Puedes usar señas para comunicarte con los demás ( a ver si te entienden :D)
En la posada sigue la misma gente, está casi llena.
Es que nadie va a coger al herido? xDDD
Es que nadie ha pensado en coger la pasta , que supuestamente es para vosotros si aceptáis el encargo?, es que nadie va a aceptar el encargo? , es que no queréis salir de la posada? qué? hace frío fuera no? xDDD da pereza salir...
Leandro se agacha y coge con cuidado al malherido hombre.
Muy bien, llevemoslo arriba.
Ya estamos subiendo al hombre, el dinero lo recogió Jaume y el encargo creo que lo aceptaremos, al menos Leandro quiere aceptarlo.
Subamoslo con cuidado. A ver si se va a abrir la herida de nuevo, digo cogiendo por los hombros al herido. ¿No hay una tabla en la que podamos subirlo más comodamente?
Coordinándonos los voluntarios subimos al herido, mientras le comento a la hija del posadero. ¿Podríais preparme una palangana con agua para que pueda limpiarme después del suceso? Estar empapado en sangre no es que me molestase enormemente al estar acostumbrado a ello, sin embargo el aseo era necesario para esta profesión y socialmente hablando no era muy adecuado relacionarse con esas pintas, y menos ante nobles.
agarro por los pies al herido, y espeto a Fernando- no tener todo día para llevar a hombre. Si tú sujetar por hombros y nadie por pies, abrir herida. Vamos...
Yo supuse que se entendía que del herido se ocupaban Fernando y yo. Y el oro, Jaume dejó claro que él lo cogía, ¿no?
Mientras mis compañeros más amables ayudan al tipo a subirlo arriba, me dirijo a Jaume que estaba cenando pensativo.
-Sé lo que estais pensando maese Jaume... este pobre hombre ha hecho una locura, en vez de preocuparse por su salud ha intentado desesperadamente aclarar el entuerto de su hijo... y ambos sabemos que cuando un hombre actúa a la desesperada... es que alguna razón tiene, aunque sólo sea una corazonada...
Vuelvo a mirar al hombre, que lleva inconsciente un buen rato. Luego niego con la cabeza
-Puede que el hombre no pase de esta noche... creo que deberíamos cumplir su última voluntad, ya que ha preferido gastar sus últimas monedas en nosotros antes que en un médico.. ¿Qué opinas amigo?
Subís al hombre entre Leandro, Mohammed , Fernando y el propio Miguel. Por lo que os parece liviano como una hoja. Miguel os guía hasta una pequeña habitación común con varios jergones de paja. Lo depositáis encima del más próximo a la ventana.
-La luz y la brisa le vendrá bien cuando amaine el temporal por supuesto. Comenta Miguel.
-Ya habéis hecho bastante por él, ahora dejadme a mí. Gracias, sois gente piadosa.
Sin decir más el hombre se inclina y examina la herida por enésima vez.
La hija del tabernero corre escaleras arriba con una palangana con agua fría, también trae varios paños, tiende uno a Fernando y otro a Miguel, que en vez de usarlo para limpiarse, lo moja y después de doblarlo lo aplica a la cara del herido.
- Si no os importa, preferiría me dejáseis sólo con él. Este hombre necesita descansar ,tanta gente aquí no le hace bien. Neus y yo nos bastamos. Gracias de nuevo.
Cogiendo una de las palanganas meto las palmas de las manos y las lavo, mojándome la cara posteriormente y refrescándome un poco después del esfuerzo. Limpiándome con uno de los paños, digo: Muchas gracias Leandro, gracias Mohammed. Estoy seguro que Don Miguel estará atento de las necesidades del caballero. Extendiendo la mano indicando que a mis compañeros que se laven si fuese necesario, sobre todo Mohammed, que estará tan ensangrentado como yo.
Una vez más calmados comento a Don Miguel: Por supuesto, le dejaremos a solas.
Saliendo de la habitación, susurro a mis compañeros: ¿Qué opináis del suceso? Las heridas corroboran su historia, pues sin duda son debidas a dentelladas. ¿Qué persona obviaría su propia salud por poner en manos de desconocidos su situación?
Jaume sirve una copa a cada uno de los presentes, las mismas que usaron para la cena, y también les acerca el queso.
- No estoy del todo seguro, ser Wurst, a veces las personas pierden la razón sin más y emprenden acciones totalmente carente de sentido. Creo que ese tipo ha perdido la cordura.- Termina sentenciando y da un sorvo del vino del penedes que le han servido, un vino con cierto cuerpo y gran aroma.
Tas el trago contempla pensativo la reacción del barón Lesar. Lo que decidan dos de los tres presentes es lo que se hará. Como ha solido ser la mayor parte de las veces que un dilema se ha cruzado en sus caminos durante eltiempo que los tres barones han compartido camino y vivencias.
