la causa del derrumbe más allá de un accidente por el mal estado del edificio).

Pero nadie dijo ni rastro de ningún ser tentacular. Aquella noticia extraña pasó sin pena ni gloria por la historia del país, y vosotros tres os llevásteis el secreto de su visita a la tumba.

LA VERDAD DE LOS HECHOS

Unas noches después de la sesión en la que todos participásteis en aquella noche sevillana, O'Donnel recibió la visita de Marcos, muy asustado. Marcos le pidió que le ayudara, puesto que en su casa había presenciado una aparición: una especie de espectro con cuerpo, cabeza y cornamenta de toro, pero con una silueta humanoide. O'Donnel le pidió más claridad, y Marcos le contó que tal sombra no dejaba de repetir una sola palabra: Lemôlek. A ella le acompañaban unas extrañas sensaciones de mareo y ecos en su cabeza.

El medium irlandés prometió investigar el asunto (dadas sus artes esotéricas) y darle una respuesta lo antes posible. Pero no ocurrió: los vecinos de Marcos Revuelta encontraron su vivienda abierta, sin su vecino, y con las paredes arañadas con la misma palabra que Marcos le dijo a O'Donnel. Lo que ocurrió fue que, al no recibir respuesta inmediata de O'Donnel, Marcos llamó a Rosario (una tía suya de unos setenta años aficionada, como su sobrino, a los fenómenos paranormales) esa misma noche, y ésta acudió a su domicilio.

Allí, Rosario, probó un ritual de expulsión de entidades: un hechizo que consistía en revocar y expulsar a la presencia que pronunciaba dicha palabra. Pero la cosa no funcionó: la entidad poseyó el cuerpo de Marcos, éste grabó con un objeto afilado la palabra en cuestión en todas las paredes de la casa y luego Marcos (ya fuera de sí) huyó por la ventana del edificio, precipitándose por ella. Rosario perdió el conocimiento, y al despertar quedó traumatizada por los hechos, pero volvió a su hogar. Denunció la desaparición de su sobrino, pero evitó hablar del asunto de la presencia o el ritual con la policía (ya que creerían que estaba loca o algo peor)

Resultó que todos estos fenómenos estaban orquestados por los fanáticos miembros de un ritual en favor de Moloch-Baal, una antigua divinidad del trueno, la lluvia y la fertilidad de varios pueblos de Asia Menor (babilonios, caldeos, cartagineses y por supuesto fenicios), que algunos seguidores modernos pretendían resucitar. El ritual que interrumpísteis consistía en traer de manera corpórea a la divinidad antigua utilizando un cuerpo vivo que pueda conservar su poder, a través de sacrificios y extrañas letanías en un idioma antiguo. Mediante distintos intentos rituales, la congregación cultista logró que Moloch sometiera a varios cuerpos (uno de ellos el de Marcos Revuelta), poseyendo a tales personas, para reunirlos en el castillo. El dios, con ayuda del ritual de los cultistas, trataría de elegir al más fuerte entre ellos (puesto que tal vez no todos sobrevivirían) para tratar de trascender su espíritu en tal cuerpo.

Pero todo se fue al traste gracias a vosotros.

FIN

Yo me lo he pasado muy bien... incluso he gastado toda mi suerte (la del User) en algunas tiradas de Aram, jajajaja. Pensé que moría el personaje de todas todas... Benditos unos!!!

Otra cosa, lo cierto es que la intención de Aram, era hablar con el Prelado y con su grupo de teosóficos del circulo interior, sobre el tema. Pero la investigación se la dejaba en manos del Prelado. que luego el Vaticano moviera ficha o lo dejara correr, aquí ya no me meto...

Obviamente, si se hizo alguna investigación, fue ultra secreta...

Jejeje, a ver si puedo aclararme con lo de los votos

Un abrazo compis

EPILOGO

Una vez en la seguridad del hotel, y tras devolver al pobre Marcos a su tía, llevarles todo cuanto necesitaba, avisar a Esteban y acabar de adecentarnos, Aram pasó por recepción con la intención de ver si había recibido algún telegrama con alguna respuesta...

También aprovechó el momento para solicitar una cena, en un saloncito. Quería despedirse de Esteban, Catalina y Tomás, invitandoles.

Así mismo les explicaría lo que hizo...

Queridos amigos, hemos compartido una experiencia que más allá de su horror, nos a unido, me atrevería a decir, que para siempre. Por ello quiero hacerles participe de mis actos últimos.

Como estudioso, parapsicólogo, cientifico, etc... de lo paranormal, no soy amante de hacer alardes al mundo que me rodea de mis conocimientos. todo lo contrario. Mantener un perfil bajo en estos menesteres es una bendición.

Pero cuento con buenos amigos por muchas partes del mundo. No son muchos, pero si son importantes. Uno de ellos es el Prelado Pierre Giacomo Marconi. Un destacado hombre del Vaticano a estas alturas... Creo que ya les hablé de el, y sobre todo a Catalina, a quien le pedí que huyera del castillo e intentara hablar con el, dando mi nombre de referencia...

Temo que en el rito que vivimos, existiera la posibilidad de que una entidad, que la mayoría denominariamos demoniaca, poseyera a algún mortal. A parte la existencia de una secta, que desconocemos si tiene más miembros o ramificaciones... 

Por este motivo, y a sabiendas de que nada de esto puede ver  la luz, que se investigará el derrumbe del castillo, y de lo que se pueda encontrar alli abajo, me he tomado la libertad de solicitar una reunión urgente con Monseñor Marconi. Es un hombre muy ocupado, pero se que hará hueco. Por ello os comunico amigos míos, que mañana por la tarde salgo para Madrid, donde pasado mañana tomo un avión a Roma.

Informaré de lo acontecido al mayor especialista en exorcismos, y alguien con el poder necesario en la Magna Iglesia, para mover hilos para que las investigaciones que se realicen estén bajo control suyo.

Por mi parte pondré en conocimiento a los miembros de la Sociedad Teosófica, afincados en la India (cuna del movimiento), el nombre de Lemolek, con la esperanza de recabar información para protegernos en tiempos venideros si algo de esto se manifestara de nuevo.

Ha sido un placer contar con ustedes, y sepan que cada uno son un eslabon de una cadena necesaria para luchar contra aquello que nos quiere mal. Si alguno quiere inmiscuirse más, puedo presentarle a ciertas personas. También son necesarias aportaciones económicas... Así que encontrar mecenas es algo muy gratificante...

En cualquier caso, quiero brindar por nosotros y por Marcos Revuelta. Al cual espero una pronta recuperación.