- Melissa, puedo intentar llegar hasta el hospital pero en mi estado y con la lluvia no será fácil. ¿Como te encuentras?
Creo que puedo aguantar aun un poco, no te preocupes, intenta que se apague el fuego sonrio debilmente recostada en el asiento mirandola pegare un grito si me siento mal no te preocupes
Karl vuelve a aparecer por la puerta de su casa, cargando con un cubo. Cuando pasa junto a un charco, lo lleva de una tacada y sigue corriendo hacia vosotros.
Karl entra en la casa, seguido de Hans que le pregunta "¿No tiene más cubos?" mientras el guardés, por toda respuesta le dice "¡Mein Gott, Mein Gott!"
Alice ayuda a melissa a entrar en el coche y vuelve cojeando mientras busca con la mirada en busca de cubos o algo que usar para apagar el fuego.
- ¡EN LA COCINA HABRÁ OLLAS O ALGO ASÍ! ¿EN EL INVERNADERO PUEDE QUE HAYA ALGO QUE PODAMOS USAR? - grita para que sus compañeros la oigan.
Nadie constesta desde dentro, aunque se olle el retumbar de metales como si alguien rebuscase en una amario lleno de aperos o cubiertos.
-¡Voy a mirar al invernadero!- grita Hans marchándose de allí hacia la zona este de los terrenos.
Alice se dirige hacía la cocina cojeando ya que perdió el bastón en el rifi-rafe contra la cosa esa. Allí buscará cualquier cosa que pueda servir para transportar el agua desde el grifo hasta el fuego.
MINUTOS MÁS TARDE, YA SOFOCADO EL FUEGO..
Alice y Nick salen de la casa, cansados y con aspecto de haber recibido una paliza. Se dirijen al coche de Alice y ambos se montan en él, despertando a la adormilada Melisa. Se la ve algo pálida y las vendas han empezado a mojarse de sangre.
Nick arranca y tras un pequeño derrapaje se encamina hacia la salida del jardín, cuya puerta está abierta. Al pasar junto a la casa de los guardeses, la esposa de Karl os mira marchar a través de su ventana, con el rostro entre preocupado y despreciativo. Os hundís en la oscuridad del camino que atraviesa el bosque.
- !QUE BIEN HE DORMIDO! ¿Adonde vamos? Huyyy, no tengo esa sensación de frescor intimo... :(
Esto... creo que quien se despierta es melisa ;)
El coche coge dos o tres curvas más antes de que Nick tenga de dar un frenazo. Una figura delgada, oscura y bamboleante camina por el sendero delante vuestro. No tardáis en reconocer al señor Van Laaden empapado, sucio y cabizbajo. Al poneros a su lado veis que tiene la mirada perdida en el suelo y murmura constantemente.
XDDDDDDDD Cierto, cierto.
- ¡PARA! Nick, ahí que sacar a ese hombre de aquí antes de que se vuelva un demente le dice alice a su compañero.
Una vez que el coche se para cerca de el señor Van Laaden alice abre la puerta y sin bajar del coche le dice al caballero:
- ¡MAURICE! ¡RÁPIDO, SUBA AL COCHE! Vamos al hospital a llevar a la señorita melisa. Ya ha terminado todo, no se preocupe - dice alice intentando tranquilizarlo
Me duele la herida y noto la boca pastosa. El vaiven del coche por las curvas no ayuda mucho, noto como las improvisadas vendas estan mojandose pero eso no es lo que mas me preocupa. Cuando para y consigo mirar aunque con un poco de distorsion, veo que esta el señor Van Laaden caminando con la mirada perdida. Quieren que suba, creo que ya le hemos perdido.
El señor Van Laaden se detiene al escuchar a Alice cuando el coche se detiene a su lado. Os mira y murmura. -Ella... en la puerta... cada noche... esas historias... ella...-
- ¡SUBA AL COCHE! - le grita alice a maurice
Aunque inicialmente da un saltito sobre el sitio al escuchar el grito de Alice, Maurice se queda paralizado, sin saber qué hacer. Finalmente, Nick, murmurando para sus adentros, sale del coche y coge al señor Van Laaden no con mucha delicadeza y lo mete en el coche. El heredero de la mansión se deja hacer y acaba sentado en un asiento trasero, tiritando y murmurando cosas.
Durante el trayecto hacia Grand Rapids en el que la lluvia fuerza a Nick a conducir despacio, Van Laaden narra de forma inconexa y poco coherente escenas de su infancia, todas las cuales comienzan con la entrada de un monstruo encorvado y blanquecino, de pelo enmarañado y ojos desencajados en su habitación. El monstruo se sienta a los pies de su cama y le empieza a hablar al pequeño Maurice acerca de asesinatos, enfermedades, locura y suicidio. Varios de los pasajes que el monstruo narra a Maurice parecen coincidir con escenas trágicas de la vida de los Van Laaden.
Durante la narración, Maurice parece escribir algo en el aire, no, más bien dibujar algo, una suerte de monigote esquemático, antropomorfo, que parece simbolizar al "monstruo".
Escucho atenta a toda la extraña explicacion del señor Van Laaden con intriga y con sorpresa o tal vez no. Hay algo que no me cuadra con todo esto pero tal vez sea por que esta demente, la vision de ese monstruo salido de la nada le ha transtornado.
Alice permanece en silencio pero expectante ante lo que comenta maurice. Más temerosa de un posible acceso de rabia o locura que otra cosa.
El viaje resulta más pesado que angustioso pues la conversación consigo mismo de Maurice se repite una y otra vez con los mismos temas. Suponéis que en algún momento algún familiar o quizá el propio espíritu de la casa le habló de aquellas tragedias.
Por fin en Grand Rapids, os acercáis hasta el pequeño hospital, donde Melisa es atendida urgentemente y Maurice sedado. En pocas horas, Nick y Alice, que se han quedado dormidos en uno de los asientos de madera de la recepción, son despertados e informados de que Melisa está fuera de peligro y que el señor Van Laaden descansa aunque sigue teniendo ocasionales delirios.
Cuando amanece, mandáis llamar a vuestros compañeros y os reunís con ellos en el Sunflower Street Hotel, donde, durante lo siguientes días, planeáis qué hacer. Tras hacer algunas consultas, encontráis al abogado de Maurice, aquel que os presentó hace poco y le contáis lo sucedido a grandes rasgos.
El hombre, eficiente a más no poder, se pone en marcha para resolverlo todo y poner a Maurice al cuidado de los médicos, así como resolver los términos de vuestro contrato. Una semana más tarde, os cita de nuevo en el hogar de los Van Laaden..