Volvéis a reuniros todos de nuevo en el piso de abajo de la posada...
Una vez abajo, con todos juntos, Leandro comienza a hablar
No estoy muy seguro de que los indicios de este hombre sean ciertos, pero es seguro que él si los cree y que ha arriesgado mucho para que alguien pueda investigarlo. Al menos por mi parte estoy dispuesto a indagar.
En que ha arriesgado mucho estoy de acuerdo con vos, Leandro. Pues puedo asegurar que las heridas fueron producidas por dentelladas. Fácilmente lobos. Sin embargo... ¿ponéis en duda la palabra de un hombre de Dios?, ¿ponéis en duda las consecuencias del ayuno tras más de tres semanas?....Puedo confirmaros que todo aquello que ha sufrido su hijo puede ser perfectamente consecuencia de la falta de alimento.
Tras unos segundos de silencio prosigo: por mi parte no veo necesidad de investigar nada. Es normal que un padre se niegue a aceptar la muerte de su hijo, e incluso daría su vida gustosamente por encontrar una explicación. Sin embargo ese caballero se niega a aceptar una muerte tan horrible. Pero yo, como médico y hombre temeroso de Dios, creo que lo que nos ha contado es seguramente lo acontecido.
Miro a los demás esperando sus impresiones.
Lesar,tras quedarse pensativo unos minutos,busca en la mesa y alrededor de donde estaba Eric las cartas que este mencionaba...si ha estado tanto tiempo fuera,seguro que las lleva encima,mas tratandose del destino sufrido por su hijo...
encuentro alguna de las cartas ??
Yo lo que no entender... Quizás ser porque ser yo, es porque decir eso a nosotros, si no conocer de nada... -comento junto a los demás. Realmente, que sea un hombre religioso o no me importa más bien poco.
Los que solo siguen a los dioses, están locos. Hay muchos más peligros ahí fuera como para preocuparse de los designios de un dios...
Encima de la mesa no queda nada Lesar.
Jaume asiente ante las palabras y el razonamiento del doctor Heredia.
- No me parece sensato involucrarnos en un asunto como este. Es trágico. Pero eso no hace que nos tengamos que meter donde no nos llaman, y menos pudiendo parecer que desconfiamos de las palabras del párroco de Montserrat. Por lo que a mí respecta tengo otras cosas que hacer en lugar de meterme donde no me llaman.- Dice para continuar escuchando el parecer de los allí reunidos.
Ante las palabras de Mohama, habla de nuevo.
- Ciertamente es extraño que acudiera a nosotros. Pero tampoco tanto dadas las circunstancias, dudo que le atrajera la idea de encargar este delicado asunto a unos gañanes de los alrededores. Y quería encargar el trabajo por que estaba... desesperado. Y por lo que a mí respecta puede continuar desesperándose el tiempo que quiera una vez sane. Mientras eso no suponga una interferencia en mi camino.
-Está bien.
Digo una vez que todo el mundo expuso sus intenciones.
-No seré yo quien os marque el rumbo de vuestra suerte. Por lo tanto si no quereis investigar sobre este asunto no lo haremos. Cuando mejore el tiempo seguiremos por nuestro camino lejos de Montserrat. Pero eso sí, no nos podemos llevar el dinero y las joyas del viejo. Eso sería impropio.
A Leandro le dolía tener que dejar con su dolor a este hombre que les había pedido ayuda, pero tampoco podía oponerse a los deseos de su señor.
Si lo veis así, no me queda más remedio que aceptar vuestra visión como la buena, aunque difiera bastante de la mía.
Mientras termináis de una vez por todas con vuestra cena, véis por la ventana como el temporal empieza a amainar.
Alguno es partidario de salir cuanto antes pero el sentido común se impone, y por unas pocas monedas podéis descansar en la posada.
Os acostáis tras dar buena cuenta de media docena de jarras de vino. Mohammed canta en árabe y Leandro baila de una forma bastante ridícula, pero todo estáis algo bebidos y ninguno lo tiene en cuenta.
En fin, que pasáis una velada magnífica. Al acostaros miráis por la ventana y efectivamente, el temporal ha pasado.
Os levantáis con un dolor de cabeza tremendo y tras coger vuestras pertenencias y presentaros en el piso de abajo, dos hombres jadeantes se presentan en la posada.
Dicen venir de la corte y traer una misiva dirigida a Lesar y al Barón Wurst. Se trata de un pergamino lacado con la marca de la corte real castellana.
El rey solicita inmediatamente la presencia de ambos para tratar asuntos vitales para el reino de Castilla.
Tras despediros hasta " una ocasión futura " , ambos parten al galope dirección Castilla.
Los demás partís sin rumbo fijo, seguramente hasta que encontréis nuevamente una posada.
FIN