Partida Rol por web

Aunque no he dejado de caminar, ella no puede ver la sonrisa que mis labios dibujan por un momento.

¿Y qué gano... yo?

Mi pregunta está cargada, si cabe, de más picardía que la suya propia. Y es entonces cuando dejo que sea su imaginación la que rivalice con la mía.

Odiaba cuando hacia eso, cuando me encaraba verbalmente, y la verdad es que la ultima vez que lo hizo fue esta mañana y la cosa se salio un poco de lo normal...

Que mañana sean mis labios los que os despierten, acompañados de mis manos acariciando vuestra piel. Y no mis palabras y la luz del día... eso vendria después...

No se si aquello le vandria, pero yo solo de imaginarme aquello ya me sentia plena, y si pudiera hacerlo despertando a su lado... seria perfecto, pero no queria forzarlo a nada... y no tenia el valor de pedirselo o proponérselo.

Está bien.

Mh, y yo que me hubiese conformado con un buen baño matutino a su cargo...

Sólo entonces le ofrezco mi brazo y espero a que lo coja, para avanzar hacia el castillo, que cada vez se me antoja más lejano, más frío... Tropiezo torpemente con una piedra 'que pasaba por ahí', pero sin más percances que un traspiés sin problemas.

¿Y si... vuestros padres os viesen en éste estado?

Me encanta.

Si me vieran en este estado, implicaría que si cumplís con lo dicho os verian besando, asi que el vino no seri mi mayor problema...

Pues les diria que es culpa del principe, el me ordeno beber y no puedo desobedecer a mi señor...

Le dije con picardia devolviendole la moneda, pues sin duda me comeria una bronca igual, pero el pasaria un momento vergonzoso conmigo.

¿Teneis miedo de que nos vean asi? O de que vean como no os miro...

Y ahora mismo volveria a disfrutar de tu cuerpo sin ropa cerca del mío, suave, cálido, aunque solo fuera eso, poder dormir a tu lado sin ropa... tenia que ser una sensacion maravillosa.

Quizá...

Murmuro, algo pensativo, pero entonces sacudo la cabeza y continúo caminando con ella.

Oh, vamos, Satin... ¿Miedo? Soy Trizzo.

Le guiño un ojo, como si eso bastase para que el miedo escampase.

Vamos, ya falta poco.

La animo, ciertamente, a lo lejos, se veía la puerta del castillo, pero aún nos quedaban algunos minutos de intimidad.

Hasta los hombres mas valientes tienen miedo de algo...

Susurre sonriendo aun cogida de el, viendo ya las puertas de palacio.

Mi padre por ejemplo, cuando fue a servir al reino en batalla, no tenia miedo a morir el, tenia miedo a dejarnos a mi madre y a mi solas, o que nos pudiera ocurrir algo en su ausencia...

Ahora empezaba a desvariar por el alcohol...

Cuando asaltaron el castillo, yo no tenia miedo por mi... si no por vos...

Y aquello si era realmente estupido, pues seguramente si me cogian a mi me harian cosas mil veces peores que a el, pero en aquel momento es lo que sentía.

Satin...

Maldita sea... ¡Cállate Trizzo! Y mi propia reprimenda parece tener efecto, ya que en lugar de responder, como un idiota posiblemente, símplemente acaricio su mejilla.

No deberíais de preocuparos... Tengo motivos para salir incluso del averno o del estómago de un Dragón.

Le sonrío. Serios motivos... Mi rostro vuelve a ser nostálgico. Tras que nos abran, me dispongo a acompañarla, aunque en esta ocasión no suelto su brazo, ni permito que ella suelte el mío.

Sonrei con sus palabras y cuando me iba a separar por las miradas que podian ser maliciosas, aunque acertadas en este caso el me lo impidio y mi sonrisa se amplio aun mas...

Teneis una razon mas grande que ninguna... Sereis el mejor rey que nunca haya podido tener este reino Trizzo, sois valiente, teneis buen corazon, y quereis al pueblo tonto como el a vos...

Al entrar en palacio y comenzar a internarnos en los pasillos comence a sentirme nerviosa, no queria que terminara la noche, ni separarme de el.

No quiero que termine esta noche...

Confese sin poder evitarlo.

