Partida Rol por web

Viacci hizo ademan de saltar hacia el borde, pero se detuvo, espada en mano, y miró a Anna. El espadachín sonrió levemente y saltó hacia el piso de piedra. Volteó y colocó el pie en el bote, empujando para alejarlos de allí.

-No..no lo harás.

Dijo, alzó la mano enguantada, despidiendose.

-Te prometí sacarte de aqui, no sacarnos a los dos. Por lo que a mi respecta, nuestro trato está cumplido, Anna.

Se queda blanca cuando le dice eso, con los ojos abiertos de par en par, no se puede creer lo que está escuchando. ¿Cómo va a separarse de ellos ahora mismo?? Cuando estaban todos en peligro, estaba loco.. y ella sabía que era su culpa que él se fuera de esa forma por lo que pasó anteriormente.

Se acerca al borde de la barca estirando la mano, llamandole a gritos.

- Noo!! Viacci!! Vuelve!!!

Viacci sonrie levemente y corre. La primera criatura le lanza un zarpazo, pero Viacci salta por encima del brazo y sigue corriendo, a la segunda le hace una finta y sube por las escaleras.

Ahi se pierde el rastro del espadachin, porque Dietter le ofrece el rifle a Anna.

-No podemos hacer nada mas por él, es su elección. Te necesito conmigo.

Dice, mientras dirigue el timón. La barca se zarandea y una mano verde empieza a brotar del agua.

Observa apenada como se marcha dejandolos, entiende su postura pero parece que él no la de ella, ahora solo pide que salga vivo de esta. Cuando Dietter le pasa el arma, la saca de sus pensamientos y asiente.

- Si, de acuerdo - sonrie levemente y agarra el arma con fuerza mirando hacia el frente.

Pero algo sale del agua agarrandose a la barca, no puede dejar que se encarame o los tirará al agua. Comienza a golpear con la culata del rifle la mano para que suelte los dedos de la barca.

Anna golpea a la bestia con todas sus fuerzas pero esta está bien agarrada. La barca se acerca poco a poco a la puerta que separa el canal del rio.

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Viacci lanza algunas estocadas a la bestia, y golpea con el pie a una de ellas, la pesada criatura cae rodando escaleras abajo. El espadachín sube de dos en dos los escalones hasta llegar a los controles del canal.

Se acercó a la rueda de madera que permitía mediante complejos mecanismos abrir la puerta. Sin embargo, la fuerza de Viacci no era su fuerte. Introdujo la espada entre las piezas de madera y tiró.

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La puerta empezó a abrirse poco a poco ante Anna, Dietter sonrie pero se le borra al ver como su amada pelea contra la criatura.

-¡Dispara! no hay que dejarla salir.

Se coloca cerca del borde de la barca, apunta hacia la cabeza de la criatura y cierra un ojo para apuntar mejor, en esta aventura había mejorado bastante con las armas de fuego. Dispara varias veces contra la cabeza del monstruo, no podía permitir que saliera, sino el sacrificio de Viacci sería en vano.

El disparo de Anna es certero y atraviesa el cerebro de la bestia. La pequeña barca cruza el puente. Miras un momento al puente, intentando ver a Viacci, le ves alli arriba, casi como una sombra, pero no sabes si son imaginaciones tuya, pero él sonrie.

Justo despues de que ella cruzara la gran puerta, Viacci retira la espada y el mecanismo cierra del todo la puerta, quizá para siempre.

Anna y Dietter cruzan el rio hasta que un navío imperial los rescatan.

Ha pasado un mes desde aquello y no has podido olvidar lo que ocurrió allí. Tu vida no ha ido tan mal pese a todo. Dietter perdió mucha fortuna en la ciudad, pero pudo comprar una pequeña mansión y una fabrica nueva en algun lugar del imperio. Tratais de hablar lo menos posible de aquella ciudad, pero tanto tu como tu amado Dietter se despiertan en la noche con pesadillas. Secretamente, guardas en ti algo que no quieres decirle a él: te sientes herida por Viacci, su muerte aun carga en tu conciencia.

Tres años después.

La iglesia termina su campaña en Eissenburg insatisfactoriamente. Dos cruzadas y miles de vidas se han perdido en nombre de dios para limpiar esa ciudad de su corrupción, pero quizá la corrupción ya está enraizada profundamente.

Se cierran los caminos hacia Eissenburg, la ciudad es borrada de los mapas y sus registros quemados. Por lo que al mundo refiere, Eissenburg no existe ni jamás existió.

Aun así, muchas bandas empiezan a entrar en la ciudad, cazadores de brujas freelance entran para limpiar la ciudad si o si, los rateros, bandoleros y otra gente de esa calaña van hacia la ciudad maldita en busca de riquezas que allí moran en lo más profundo.

A partir de entonces, Eissenburg fue conocida como la ciudad maldita, donde mora el horror.