Pero, Satin, si la noche no termina... ¿Cómo me despertaréis?

Pregunto, a veces estar un poco tomado avispaba mi propio ingenio. Por fortuna, dadas las horas... Salvo los dos guardias, más dormidos que despiertos, ni un sólo alma cruza el castillo... Y eso, la verdad, me resulta ligeramente inquietante. Aunque al verla sonreír, dedico que no es nada preocupante, y que de serlo, me preocuparé en otro momento.

Bueno, Satin... El reinado ya se verá, pero a veces hay cosas que están por encima, incluso, del reino. Aunque...

Dudo unos segundos, pero el vino me anima.

Creo que muy pocas por encima de vos esta noche. Salvo las estrellas.

Estaba conteniendome, los dioses sabian que lo estaba haciendo pero... aquellas ultimas palabras hicieron que me mordiera el labio y cogiera aire y fuerza.

Dormir conmigo... 

Lo pedi sin mas, pero lo deseaba demasiado...

No duermo con vos desde niña... y esta noche... me muero por que quedarme dormida mirandoos, jugando con uno de los rizos de vuestro cabello... 

Preparate que ahora llega la negativa...

Volvia  morderme el labio nerviosa, pues sabia que no podia pedirle algo asi, una cosa era que una niña se colara en su cama por miedo a las tormentas y otra que una mujer adulta lo hiciera...

Ante sus palabras, mi mirada se pierde, ausente, pensativa, meditando algo... Incluso en este momento, Satin sabría que mi cabeza estaría trabajando en algo...

... Mañana. Sin el valor del vino. Con el valor de Satin. Preguntad mañana, y tendréis la respuesta.

Poco a poco entrábamos en la zona de servicio.

Suspire resignandome, siempre parecia poner una fecha a todo... esta noche, mañana, una semana...

Satin lleva deseando volver a dormir con vos, desde hace mas tiempo del que probo el vino por primera vez..

Fueron mis unicas palabras, mientras comenzabamos a caminar por los pasillos de los sirvientes y finalmente llegabamos ante mi puerta ante la que me pare y lo mire de nuevo en silencio, con miedo a volver a decir algo estúpido o que llevara a una nueva fecha...

Al notar su silencio, su mirada perdida...

Mi mano acaricia su rostro.

No me guardéis rencor, Satin...

Mi voz es suave, aunque no llega a un susurro. Entonces esa misma mano que acaricia su rostro desciende por el cuello, acaricia superficialmente sus pechos y baja por su costado hasta terminar en la parte final de su espalda, acercando su cintura a la mía con firmeza un instante antes de devorar el interior de su boca cargado de pasión.

No podría...

Susurre en respuesta a sus palabras mientras mis ojos se erraban para disfrutar mejor del tacto de su mano por mi mejilla y mi cuello... Pero al llegar a mi pecho se abrieron de nuevo cogiendo aire y mirándolo a los ojos, dejando que su mano prosiguiera en su descenso...

Al besarme mi juicio se nublo, me gustaria poder culpar al vino pero no, era el, y su forma de besarme. mis brazos rodearon su cuello mientras mi cuerpo se pegaba totalmente al suyo y mi boca se perdia en sus labios, disfrutando de su lengua, de su calor, no queria separarme, sabia que cuando terminara ese beso se iria y no queria que se marchara...

siento su fuerza, cómo me aprieta, el calor ascendente...

Siento el ardor, el deseo, mi propia ansia incitándome a abalanzarme sobre ella como un animal irracional nada digno de lo que ella en verdad merece, así que...

Muy a mi pesar termino el beso alejándome de ella lentamente mientras mi mano hace el recorrido inverso hasta terminar en su mentón. Entonces pongo mi dedo en sus labios.

Espero mi despertar como si de un ensueño se tratara...

Y volteo para desaparecer por los pasillos.

Conseguia que mis sentidos se anularan y cuando se separe lo mire casi suplicante de que no se marchara pero sus palabras me hicieron asentir mientras mi pecho subia y bajaba por mi respiracion acelerada. 

Descansad mi principe...

Apoye mi mano en el pomo para abrir mi puerta No Satin, no puedes ir tras el, lo ha dejado claro, y hoy hace una preciosa noche asi que ninguna tormenta te valdra de excusa...